La creatividad, el juego y el aprendizaje en un tiempo aburrido

domingo 02 de agosto de 2020 | 6:00hs.
Mirada al mundo de los pequeños en el Mes del Niño
Mirada al mundo de los pequeños en el Mes del Niño
Silvia Godoy

Por Silvia Godoysociedad@elterritorio.com.ar

El mes del niño estrena en un contexto sanitario y social económico complejo y deja a este grupo en una situación vulnerable.

La Organización Mundial de la Salud sostiene que el nuevo coronavirus cursa más benignamente en chicos y jóvenes, y los cuadros graves son menos frecuentes en esta franja etaria. Sin embargo, la cuarentena decretada para luchar contra la pandemia trajo otros problemas como la pérdida de empleo y el empobrecimiento de las familias, lo que siempre tiene su impacto en la niñez.

Los chicos están sin clases presenciales desde inicio del ciclo lectivo y deben seguir el cursado remoto desde conexiones a internet y con apoyo de sus padres, lo que representa un obstáculo para más de uno. El riesgo de deserción cuando regrese la modalidad presencial es latente, aunque las autoridades no han mencionado nada al respecto todavía.

En un mundo en confinamiento, los niños son los que más tiempo permanecieron en casa sin poder salir. En la provincia, aunque la cuarentena se haya flexibilizado y los paseos al aire libre son ya posibles, aún no hay fecha concreta del retorno a la escuela.

En estos últimos meses hay chicos que han manifestado angustia, cansancio, ansiedad, agresividad, llanto continuo. Por ello, este inicio de agosto en que se celebra la niñez, es una oportunidad de mirar a los más pequeños y reparar en sus necesidades e intereses.

El Territorio consultó a la psicóloga Carolina Coletto (MP 921), que se desempeña en el área Familia con Niños en el Centro Terapias de Posadas.

“En este tiempo de cuarentena las consultas más comunes de los padres en relación a los niños son por angustia, ansiedad, llanto excesivo, rebeldía porque no quieren realizar las tareas, también episodios de agresividad o no toleran un no como respuesta”, enumeró y aclaró que “los chicos están pasando -al igual que los adultos- por una situación inédita y no es que un chico sea agresivo sino que responde de esa manera porque no está pudiendo comunicar lo que le pasa, ese enojo o frustración no lo está pudiendo decir. Los adultos tenemos la responsabilidad de ayudarlos a poner en palabras lo que les está sucediendo a los chicos”.

Y explicó que este período sin salón de clases traerá algunas consecuencias cuando sea el momento de volver a las aulas. “Para los niños es importante aprender con la guía del docente pero también con sus pares, porque el aprendizaje se construye con otros. Claro que el chico se va a cansar de estudiar solito y por pantallas, porque no es la situación ideal de aprendizaje y los padres no son docentes” y añadió que el momento de regresar a clases “va a ser muy beneficioso, los chicos más grandes están esperando reencontrarse con sus amigos pero los más pequeños seguramente necesitarán un apoyo extra con la readaptación a la escuela”.

La especialista subrayó que todo se ha modificado en el transucurso de la pandemia, “los psicólogos tenemos las consultas online y esto de trabajar con niños de esta manera requiere rediseñar la interacción, los momentos de juego, la escucha. Es un tiempo en que las preocupaciones ante la incertidumbre escalaron. En este panorama, los adultos tienen que encontrar un punto de equilibrio para estar atentos a los niños, a sus ganas de jugar y conocer, a tener un tiempo de calidad y que no sobreabundan las pantallas, todo esto no es un trabajo sencillo”.

En este sentido, puntualizó que las pantallas siempre son valoradas como herramienta para la enseñanza aprendizaje, pero que en cuarentena, cuando mucho de los aspectos cotidianos se resuelven de manera virtual, es muy fácil caer en una sobreexposición a estas tecnologías.

“Hoy los chicos se conectan con sus maestros por las pantallas, después tienen que hacer las tareas usando internet o alguna plataforma, también juegan en las pantallas. Entonces hay que mirar ahí y como padres poner un límite”.

Refirió que en psicología los videojuegos son pseudojuegos en la medida que no permiten ni dan lugar a la creatividad.

“Los videojuegos son lineales, no dan espacio para que se produzca la acción de jugar, que es el crear, imaginar, a partir de una situación o unas reglas. Por ejemplo si un niño tiene un jenga, puede seguir este juego y sus reglas o puede armar una casita”, ejemplificó.

Para ella la mejor manera de homenajear a los niños es propiciando que la niñez sea posible.

“La niñez tiene una etapa evolutiva que va desde los primeros meses de vida hasta los 10 a 12 años, pero también la niñez es una construcción social, es decir cómo la sociedad ve a la niñez. La niñez es un tiempo de juego, de conocer y crear, de disfrutar. Hay chicos que no pueden ser niños porque tienen una situación más desfavorable”, definió y precisó que “desde el centro donde trabajo siempre abordamos al niño con su familia, porque en la infancia las relaciones son muy importantes. Los padres pueden aprovechar esta cuarentena para seguir construyendo un vínculo de confianza. Es en la niñez donde tenemos que transmitirles a nuestros hijos que siempre vamos a estar para ellos, que nos pueden contar lo que sea que les esté pasando o sintiendo”.

Vivencias
El acto de jugar y moverse, de socializar con otros, de aprender es esencial en la infancia, a la vez el tiempo de calidad que dedican las familias a sus niños es otro elemento fundamental para una infancia plena.
Carolina Coletto. Psicóloga

Es en la niñez donde tenemos que transmitirles a nuestros hijos que siempre vamos a estar para ellos, que nos pueden contar lo que sea”  Carolina Coletto Psicóloga

“Hay muchas opciones para que los niños desde pequeños puedan jugar imaginando y creando como los juegos de encastre, juegos sensoriales con sonido y colores, depende de la edad. Lo importante es acercales opciones para que puedan jugar solos o con otros niños, los adultos podemos estar atentos a sus intereses, hay chicos que les gustan los dinosaurios, otros la cocina, los autos, el maquillaje. Hoy los chicos son más perspicaces y no se quedan en lo rosado o azul, en las etiquetas, que son también una construcción cultural”.

Acompañar la infancia es además, salir al patio a buscar insectos y flores o a hacer un picnic en cualquier rincón de la casa, es rescatar la costumbre de contar cuentos antes de dormir y hacer planes para compartir el domingo.

“Los chicos a veces no necesitan grandes cosas, ellos quieren jugar y tener nuestra atención, podemos rescatar juegos tradicionales. Ya sea que sus padres convivan o estén separados, lo ideal es que cuando están con sus hijos armen un programa y estén con todos sus sentidos en ese momento, no pensando en otra cosa. Ese es el mejor regalo que se les puede dar a los niños, nuestra atención, cuidado y amor”, concluyó.

Una fecha por los derechos del niño

Este 2020 el Día del Niño se celebra el 16 de agosto, tercer domingo del mes.

La jornada dedicada a promover los derechos de la infancia y su bienestar general se instituyó en Argentina en 1960. Desde entonces, y durante muchos años se festejó el primer domingo de agosto. En 2003, por pedido de la Cámara del Juguete y debido a cuestiones comerciales, se trasladó al segundo. Y en 2013, también por otra solicitud de la misma entidad, el festejo pasó al tercero del mes.

El Día del Niño es una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que en 1956 instó a todos los países a que celebraran el Día Universal del Niño en la fecha que consideran conveniente.

Luego el organismo eligió el 20 de noviembre en conmemoración de la Declaración de los Derechos del Niño de 1959 y se consagra a “la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero”.