La familia de Lola Chomnalez viaja a Uruguay con una carta de Macri

martes 11 de septiembre de 2018 | 9:50hs.
La familia de Lola Chomnalez viaja a Uruguay con una carta de Macri
La familia de Lola Chomnalez viaja a Uruguay con una carta de Macri
En diciembre de este 2018 se cumplirán cuatro años. El caso generó tal impacto que esa ola mediática parecía arrastrar a la propia Justicia en búsqueda de una respuesta. Todos los ojos estaban puestos allí, en el balneario de Valizas, Uruguay. Y esa atención daba sensación de caso cerrado ante cada detención o avance de la investigación. Pero la historia se fue diluyendo en los medios y solo queda el dolor de sus seres queridos, suficiente impulso para seguir detrás de la verdad.

Por ese motivo, esta semana volverán a insistir con un nuevo viaje al vecino país. Y la confirmación llegó de parte de alguien muy especial: la abuela de Lola Luna Chomnalez, la chica de 15 años asesinada en diciembre de 2014. Beatriz Chomnalez es una reconocida chef y poco se había expresado hasta el momento, prefirió llevar su dolor y no exponerlo. El tiempo le permitió encontrar las palabras y en una entrevista con el canal de noticias TN habló del tema.

"La investigación es muy desastrosa, la Justicia uruguaya deja mucho que desear. Hay puntos que están sin haberse resuelto como debían", dijo durante la muestra de fotos de Mujeres Argentinas, en el Museo del Cine de La Boca.

Un dato interesante e importante que aportó fue la decisión familiar de volver a viajar a Uruguay, pero esta vez con una carta del presidente Mauricio Macri con el objetivo de reimpulsar el caso.

Beatriz explicó que, luego de dos años y medio, lograron que les entregaran el expediente de la causa para así ponerse ellos mismos la investigación al hombro. "Lo hicimos estudiar por gente idónea, por forenses de acá, que han coincidido en varios aspectos. Con todo eso, los padres de Lola van a ir primero a ver al juez y a la fiscal. Y luego al presidente de la república, Tabaré Vázquez, y al ministro de Justicia. Algo hay que hacer, algo tienen que hacer", pidió la abuela de Lola.

"Esta es la cosa más increíblemente canalla que haya podido ocurrir. Con un ser que era increíblemente hermoso, por fuera y por dentro, en un momento en que estaba desarrollándose más, cuando mi biblioteca y todos los libros eran su vida, eso es lo que más duele, haber truncado así una vida tan canallescamente, sin poder encontrar a quien lo ha hecho. Para nosotros es algo inexplicable", cerró Beatriz.

Un caso y mil errores

Lola Chomnalez tenía 15 años cuando la mataron aquel fin de año de 2014 en el balneario uruguayo de Barra de Valizas. Según la autopsia, murió asfixiada contra la arena el mismo 28 de diciembre que desapareció. Casi cuatro años después, no hay rastros de su asesino, la causa va por el cuarto juez y el grito de Justicia de su familia se incrementa.

Cuando Lola fue asesinada había ido a pasar fin de año al balneario uruguayo con su madrina, Claudia Fernández, la pareja de la mujer, Hernán Tuzinkevich, y el hijo de ambos. Había llegado el 27 de diciembre de 2014 y al día siguiente la adolescente salió a caminar por la playa. Nunca regresó.

El cuerpo de Lola fue hallado el 30 de diciembre a unos cuatro kilómetros de la casa donde se alojaba con la familia de su madrina, en una zona de médanos. Su cadáver estaba semienterrado. La autopsia se determinó que murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.

Hubo tres decenas de sospechosos, entre ellos la madrina de Lola, su esposo y el hijo de ambos. El hallazgo de la mochila de Lola casi dos semanas después del crimen fue clave: en su interior había un toallón con una mancha de sangre y ese material genético sirvió desde entonces para compararlo con todos los detenidos que tuvo la causa: siempre dio negativo.

Es más, en 2016, el abogado de la familia Chomnalez, Jorge Barrera, solicitó a la Justicia que ordene a la Policía Científica un cotejo de ADN a todos los presos del Comcar (la cárcel más poblada de Uruguay) y a los internos de la prisión de Rocha. Son, mínimo, 3.500 test.

Un año atrás, el caso de Lola tuvo un nuevo cambio: el juez Juan Manuel Giménez Vera asumió la instrucción de la causa, el cuarto magistrado en tres años. Reemplazó a Romina Sena, quien había sucedido a Marcela López Moroy y Silvia Urioste, las primeras dos magistradas.