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Informe de Domingo: Reservorios de virus

domingo 17 de febrero de 2019 | 6:00hs.
Informe de Domingo: Reservorios de virus
Griselda Acuña

Por Griselda Acuña interior@elterritorio.com.ar

Están ahí, al acecho. Aunque no sean fácilmente perceptibles, están. Y recién cuando los casos se vuelven resonantes a lo largo y a lo ancho del país, se enciende el alerta. Los vectores son animales silvestres que transmiten enfermedades, poniendo en peligro la salud humana. Cada región tiene sus particularidades y libra sus propias batallas sanitarias.

El brote de fiebre amarilla registrado cada vez más al sur de Brasil, a pocos kilómetros de la frontera misionera, dirige la mirada, una vez más hacia el Aedes aegypti. El mosquito que llegó a América hace 500 años, por medio del comercio de esclavos negros, también transmite dengue, chikungunya y zika.

Por otro lado, el brote de hantavirus desatado en Epuyén, provincia de Chubut, amerita un capítulo aparte teniendo en cuenta que Misiones es zona es endémica para la enfermedad que contagia el ratón colilargo.
En medio de un panorama epidemiológico complejo, El Territorio buscó voces legitimadas por la comunidad científica para abordar el riesgo que representan aquellos animales o insectos que ofician de reservorios de virus.

“En Misiones el principal problema son las enfermedades transmitidas por mosquitos”, dice Fabricio Tejerina, biólogo y miembro del grupo de mosquitólogos de la Sociedad Argentina de Entomología.

En su misma vereda se para el infectólogo del Hospital Garrahan de Buenos Aires Roberto Debbag: “Las enfermedades transmitidas por mosquitos principalmente ocurren en la parte Norte y Nordeste de la Argentina; también hay otras provincias donde pueden aparecer casos”.

En ese sentido, ambos coinciden en la fuerza de un arma: la higiene.
“La higiene es importante en general para combatir a todos los vectores, (la limpieza) hace que se diluya la posibilidad de estar en contacto con todos los vectores”, desliza Debbag.

Con respecto al hantavirus, el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, Lautaro de Vedia, sostiene “es fundamental que la población de zonas endémicas esté debidamente informada sobre hábitos saludables para evitar el contagio y los equipos médicos en alerta para detección temprana de casos”.

Además del mosquito y la rata (en diferentes especies, dado que en la provincia se registran casos de leptospirosis, transmitida por un ratón diferente al colilargo), hay otros vectores que son responsables de la llegada de enfermedades como la leishmaniasis. “Es claramente una enfermedad de la pobreza”, advierten los especialistas consultados y destacan que las condiciones socioculturales y la deforestación aportaron una gran cuota para que la patología se disperse en ambientes urbanos.

Así, señalan que el hecho de que no se esté dando un “boom” de casos como años atrás no es motivo para bajar la guardia.
Mientras en Córdoba una investigadora, la ingeniera biomédica María Florencia Peralta trabaja para el Conicet y laboratorios privados en una cura menos invasiva y tóxica para la leishmaniasis cutánea en humanos, en la capital provincial, Cecilia Nevot y Octavio Estévez -el matrimonio de veterinarios e investigadores- fueron los primeros en detectar casos de canes infectados con el parásito.

“El perro no es el enemigo”, coinciden ambos y apuntan a la tenencia responsable y la limpieza domiciliaria. Y mientras militan para que se tome conciencia de lo peligrosa que puede ser la enfermedad, no dejan de lado la ciencia y la investigación y junto a un equipo científico-universitario de Salta buscan generar métodos de detección más rápida del mal en perros.

Algunas enfermedades son silenciosas y sólo un pequeño porcentaje de las personas llegan a realizarse el examen serológico para determinar el diagnóstico. El mal de Chagas se ubica en esta denominación, siendo su vector la vinchuca, a través del parásito Trypanosoma cruzi.

“El insecto lo que hace es que cuando pica a un paciente y posteriormente defeca, es ese precisamente el momento en el que transmite el parásito. La persona se rasca la piel y es allí cuando puede ingresar dentro del organismo”, explica el médico Gustavo Méndez, responsable del Servicio de Infectología del Hospital Escuela Doctor Ramón Madariaga de Posadas. En el nosocomio atienden a un centenar de pacientes con esta patología.

Salvando las distancias con lo expuesto por los profesionales, hay otra enfermedad que si bien no tiene incidencia en Misiones, su desarrollo motivó un constante monitoreo. Se trata de la esquistosomiasis, más conocida como la “enfermedad de las represas”. El parásito llamado esquisoma, causado por gusanos del género schistosoma, infecta a una especie de caracoles, que luego a eliminar sus larvas, ingresan al organismo humano a través de la piel.

Roberto Stetson, dirige el Programa Provincial de Estudio de Animales Venenosos del Ministerio de Salud Pública provincial y además lleva adelante estudios, en virtud de un convenio entre la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y la cartera sanitaria local.

Las características de la región como el clima subtropical, las lluvias y la eterna batalla contra la basura, no permiten subestimar la vigilancia epidemiológica. No es necesario esperar que llegue el momento de contar los casos en una epidemia para advertir el problema. Existen indicadores que obligan a replantearse estratégicas y hábitos. Lo primero le corresponde al Estado, lo segundo a la comunidad.

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