Herencia que se habla

domingo 17 de noviembre de 2019 | 9:00hs.
Herencia  que se habla
Herencia que se habla
La lengua es herramienta fundamental para la expresión y desarrollo de cultura. Y vehiculiza la manifestación hablada y escrita de la manera diversa en que los grupos humanos observan, comprenden y tocan el mundo. Tiene claro, un sesgo político que a través del tiempo y hasta la actualidad incorpora como marcas permeables las tensiones entre sectores dominantes y desplazados.
Así, una lengua o idioma es columna vertebral y viva de la identidad de un pueblo y, al mismo tiempo, la trinchera de los hablantes para resistir el olvido. 
En el otro extremo, se convierte en artilugio implacable para barrer la diversidad y disciplinar avasallante a las voces discordantes. Un proceso que los ancestrales habitantes de este continente, bautizado con sangre como América, han padecido y aún hoy resisten. El coloniaje no ha finalizado y renueva caras y métodos.
Prueba del riesgo latente que corre la pluralidad lingüística son los esfuerzos por visibilizar la importancia de salvaguardar este acervo enriquecido por los aportes de las culturas originarias como también el trabajo coordinado con los miembros de estas comunidades en el marco de la declaración de 2019 como Año de las Lenguas Indígenas por la Asamblea General de las Naciones Unidas e instrumentado por la Unesco.
En el documento de presentación de la proclama, la Unesco señala que El Año Internacional de las Lenguas Indígenas está dedicado a “las lenguas históricamente marginadas”. Y el objetivo de la iniciativa es sensibilizar a la opinión pública sobre los riesgos a los que se enfrentan estas lenguas y su valor como vehículos de la cultura, los sistemas de conocimiento y los modos de vida. En el escrito se explicita que la mayoría de las 7.000 lenguas que se hablan en el mundo se consideran indígenas. Son depositarias y portadoras de cultura, conocimiento, valores e identidad. “Su pérdida representa un empobrecimiento para la humanidad en su conjunto y para las comunidades a las que se impide transmitir su lengua materna a sus hijos”.
En Misiones, tierra-mosaico de la integración de culturas, hay al menos 100 comunidades mbya guaraní que contribuyen al entramado identitario con sus costumbres y con su idioma. Porque se trata además de una necesidad global de un asunto del que todos podemos formar parte. El Territorio presenta el siguiente informe sobre la lengua mbya guaraní, su origen y vigencia en la frontera, donde se da la convergencia de grupos guaraníes asentados en Argentina, Paraguay y Brasil. Un texto construido con los aportes de especialistas en temáticas indígenas, docentes y también desde la mirada y la voz de integrantes de la comunidad mbya que  tienen todo su empeño en cuidar la lengua de sus mayores y transmitirla a las nuevas generaciones desde una posición de desigualdad. La escuela se abre como un espacio de presente y futuro.