“Hay que escuchar más a los indígenas”

jueves 04 de junio de 2015 | 0:00hs.
“Hay que escuchar más a los indígenas”
“Hay que escuchar más a los indígenas”

Bartomeu Meliá es un autor indispensable para cualquier intento serio de aproximación a la cultura guaraní en sus más diversas vertientes. A partir de su luminoso recorrido etnográfico, Meliá afirma que actualmente “el pueblo guaraní sigue amenazado” y que para construir una sociedad mejor, es necesario “escuchar más a los indígenas”.
Ayer, este gran pensador y sacerdote jesuita, recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) en reconocimiento a su vasta trayectoria en los campos de la lingüística, la antropología y la historia indígena.
La propuesta de otorgar esta distinción surge de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, unidad académica que ha tenido una estrecha vinculación con Meliá desde hace más de 30 años. Aún hoy, sigue siendo impulsor de nuevas líneas de investigación que él mismo promueve a través de conferencias magistrales y participación en congresos y eventos científicos.
Se trata del tercer Honoris Causa que recibe en su carrera pero Misiones tiene un significado especial para Meliá: “viene de mi patria. Misiones no es sólo un territorio, es un culturatorio; el territorio guaraní es una cultura”.
En diálogo con El Territorio, Meliá consideró que la sociedad debe reivindicar la cultura guaraní: “Es un modo de ser que creo que hay que recuperar. Hay que escuchar mucho más a los indígenas, así nuestro sistema educativo estaría mucho mejor”.

¿Por qué cree que no se los escucha actualmente?
No se los escucha principalmente porque nadie sabe escuchar guaraní, entonces siempre los obligamos que nos expliquen en castellano, y al explicarlo así, prácticamente ellos se disfrazan y de alguna manera, se ensucia el concepto. Por eso digo que tenemos que escuchar a los guaraníes en tres campos: en el sistema educativo, en el sistema de parentesco e incluso en el sistema de gobierno.

En estos años de investigación, ¿qué fue lo que le marcó de la cultura guaraní?
Me marcó el convencerme que solamente se sabe lo que escuchamos, no lo que enseñamos. Tengo una anécdota. La segunda vez que entré en el monte, yo ya creía saber donde estaba el camino y venía con un indígena detrás. De repente me di cuenta que estaba equivocado. Me di la vuelta y pregunté: De verdad que estamos equivocados ¿por qué no me lo dijiste?; y él me contestó: 'usted iba adelante'. Entonces, nunca más me puse adelante. Siempre he procurado seguir lo que me enseñan y lo que me muestran y así creo que avancé un poco.

¿Para qué sirve la antropología?
La antropología es la ciencia del sentido común sobre un pueblo. Descubrir que lo que nos parece raro es de sentido común para aquel pueblo, una lengua extraña como el guaraní nos parece extraño, pero ellos hablan su lengua, la lengua de su madre. También el sistema de gobierno como ellos tienen, por asamblea y muy democrático, es de sentido común, somos nosotros que hemos cambiado un poco las reglas.

¿Cómo ve la situación actual del pueblo guaraní?
El pueblo guaraní sigue amenazado y perseguido. Pero está fortaleciéndose. Ellos ahora hablan mucho de la Nación Guaraní y prácticamente tienen aldeas, y su territorio desde Bolivia hasta el Atlántico. Esa cultura guaraní está cada vez más fuerte. Yo tenía miedo de que los guaraníes que van a la universidad, pasaran a otro sistema, pero me doy cuenta que a muchos de ellos la universidad les ha ayudado para reafirmarse. Dentro del medio manejan el internet, la computadora, conocen otras cosas, alfabetizan otras escuelas pero los más conscientes procuran no darle la espalda a la tradición. El padre o el abuelo es siempre una referencia muy fuerte. Algunos se desvían y pierden su postura. Imitan y se disfrazan de cualquier cosa.

¿Cuál debe ser el rol del Estado para lograr la inclusión de los indígenas?
Dejarlos en paz, porque hace siglos que no los dejamos en paz. Y procurar respetarlos y no querer que sean como nosotros. Cada pueblo tiene derecho a ser lo que es, en su lengua, en sus creencias, en su sistema de gobierno, etcétera; incluso es un derecho internacional declarado por la ONU. Y esta especie de pluriculturalismo sería una inyección de fuerza para nuestra sociedad.

¿Pero cómo ayudar a las comunidades sin invadir, respetando su cultura?
El último documento internacional salido de la ONU de septiembre de 2007, da unas normas muy claras que han salido de la consulta de todos los indígenas del mundo. Fundamentalmente: respetar sus territorios, no permitir que se los invada, porque ese es un suicidio para nosotros. La desforestación del Paraguay y Brasil, aquí no tanto todavía, es un crimen del cual nosotros y todos pagamos las consecuencias. Es una sabiduría que no es para defenderlos a ellos, es para defendernos a nosotros. Pero somos tan estúpidos que preferimos seguir con nuestras economías del  desastre de exclusión y pobreza. Precisamente por no escuchar el sentido común del otro.

¿En qué está trabajando actualmente?
En este momento, estoy editando un libro de más de 300 páginas con muchas fotografías que se titula Camino guaraní: de lejos venimos para más lejos caminamos, esta es una leve investigación sobre literatura guaraní y en guaraní. Los jesuitas hicieron mucho en traducir, pero surgieron verdaderos escritores guaraníes. El primer gran documento guaraní es de 1630, una especie de acta sindical en que ellos exponen sus puntos de vista frente a los encomenderos que lo tenían esclavizados en la yerba mate, que al padre Montoya (a quien he conocido) le hizo exclamar 'la infernal yerba', porque esa yerba venía manchada de sangre.

Perfil

Bartomeu Meliá
Nació en Mallorca, España, en 1932 y se doctoró en Ciencias Religiosas en la Universidad de Estrasburgo con su tesis sobre la creación de un lenguaje cristiano en las Reducciones Guaraníes del Paraguay. Ya formado como sacerdote jesuita, se radicó en Paraguay en 1954 y tomó contacto con la realidad indígena del país vecino, interés que luego hizo extensivo a los pueblos originarios de todo el continente sudamericano.
En su trabajo con las comunidades de los pueblos originarios implementó un metodología innovadora para la época -década del 70- por su carácter participativo y promotor de la interacción indígena en los procesos de cambio social. Se involucró activamente en los movimientos intelectuales y sociales que denunciaban los atropellos sufridos por las poblaciones indígenas, lo cual le valió la persecución y expulsión del Paraguay en 1977.
Estuvo en Posadas, luego de su expulsión de Paraguay, y trabajó en la Universidad Nacional de Misiones donde dictó seminarios y maestrías sentando las bases de una metodología rigurosa y crítica para incentivar los estudios etnohistóricos. Meliá participó plenamente en defensa de las luchas sostenidas en Misiones en el marco de los debates de la Ley Provincial del Indio y más recientemente colaboró en los cursos de formación de educadores indígenas.