Justo a tiempo

sábado 04 de abril de 2020 | 5:00hs.
De Giácomi cumple con la cuarentena obligatoria y se ingenia para no dejar el golf de lado.
De Giácomi cumple con la cuarentena obligatoria y se ingenia para no dejar el golf de lado.
Estados Unidos se convirtió desde hace unos días en el epicentro mundial del Covid-19. Ese escenario al que hoy se enfrenta el gigante americano es del que lograron escapar a tiempo los golfistas Juan De Giácomi y Mauro Báez, las dos joyas del Tacurú Social Club.
Ambos decidieron alejarse a tiempo de Florida, estado donde estudian y compiten, cuando todavía la pandemia daba algo de tregua en este punto. Aunque antes de instalarse en la capital misionera y cumplir con la cuarentena obligatoria, los posadeños tuvieron un periplo marcado por la suerte del tiempo.
“Cuando vi que se venía feo me contacté con Mauro y decidimos volvernos. Buscamos las formas y decidimos sacar pasajes de avión en Miami”, inició De Giácomi, en diálogo con El Territorio. Precisamente el joven de 21 años estudia y juega en la Universidad West Florida, de Pensacola, a casi cinco horas de distancia de donde lo hace Maurito, en la ciudad de Jacksonville.
“Fuimos en auto a Miami por cuestiones de seguridad, y nos quedamos en lo de una tía unos cinco días tratando de conseguir vuelos porque el panorama ya estaba complicado. El lunes 23 de marzo salimos para Nueva York, donde esperamos tres horas”, continuó.
“Llegamos a San Pablo por la mañana y nos dijeron que el vuelo a Foz de Iguazú estaba cancelado. El próximo salía a las 19.30 y eran las 8 de la mañana. Esperamos, llegamos a Foz a las 22 y cuando pasamos migraciones después de los controles teníamos un amigo de nuestros padres que nos esperaba con un auto para volver. Gracias a Dios llegamos a Posadas a las 3 de la mañana del martes 24 de marzo. Días después se anunció el cierre de frontera en Argentina”, agregó Juan.
Respecto de cómo tomaron al coronavirus los estadounidenses, Juani fue tajante: “En la ciudad que vivo al momento que explotó todo había 100 infectados y ningún muerto. Lo malo es que empezaron a restringir las cosas recién ahora. Los días que estuve en Miami cuando se declaró la pandemia la rutina se vivía normalmente; es más, a mediados de marzo nos tocó un día que hizo mucho calor y estábamos cerca de 10 mil estudiantes en la playa, una locura”.
“En Estados Unidos lo toman normalmente. Compartiendo grupos de WhastApp hasta nos enteramos que un compañero de equipo seguía entrenando estos días en la cancha de golf de Pensacola. Si te pones a comparar con China, los chinos están por encima en prevención, tomaron las medidas indicadas”, agregó.
Hoy De Giácomi y Báez cumplen con la cuarentena obligatoria, mientras se las ingenian para no perder el ritmo.
“La Universidad está cerrada pero las clases para los estudiantes son online. Nosotros ya estamos acostumbrados, no es problema, porque tienen programas y todo lo necesario cuando se dictan las clases normales. Es decir que ya se podía optar por presencial o no”, recalcó Juan.
“Entrenamos pegándole a la pelota, haciendo flexiones de brazos y tratando de adelantar la tarea de la Universidad”.
“Me arreglo en un patio para practicar técnica colocando una frazada en un tendedero de ropa. En mi caso estoy practicando técnica, pero no ves como sale la pelota, sólo la sentís. No tenés un lugar fijo y como golfista perdés mucho. Perdés ritmo y sensaciones, más nosotros que veníamos compitiendo”, cerró Juani, quien espera que esto termine lo más pronto.