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La economía misionera al inicio del Territorio

domingo 30 de marzo de 2014 | 2:00hs.
Postal de trabajo.
Colonos ucranianos cosechando yerba en familia.
Colonos ucranianos cosechando yerba en familia.
La actividad económica de Misiones se centra, desde sus orígenes, sobre el sector agrario. Por ello es que está íntimamente ligada a los proyectos económicos del Estado nacional en sus épocas de formación.
El proyecto modernizador encarado a fines del siglo XIX, durante la Generación del ‘80 perfiló al país hacia un modelo agroexportador donde los beneficios de la llanura pampeana se concentraron en Buenos Aires y en países extranjeros, especialmente Gran Bretaña. Así, el centro de articulación entre la producción local y el mercado internacional se centralizó en el litoral pampeano, hacia donde se ordenaron los ferrocarriles, caminos, desde el puerto de Buenos Aires, que fue modernizado y adaptado a su nuevo rol de puente de un comercio exterior cientos de veces más activo que en sus épocas previas.
Misiones se constituía hacia el inicio de este proyecto como una jurisdicción con predominio de condiciones de desarrollo atrasado, como el resto de las provincias del NEA. Su ciclo colonizador pionero coincide parcialmente con el proceso agrícola pampeano que derivó en la “Revolución de las pampas”, donde esa región se constituyó en el centro productor de alimentos más importante del mundo. El país estaba empeñado en esos tiempos del ‘80 en poblar los desiertos, alentar la vida agrícola, proporcionar la infraestructura necesaria.
Misiones, como Territorio Nacional a partir de 1881 ingresó marginalmente en ese proyecto económico nacional.
No obstante se observan notorias diferencias entre el modelo pampeano y el modelo misionero. Para el primero se requirió poblar una región arrebatada al indio sobre la base de la creación y trazado de colonias. En Misiones el proceso fue inverso por cuanto se inició con el poblamiento espontáneo y las colonias oficiales se organizaron allí donde la población ya estaba radicada. Allí se desarrolla, aún hoy, una actividad primaria integrada por un sector agrario donde el colono convive con modernas y prósperas agroindustrias. Desde los inicios de la colonización predominan en Misiones pequeñas explotaciones agrícolas familiares especializadas en cultivos como la yerba mate, el té, el tabaco.
Creado el Territorio Nacional, a su primer gobernador Rudecindo Roca, hermano del ejecutor del proyecto del ‘80, Julio Argentino Roca, le tocó lidiar con las tierras privatizadas por el Gobierno correntino, tema al que nos hemos referido en artículos anteriores. Por ello su primer esfuerzo colonizador se dio a lo largo de las sierras centrales, espacios que no habían sido vendidos.
La devolución en la década de 1890 de más de 220.000 hectáreas alentó ese proceso colonizador. Pero hasta entonces no habían participado en este proceso inmigrantes europeos, que ya en decenas de miles arribaban al territorio nacional.
Los primeros inmigrantes vinieron de la Europa oriental, de la región de Galitzia, Ucrania. Inicialmente este grupo debió ir a Estados Unidos pero circunstancias fortuitas hicieron que recalaran en Misiones. Los primeros 69 inmigrantes que formaban catorce familias ucranianas y polacas fueron contactados por el gobernador Lanusse, interesado en colonizar con inmigrantes europeos el territorio. Estas familias, fundadoras de Colonia Azara, se encontraron con un espacio fronterizo, una tierra marginal, donde todo restaba por hacerse.
Apóstoles estaba conformada por población paraguaya y brasileña atraídos por la posibilidad de poseer tierras para colonizar. El Gobierno misionero les había otorgado parcelas de 100 hectáreas. Un año después de arribados los primeros colonos, en 1897, el número de inmigrantes ascendía a 250. A partir de allí, con las colonias Apóstoles y Azara en pleno desarrollo, comenzaron a llegar europeos con sus carros desarmados, imágenes religiosas, instrumentos agrícolas y musicales, trajes típicos… Una serie de estrategias de adaptación los llevaron a competir con éxito frente a otros grupos, especialmente ganaderos correntinos, propietarios de grandes extensiones de tierras con una cultura agraria muy diferente a la que ellos poseían.
Leopoldo Bartolomé, que estudió profundamente este tema menciona cuatro grupos protagonistas de esta primera etapa de desarrollo económico de Misiones: los colonos galitzianos, agricultores locales de cultivos de subsistencia, ganaderos de extensas áreas y explotadores extractivos de maderas y yerbales silvestres.
A estos primeros colonos se les dieron lotes de hasta 100 ha. Los que vinieron posteriormente, en la primera década del siglo XX ya poseyeron terrenos de menor superficie, de 25 hectáreas. Esta política de colonización dio así una característica de explotación familiar a la producción misionera, donde el trabajo agrícola requiere de las labores de todo el grupo familiar y el uso de mano de obra externo está reservado para ocasiones en que la mano de obra familiar no da abasto, por ejemplo en tiempos de cosechas.

Por Alfredo Poenitz
Historiador

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