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Familiares de Mendoza creen que el crimen fue premeditado por Naranja

miércoles 13 de junio de 2018 | 6:00hs.
Familiares de Mendoza creen que el crimen fue premeditado por Naranja
Maximiliano tenía 25 años.
Maximiliano tenía 25 años.
Cuatro días después, el asesinato de Maximiliano Teodoro Mendoza (25), alias Porteño, en el barrio El Progreso de Posadas, sigue siendo una realidad difícil de digerir para su familia. No encuentran consuelo ante la inesperada pérdida de quien calificaron como “un muchacho bueno, voluntarioso, solidario y sin maldad, que estaba feliz planeando casarse con la chica que amaba”.

Los momentos posteriores al crimen, de duelo, dolor y contacto directo con amigos y allegados, sirvieron para reconstruir, en parte, qué pasó durante esa madrugada de sábado (9 de junio) en la pieza de alquiler ubicada sobre la calle Cerrito casi Las Rosas, donde vivía desde hace pocos meses cuando decidió dejar Corrientes para radicarse en Misiones.

En base a los testimonios de quienes en ese momento estuvieron en la propiedad, la familia del fallecido cree con mucha seguridad que el sindicado asesino, Hugo Alberto R. (28) -apodado Naranja-, premeditó el ataque después de ser echado del sitio un rato antes. ¿El motivo? Un teléfono celular.

Patricia Mendoza, acongojada, inició la charla con El Territorio recordando: “Le dije a mi hijo, antes de que venga a Misiones, que tenga cuidado con las juntadas, que cualquier malentendido es motivo para que aparezcan broncas y mira vos, poco tiempo después me tocó sepultarlo. Era un chico bueno, no se metía con nadie e era incapaz de reaccionar de forma violenta, por eso nos genera mucho dolor que igual lo hayan matado. Es el golpe más duro que una madre puede recibir”.

“Como una emboscada”
La madre busca justicia. Eso lo llevó a indagar personalmente sobre el episodio y de boca de los amigos que esa noche casualmente estuvieron en la escena, se enteró “que el asesino estuvo compartiendo con ellos un rato antes hasta que hizo algo malo, le pidieron que se vaya, después lo sacaron a la calle, pero volvió únicamente para cometer el asesinato”.

Fue más detallista contando que “en medio de la reunión, el tipo este (por Naranja) quiso robarle el teléfono celular a mi hijo, que se dio cuenta, le cuestionó y por esa actitud que tuvo decidieron sacarlo de ahí. Él se fue, los chicos siguieron en la suya hasta que un rato después regresó, golpeó la puerta y ni bien mi hijo se asomó, le tiró la puñalada. Fue como una emboscada, no se pudo defender. Lo único que hizo fue, malherido, buscar ayuda, se arrastró por la vereda, pero murió ahí, pobrecito”.

Esa secuencia fue corroborada por la concubina de Porteño, Belén Cabral, al decir que “los chicos fueron claros en contar eso, que pasó así e incluso, ellos corrieron y detuvieron al asesino a las pocas cuadras de donde mató. Por eso decimos que fue planificado, resta saber qué hora era cuando lo sacaron y cuanto tiempo pasó hasta que regresó con la idea de matarlo, lo que finalmente hizo”.   

En coincidencia con su suegra, la mujer aseguró que “queda pedir justicia por Maxi, luchar para que su muerte no quede en vano y el asesino sea condenado, que no salga más de la cárcel. Teníamos muchos planes juntos y ahora todos quedaron truncos”. Patricia acotó: “Su vida no la vamos a recuperar, pero no vamos a dejar que esta muerte duerma años en los despachos judiciales”.

Versiones dispares
La versión en la que cree la familia Mendoza es, en parte, distinta a la oficial brindada por la Policía de Misiones después del crimen. Es que la reconstrucción que hicieron los detectives en base a testimonios y pericias marcaría que minutos antes de las 6 de la mañana, Porteño estaba frente al departamento con uno de los tres participantes de la reunión cuando intempestivamente habría irrumpido Naranja, quien lo desafió a pelear un “mano a mano” (sic), pero al acercarse la víctima, sacó un cuchillo de la cintura y le asestó la puñalada letal a la altura de la tetilla.

Herido de muerte, el muchacho alcanzó a llegar hasta el portón, tal vez buscando refugio, pero no pudo ingresar. Su corazón se detuvo al poco rato. En ese punto Patricia planteó que “si lo hubieran asistido a tiempo, posiblemente se salvaba, aunque era epiléptico y eso aceleró todo”. El informe forense habla de un shock hipovolémico, es decir que murió desangrado.

Más allá de eso, desde la fuerza se detalló que cuando llegaron las patrullas de la comisaría Octava (después del alerta al 911) constataron el deceso y salieron en busca del sospechoso, que fue detenido caminando por la zona. “Los amigos de mi pareja lo corrieron y le agarraron a las pocas cuadras, ellos lo retuvieron hasta que llegaron los policías”, explicó Belén. 

Se abstuvo

Naranja permanece detenido en la comisaría Octava de Posadas. En la víspera, cerca del mediodía, fue trasladado hasta la sede del Juzgado de Instrucción Tres, donde su titular, el magistrado Fernando Verón, tenía la pretensión de indagarlo, pero finalmente el acusado decidió abstenerse. Fuentes judiciales informaron que le podría caber la imputación por homicidio simple, que pena con entre 8 y 25 años de prisión.


Por Cristian Valdez
fojacero@elterritorio.com.ar
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