Escuelas de sangre

domingo 24 de marzo de 2019 | 5:00hs.
Escuelas  de sangre
Escuelas de sangre
Un tiroteo en una escuela conmocionó el miércoles 13 de marzo a la ciudad brasilera de San Pablo. En el hecho murieron diez personas, entre ellos siete nenes y los dos atacantes que se suicidaron. Además hubo unas 20 personas heridas. El hecho ocurrió en el colegio Raul Brasil, ubicado en el municipio de Suzano, en San Pablo.  Dos adolescentes encapuchados entraron al lugar y abrieron fuego. Los jóvenes fueron identificados como Luiz de Castro (25) y Guilherme Monteiro (17).
En una conferencia de prensa, el gobernador de San Pablo, Jao Doria, y el coronel Marcelo Salles de la policía local dieron algunos detalles de cómo fue la masacre, que dejó en alerta a la ciudad. Según explicaron ambos, los tiradores atacaron primero a un empleado de un lavadero de autos, que está a pocos metros de la escuela. La víctima quedó herida de gravedad y tuvo que ser operada.
Después, los jóvenes llegaron hasta la institución educativa, en donde le dispararon a la coordinadora pedagógica y a otra empleada del colegio. A los pocos minutos, se dirigieron al patio y allí atacaron a varios nenes. “Finalmente se dirigieron a un corredor contiguo y se suicidaron”, concluyó Salles.
El gobernador se mostró consternado por la situación y contó que nunca había visto un escenario igual durante toda su trayectoria política..
Si bien Brasil tiene el mayor número anual de homicidios en el mundo, los tiroteos escolares son algo inusual en ese país.  La masacre ocurrió días después de que el presidente Jair Bolsonaro flexibilizó el control de armas de fuego.
La medida oficial recibió fuertes críticas de la oposición que alertó que se podría incrementar los ya altos índices de violencia en el país.
Luiz Henrique de Castro (25) y Guilherme Taucci Monteiro (17) fueron los perpetradores del tiroteo en una escuela estatal de Suzano. El perfil de Facebook de Monteiro revela que el joven era un ferviente amante de las armas y seguidor de Bolsonaro. 
Los autores del crimen, que eran ex estudiantes de la escuela Raúl Brasil, se suicidaron tras el tiroteo. Pero cuando se conocieron sus nombres, las repercusiones en las redes sociales no tardaron en llegar.
Monteiro era amante de las armas y seguidor de Jair Bolsonaro, según pudo recoger el portal Epoca de su perfil de Facebook antes de que fuera dado de baja en horas de la tarde del trágico miércoles.   
Antes del tiroteo, el adolescente, que se identificaba como “Guilherme Alan” en Facebook, publicó 30 fotos en las que viste las mismas prendas usadas durante el atentado, incluida la máscara de calavera.
También aparece en las imágenes con un arma y mostrando, insultante, el dedo mayor. Al joven le gustaban las fotos de armas de fuego y cuchillos, arsenales de armas y videos de tiradores. Hace un mes, había ingresado a un grupo virtual sobre comercio de cuchillos artesanales. Otro rasgo constante en su perfil es el apoyo a Bolsonaro.
Durante la campaña, Guilherme demostró su simpatía por contenidos que le daban apoyo al entonces candidato del partido Partido Social Liberal. En tanto, el actual Presidente de Brasil comentó en Twitter: “Doy mis condolencias a los familiares de las víctimas del inhumano atentado ocurrido”.
El mandatario agregó: “Una monstruosidad y cobardía sin tamaño ¡Que Dios conforte el corazón de todos!”.
Bolsonaro promueve el libre uso de armas de fuego para disminuir la delincuencia. Hace dos meses el mandatario firmó un decreto que elimina el requisito que estipulaba que los brasileños debían probar su “necesidad efectiva” de poseer un arma de fuego. 
La admiración del joven agresor también se extendía a otros miembros de la familia presidencial. Es el caso de Eduardo Bolsonaro, hijo del primer mandatario. El adolescente interactuaba con algunos de sus contenidos, como una imagen en la que el hijo del titular del Poder Ejecutivo aparece sosteniendo un arma de alto calibre.
Otro de los hijos de Bolsonaro, el senador Flávio Bolsonaro también se manifestó en Twitter: “Mis sentimientos a todos los familiares de las víctimas cobardemente asesinadas en el colegio en Suzano. Una tragedia más protagonizada por menores de edad y que atestigua el fracaso del estatuto del desarme, aún en vigor”. 
Lo que más aparecía en su perfil, sin embargo, eran los videojuegos. El joven compartía imágenes y disfrutaba de los juegos de disparos en primera persona, como los de la serie Call of Duty y Ghost Recon. El joven también daba indicios en algunos posteos de que pasaba por problemas psicológicos y relacionados con el suicidio.  

Bailes y rezos
Sus voces resuenan por toda una ciudad desconsolada, en parques, altares y escuelas. 
Día tras día, los estudiantes de Christchurch se han reunido, golpeando el suelo con sus pies al unísono mientras cantan las palabras de los pueblos indígenas de su nación en una demostración de duelo, amor y solidaridad.
Tras la masacre perpetrada por un supremacista blanco en dos mezquitas de Nueva Zelanda la semana pasada, los jóvenes de Christchurch han encontrado consuelo en una añeja tradición: la danza ceremonial maorí conocida como haka.
Para la mayor parte del mundo, la haka está relacionada principalmente con el equipo de rugby de Nueva Zelanda, los All Blacks, que la realizan antes de sus partidos. 
Eso ha contribuido al malentendido de que solo se trata de una danza de guerra que tiene como objetivo inspirar temor. Aunque tal vez haya iniciado con ese fin, la haka ha evolucionado para convertirse en mucho más. “Cada día que hago haka, siento que soy de una tribu, que estoy con ellos y que todos los espíritus están con nosotros”, dijo la estudiante de secundaria Georgia Myers Meihana, después de que ella y sus compañeras terminaron de recitar una karakia, una oración maorí, frente a un altar de flores.
Millones de personas de todo el mundo han visto videos de las hakas de los estudiantes durante toda la semana pasada y muchos de los espectadores han comentado que han roto en llanto a pesar de que no saben el significado de las palabras en maorí. Esas reacciones no son sorprendentes, dijo Tapeta Wehi, fundador del grupo de performance The Haka Experience.
“He hecho haka por todo el mundo, y eso es normal”, dijo Wehi. “Recuerdo una vez en Alemania y estos enormes alemanes se me acercaron con lágrimas recorriéndoles las mejillas y me preguntaba por qué lloraban. Lo que representamos es el espíritu interno”, adujo .
Aunque, por tradición, los maoríes realizaban hakas en preparación a la batalla, no todas tratan de guerra, dijo Wehi.
Se ejecutan hakas para celebrar o para lamentar, y a menudo son parte importante de eventos como funerales o cumpleaños. 
Después de la masacre, Wehi señaló que personas de toda Nueva Zelanda han realizado hakas para mostrar su apoyo y respeto a las víctimas y sus familias. Para los estudiantes, los hakas han fungido como una importante forma de sanación después de una horrenda semana en la que perdieron amigos y la sensación de seguridad que les proporcionaba vivir en una nación que solía ser inmune a la violencia masiva causada por las armas de fuego.  Muchos neozelandeses aprenden a realizar el haka en la escuela. 
Algunas escuelas tienen hakas escritas específicamente para la institución; otras enseñan hakas tradicionales.
Esta semana más de mil estudiantes se reunieron en el parque frente a una de las mezquitas atacadas para una vigila. Blancos y maoríes, católicos y musulmanes, realizaron una haka que tenía un significado particularmente conmovedor: es el haka de la Secundaria Cashmere, que perdió a dos de sus estudiantes en la masacre.
Este haka, de nombre Tahu Potiki, viene de la tribu maorí de la Isla Sur Ngai Tahu, dijo el director de Cashmere, Mark Wilson.
Tahu Potiki fue un ancestro de Ngai Tahu y el haka pide a sus descendientes que se levanten y reclamen su lugar en el nuevo día, dijo Wilson. Ser parte de un grupo de haka puede ser un momento poderoso y emotivo, en que la gente se siente revitalizada y fortalecida.
De cierta forma, la respuesta de los estudiantes a los ataques ha sido similar a la del tiroteo del año pasado en una escuela de Parkland, Florida, en donde la voz de los jóvenes se levantó sobre la del resto.
Los estudiantes de Parkland, de los que unos 30 de hecho visitaron Christchurch el año pasado, se unieron para exigir una reforma a las leyes de portación de armas. En Christchurch, los estudiantes se han unido para rechazar la intolerancia propagada por el supremacista blanco acusado de la masacre. “Me rompe el corazón” dijo Seraphim Tempest (15) después de participar en la danza en Tahu Potiki. “Es para demostrar que aquí todos somos iguales y que todos son aceptados”.

Un chico problemático y solitario

“Problemático y solitario”, así es como estudiantes de la escuela secundaria Stoneman Douglas de Florida definen a Nikolas Cruz (foto en la página anterior), autor confeso del tiroteo masivo en el centro educativo en el que murieron 17 personas y 14 resultaron heridas el 14 de febrero de 2018. Cruz (19), que permanece detenido, había sido alumno de la misma escuela a la que regresó para llevar a cabo la matanza, de la que ya fue acusado formalmente. El joven enfrenta 17 cargos de asesinato premeditado y los fiscales a cargo del caso anunciaron el martes que pedirán la pena de muerte para él. Desde la matanza, se barajaba la posibilidad de que los fiscales desestimaran la pena capital y anunciaron que la decisión se tomaría después de dialogar las posibilidades con los familiares de las víctimas.


Disminuye el apoyo de los estadounidenses a las armas

Perciben que templos y escuelas se volvieron más peligrosas en los Estados Unidos.
La mayoría de los estadounidenses están a favor de que haya leyes más estrictas sobre armas y también creen que los templos y escuelas se han vuelto menos seguras en las últimas dos décadas, reveló un nuevo sondeo realizado por el Centro de Políticas Públicas.
La encuesta fue realizada antes y después de la masacre de este mes en dos mezquitas en Nueva Zelanda.
Halló que el 67 por ciento de los estadounidenses apoya la aprobación de normas más estrictas sobre armas, mientras que el 22% dijo que las leyes deberían de quedar intactas y el 10% dijo que deberían de ser menos rígidas.
La masacre de Nueva Zelanda del 15 de marzo no pareció afectar el apoyo de los estadounidenses por nuevas leyes sobre armas. 
El apoyo a leyes más estrictas fue el mismo que en el estudio realizado antes de la masacre.
Si bien la mayoría de los estadounidenses han dicho repetidamente que apoyan leyes de armas más estrictas, las propuestas de ley a menudo han languidecido en el Congreso en los últimos años, un marcado contraste con Nueva Zelanda y otros países, como Australia, que han tomado medidas decisivas tras un tiroteo.
Menos de una semana después de la masacre en las mezquitas, Nueva Zelanda anunció que prohibirían las armas semiautomáticas “tipo militar” y los cargadores de alta capacidad.
Igualmente, Australia aprobó leyes para prohibir armas menos de dos semanas después de una masacre ocurrida en 1996.
El nuevo sondeo indica que muchos estadounidenses respaldarían iniciativas parecidas, pero los demócratas y republicanos tienen muchas diferencias sobre las armas específicas a prohibir.
En general, seis de cada diez  estadounidenses favorecen prohibir los rifles AR-15 y armas semiautomáticas parecidas.  
Alrededor de ocho de cada 10 demócratas respaldan esa propuesta, pero sólo casi cuatro de cada diez republicanos. Los republicanos también son menos propensos que los demócratas a pensar que restringir la compra de armas va a evitar masacres con armas: 36% versus 81%. En general, el 58% de los estadounidenses cree que esta medida sí funcionaría. Aun así, tanto demócratas como republicanos favorecen ampliamente algunas restricciones de armas.
Grandes sectores demócratas y republicanos respaldan que se requiera una revisión universal de antecedentes para comprar armas y permitir que las cortes eviten que algunas personas compren armas si las consideran peligrosas para ellos mismos u otras personas, aún si es que ellos no han cometido delitos graves.