Esperanza y alegría para el santo de la vida

martes 01 de septiembre de 2020 | 5:00hs.
Esperanza y alegría para el santo de la vida
Esperanza y alegría para el santo de la vida
La Iglesia Católica celebró ayer el día de San Ramón Nonato y los festejos se concentraron en el barrio homónimo de Posadas.

Allí, desde muy temprano, los fieles y devotos se acercaron al patrono de las embarazadas, los niños por nacer y las parejas que desean formar familia para pedir un milagro o agradecer al santo por los favores recibidos.

“Estamos pidiendo que no nos haga perder la esperanza ante tanta desesperanza, ante tantos gritos de dolor y violencia que vive nuestra sociedad. Queremos pedirle esperanza, queremos pedirle vida”, resumió Miguel Ángel Moura, párroco de la capilla San Ramón, en la que se llevaron a cabo las celebraciones.

Es que, ante la delicada situación que plantea la pandemia a la comunidad, la fe de los cristianos se mantiene intacta. Por eso, aferrados a la esperanza, celebraron con alegría una de las fiestas que más convoca al barrio y que alimenta su espiritualidad.

Preparación
Los preparativos comenzaron unos días antes, ya que la comunidad debió adecuar la tradicional celebración al protocolo y el cumplimiento de las medidas de bioseguridad vigentes.

Para ello, las puertas de la iglesia se abrieron a las 6 de la mañana y se realizaron varias misas durante toda la jornada. Hubo celebraciones a las 8, a las 11, a las 16 y la misa central, presidida por el obispo Juan Rubén Martínez, a las 19.

También hubo bautismos y bendiciones para las embarazadas, así como  momentos especiales de oración para aquellas parejas que, con fe, esperan que San Ramón les otorgue el milagro de convertirse en padres. 

Además, el grupo de trabajo de la capilla organizó también una ollada de arroz con pollo, empanadas, pastelitos y mesa de dulces para lograr recaudar fondos para seguir construyendo “la casa de San Ramón”, reconoció Isabel López, colaboradora, en diálogo con El Territorio.

Si bien las actividades fueron más limitadas que en años anteriores, la comunidad se encargó de organizar un festejo que pudiera albergar a todos los promeseros.

En la entrada al templo, habían puestos sanitizantes, donde los encargados explicaban el procedimiento que debían cumplir los fieles para ingresar a la iglesia, así como también controlaban que todos llevaran puesto tapabocas. Teniendo en cuenta que al salón solamente podían ingresar hasta 33 personas, por las distancias obligatorias, prepararon también un equipo de sonido y algunos bancos en el tinglado de al lado, de manera que todos pudieran disfrutar de la celebración.

Además de las misas, también se realizó una caravana, ya que la tradicional procesión este año no pudo ser.

“Recorremos todas las chacras que articulan a la parroquia San Antonio, que es de la que depende nuestra capilla”, destacó Moura al tiempo que llamó a todos los fieles a tener paciencia y confiar con fe en que todo mejorará pronto: “Hoy nos une la común unión, la fiesta popular, la alegría. Este es un año raro, atípico, pero queremos pedirle a Dios el deseo de la esperanza”.

Devoción convocante
La hermita que contiene una imagen de San Ramón está repleta de ofrendas. Flores, placas, velas y cartas adornan el espacio al que los fieles se acercan a depositar su fe. Asimismo, el altar principal en el que se celebraron las misas de toda la jornada también estuvo decorado con escarpines, como un símbolo materializado de la milagrosa capacidad de dar vida.

“Es que todo es cuestión de fe. Solamente hay que pedirle a San Ramón y creer con convicción”, dijo Isabel, que junto al grupo de trabajo se encargó de decorar el espacio para la celebración especial de ayer.

Isabel comenzó a asistir a la comunidad San Ramón hace 14 años. “Me acerqué a esta capilla cuando mi hijo estaba en edad de hacer la catequesis. Luego, comencé como catequista y desde entonces, sirvo a San Ramón”, recordó la colaboradora.

Al igual que ella, Patricia y Ovidio, un matrimonio colaborador en la comunidad, trabajan desde hace muchos años en la capilla del santo del que son devotos.

“Nos hicimos devotos de San Ramón por el mismo motivo que otras tantas parejas se vuelven fieles de este santo. Cuando mi esposa quedó embarazada de nuestra primera hija, le pedimos al santo que la cuidara y bendiga, que proteja su embarazo y ella nació sana y salva. Así nos acercamos a la capilla”, recordó Ovidio.

Con el tiempo, “San Ramón hizo que nos mudemos a esta zona, al barrio, seguramente porque nos quería cerca o tenía una misión para nosotros. Fue así como comenzamos a trabajar en la comunidad, con fe y convicción en que él intercede por nosotros”, agregó la pareja.

Este año, incierto y distinto, el lema con el que trabajan desde la capilla es ‘Con San Ramón, pedimos la fortaleza de tener esperanza y fe en la vida’. “Y así es como estamos hoy aquí: unidos, apostando a la vida y la esperanza, con la convicción y la alegría de saber que Dios está con nosotros”, cerró Ovidio.