Hallaron muerta a una mujer que llevaba casi siete años buscando a su hija desaparecida

sábado 04 de abril de 2020 | 4:00hs.
Beatriz Sosa (57) junto a una foto de su hija Miriam.
Beatriz Sosa (57) junto a una foto de su hija Miriam.
Agustín Mazo

Por Agustín Mazo fojacero@elterritorio.com.ar

Desde finales de noviembre de 2013 hasta la actualidad, Beatriz Rosa Sosa (57) encabezó junto a su esposo y su familia una larga y sufrida lucha por recolectar información y datos que la acerquen al paradero de su hija Miriam López, una mujer discapacitada de 31 años que desapareció luego de haber salido de su vivienda en el barrio Anselmo de Candelaria con la intención de hacer compras.
Durante años, los integrantes de la comisaría de Candelaria fueron tras el rastro de varias pistas con la misión de hallar a Miriam. Aunque ayer por la mañana, una llamada hecha desde la casa de la madre de la desaparecida no trajo justamente ninguna novedad sobre Miriam y sí una triste noticia.
En medio de la cuarentena obligatoria dispuesta por el gobierno nacional los uniformados acudieron rápidamente hasta la casa 5 de la manzana 500 del barrio Anselmo en donde constataron con sus propios ojos la muerte de Beatriz, quien minutos antes fue hallada por su nieta de 18 años tendida en la cama.
Según pudo saber este matutino por fuentes ligadas a la investigación, familiares de la mujer comentaron a los pesquisas que desde hacía varios días Beatriz, quien desde hace ya varios años estaba retirada del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), venía consumiendo una gran cantidad de pastillas y que lo hacía a escondidas. Y agregaron que esa mañana había tenido algunas dificultades para respirar.
El cuerpo fue examinado por el médico policial que dispuso la realización de una autopsia a los fines de determinar fehacientemente las causas del deceso. Aunque se añadió que no se encontraron signos de violencia.
Es por ello que el cadáver fue llevado a la Morgue Judicial de Posadas y se espera que hoy se conozcan los resultados de los exámenes forenses.
Por otro lado, en la habitación donde descansaba Beatriz, los efectivos de la división Criminalística secuestraron tabletas de distintos fármacos y que habitualmente son utilizados para tratar estados de ansiedad y angustia.

Misteriosa desaparición
Según se sabe por lo recolectado hasta el momento por los investigadores, el 25 de noviembre de 2013, cerca de las 22, Miriam salió de su casa con la idea de comprar unas cervezas en una despensa cercana.
A mitad de camino se topó con un joven conocido del barrio a quién pidió si la podía acercar hasta la zona céntrica de la localidad en su motocicleta. Pero el muchacho, sabiendo de la discapacidad que tenía la mujer -padece de esquizofrenia y epilepsia-, prefirió trasladarla hasta la comisaría local.
Un oficial de dicha dependencia se habría hecho cargo de la situación y el motociclista se alejó del lugar. Desde ese momento nadie supo más nada de Miriam.
A las pocas horas, Beatriz y su esposo Luis López, radicaron la denuncia en la dependencia local. Pero el correr de los días, según estos, solo obtenían la frase “no hay novedades hasta ahora”, de parte de los policías.
Entre las hipótesis que rondaron sobre la misteriosa desaparición, los padres no descartaron que pudiera estar relacionado a un episodio de abuso sexual que Miriam había sido víctima, meses antes, y que no fue denunciado por la familia.
Sobre este grave hecho añadieron que Miriam fue abordada por un grupo de jóvenes conocidos del barrio cuando volvía a su casa. Y que en dicha oportunidad fue un policía quién la llevó hasta su vivienda y le recomendó a sus padres que la bañaran y la hicieran dormir.
En diálogo con este medio, durante una entrevista hecha semanas después de la desaparición, la propia Beatriz comentó que su hija le había confesado que el policía también había abusado sexualmente de ella. Aunque los pesquisas no lograron confirmar esta versión y la tesis quedó en un segundo plano.
Seis meses después de su desaparición, la Policía de Misiones concretó un allanamiento por orden de la Justicia en la casa de la familia Sosa y realizó excavaciones en el patio.
Los resultados fueron negativos y las pistas certeras seguían sin aparecer.
Uno de las últimas sospechas que se siguieron fue la de un supúesto testigo que vio a Miriam, junto a su pequeño bebé en brazos, en la localidad correntina de Ituzaingó.
Esta persona, oriunda de Candelaria y conocida de los Sosa, tuvo una charla en 2015 con Beatriz en donde manifestó que su hija estaba vivienda en el pueblo.
Pero al ser entrevistado por los investigadores, este testigo negó haber tenido una charla con Beatriz y el caso nuevamente regresó a foja cero.