Está prófugo el penitenciario acusado de violar a sus hijastras

viernes 13 de diciembre de 2019 | 6:00hs.
Daniel Villamea

Por Daniel Villamea Corresponsalía Oberá

Mientras las víctimas y su madre permanecen con custodia policial, hasta el momento la Policía no logró dar con el paradero del penitenciario denunciado por el presunto abuso sexual de sus hijastras de 11 y 9 años, lo que genera gran temor a las damnificadas y su entorno.
El viernes pasado, las menores fueran sometidas a la evaluación médica, tras lo cual desde el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá se ordenó la detención del sargento ayudante Eduardo Iván C. (38), quien desde entonces se halla en condición de prófugo.
La noche anterior, la niña de 11 años aseguró que vio al sujeto merodeando afuera de su casa, por lo que rápidamente su madre dio aviso a las autoridades policiales. Al otro día se dispuso la custodia de la familia.
Con relación a la pericia ginecológica realizada la semana pasada, fuentes del caso indicaron que existirían indicios de abuso en las dos criaturas.
Asimismo, será clave la declaración de ambas en Cámara Gesell, aunque para ello primero la Policía debería capturar al sospechoso, quien a su vez tendría que designar un abogado para garantizar su derecho de defensa.
De manera preventiva, la causa fue caratulada como abuso sexual gravemente ultrajante calificado por el grado de parentesco, ya que el acusado se casó con la madre de las menores y estaba a cargo de ellas.
Dicho delito contempla una pena que podría superar los quince años de prisión, aunque la imputación podría agravarse a partir de la declaración en Cámara Gesell, procedimiento que cuantifica el daño y resulta determinante en casos contra la integridad sexual de menores.
Además, tal como publicó El Territorio en exclusiva, Eduardo Iván C. posee antecedentes por abuso en perjuicio de tres niñas, en 2010, lo que complicaría su situación penal.

Proceso demorado
El 30 de noviembre pasado la esposa del penitenciario lo denunció ante la Comisaría de la Mujer y el expediente recayó en el Juzgado de Instrucción Uno, a cargo de la jueza Alba Kunzmann de Gauchat, quien actualmente se halla en uso de licencia.
En consecuencia, el caso está siendo subrogado por el juez de Instrucción Dos, Horacio Alarcón, aunque por el momento el expediente está a cargo de la Policía que continúa realizando pesquisas.
En tal sentido, existe premura en dar con el sospechoso, puesto que al hallarse prófugo demora la continuidad del proceso y la búsqueda de justicia.
Entre innumerables suspicacias y versiones, en la víspera allegados a las víctimas mencionaron que en los últimos días el sujeto habría sido visto en casa de su madre.
En paralelo a la cuestión penal, a principios de la semana pasada la cúpula del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) dispuso el pase a situación de disponibilidad del funcionario.
Además se inició un sumario administrativo interno y debía presentarse para notificarse del mismo, aunque nunca regresó a la Unidad Penal II, donde se desempeñaba hasta que volvió a ser denunciado.
En consecuencia, el sospechoso cometió una falta institucional por no presentarse en tiempo y forma ante el requerimiento de la superioridad.

Crudo relato
Tampoco se debe soslayar que Eduardo Iván C. posee antecedentes por hechos similares denunciados en julio del 2010 por los padres de tres niñas, aunque luego fue sobreseído.
En consecuencia, el funcionario continúo desempeñándose bajo la órbita del SPP y cumplía funciones en la Unidad Penal II, hasta que el pasado sábado 30 de noviembre volvió a ser denunciado por su esposa.
Los hechos salieron a la luz cuando la menor de 11 años se acercó a su mamá y le preguntó “cómo una nena puede saber si fue abusada”, lo que inmediatamente alertó a la progenitora.
La pequeña rompió en llanto y le confesó el secreto que venía guardando desde que tenía 8 años, tal como indicó. Incluso, aseguró que ese mismo día su padrastro la manoseó en dos oportunidades y la obligó a tocar sus partes íntimas.
Según declaró ante la Comisaría de la Mujer de Oberá, luego de que su hija mayor le contará los sucesos, la mujer también indagó a la niña de 9 años, la que relató que atravesó por situaciones calcadas a las que relató su hermana.
Ambas habrían coincidido en que los abusos se iniciaron en circunstancias en que la mujer salía a trabajar y quedaban al cuidado del penitenciario cuando éste se hallaba de franco.
Pero tiempo después la progenitora dejó de trabajar afuera y los abusos cesaron por un tiempo, aunque luego se habrían intensificado.
Hace casi una década el mismo penitenciario fue detenido tras ser acusado de abuso sexual simple en perjuicio de una niña de 9 años que solía jugar con su hijo, fruto de una relación anterior.
Además, la madre de otras dos nenas del barrio denunció que sus hijas fueron ultrajadas por el mismo sujeto.
A raíz de esas denuncias estuvo detenido, pero en 2011 fue sobreseído de los tres hechos por la jueza Kunzmann de Gauchat.


Revivieron el dolor

“A nuestras hijas no les creyeron y el depravado siguió violando criaturas”, lamentó el padre de la primera víctima que lo denunció en julio del 2010.
Por su parte, la madre dijo: “Primero, cuando me enteré de que lo volvieron a denunciar, lloré mucho. Fue como una descarga de tantos sentimientos acumulados. Y después les reenvié la noticia varios vecinos que estos años dudaron de las nenas”.
Ambos revivieron el calvario que atravesaron desde el momento en que su hija les contó lo que le hacía su vecino, el papá de su amiguito, pasando por el hostigamiento de la familia del acusado, la inacción judicial y el hasta el hecho de que el sujeto volvió a vivir en el mismo barrio.
Incluso, aseguraron que en 2010 habrían sido por lo menos cuatro las víctimas, una de las cuales padece una discapacidad, por lo que en su momento su madre no habría querido exponerla. “Entonces confiábamos, pero la justicia nos defraudó”, lamentaron.