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La definición del kilogramo cambia por primera vez en 130 años

lunes 20 de mayo de 2019 | 16:30hs.
La definición del kilogramo cambia por primera vez en 130 años

En el año 1799 se decidió crear el famoso cilindro de platino e iridio, apodado como el gran K, para definir al kilogramo. En 1875, 17 países firmaron un acuerdo para estandarizar su sistema de medidas de acuerdo al gran K. Hoy el Congreso General de Pesos y Medidas abandona la definición adoptando una nueva.

Y es que durante 130 años, el cilindro con 90% de platino y 10% de iridio ha servido como prototipo internacional del kilogramo. Eso significa que fue el único objeto físico por el cual se midieron todos los otros kilogramos en todo el planeta.

El cambio se produce porque la Oficina Internacional de Pesos y Medidas quiere asegurarse de que no dependa de algo que pueda cambiar con el tiempo. La definición que teníamos hasta ayer se remonta al reinado de Luis XVI en Francia.

Como explican en Gizmodo cuando se estaba decidiendo la posibilidad de redefinir el concepto, el rey decidió crear una definición oficial del kilo para detener las prácticas de los comerciantes de engañar a sus clientes cuando pesaban bienes. Esa primera medida equivalía a un litro de agua congelada a cero grados Celsius. En 1795, las autoridades francesas decidieron que el gramo equivalía a un pequeño cubito de hielo a 4 grados Celsius.

Finalmente, y como la medida no era para nada exacta, en 1799 se decidió crear el famoso cilindro de platino e iridio, apodado como el gran K.

Desde entonces, la gran K se guardaba en una cámara acorazada de París. Si bien los países asociados podían solicitar copias del cilindro, las básculas se ajustaban siempre sobre la medida del real. Sin embargo, con el paso del tiempo las mediciones de alta presión del cilindro revelaron que su masa no era exactamente la misma.

¿Las razones? Aunque no están claras, se apuntan como posibilidades que el metal haya absorbido moléculas del aire microscópicos, o que las propios limpiezas periódicas a las que ha estado sometido, incluso un pequeño rasguño, hayan influido en el cambio. Sea como fuera, el kilo ya no era el mismo kilo original, había perdido a lo largo de su vida útil 50 microgramos de masa.

Esta es la razón por la que hoy el kilogramo pasa a redefinirse, no por otro objeto, sino por una propiedad fundamental de la naturaleza conocida como la constante de Planck, la cual se mide en julios por segundo.

Al igual que la velocidad de la luz, el valor de la constante de Planck no puede fluctuar: está construido con una precisión exquisita en el tejido mismo del universo. Según ha explicado el físico Stephan Schlamminger del NIST:

A diferencia de un objeto físico, una constante fundamental no cambia. Ahora, un kilogramo tendrá la misma masa si estás en La Tierra, en Marte o en la galaxia de Andrómeda.

Si te preguntas cómo te afectará en el día a día, apenas notarás diferencia. En la práctica, los investigadores que necesiten determinar con exactitud la masa equivalente a un kilogramo podrán usar una Balanza de Kibble o Balanza de Watt, un dispositivo que permite probar la fuerza electromagnética necesaria para equilibrar una masa de prueba.

Sea como fuere, la última medida que quedaba basada en un objeto físico es historia. El universo pasa a ser la medida del kilo.

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