Escenario con historia

domingo 14 de abril de 2019 | 6:00hs.
Desde 1968, la peña funciona en calle Buenos Aires casi La Rioja.
Desde 1968, la peña funciona en calle Buenos Aires casi La Rioja.
Silvia Godoy

Por Ignacio Fidanza sociedad@elterritorio.com.ar

Si hubiera una imagen del tiempo podría ser la de una flecha espiralada. La punta de lanza es la promesa flexible de futuro pero antes están las vueltas, los saltos hacia uno y otro lado, esos minutos que se caen o avanzan.
Con esta idea de progreso no lineal hacia el mañana, revisitar la historia reciente de las expresiones culturales en la capital y en toda la provincia es encontrar que hoy como ayer, hay desafíos que se parecen, permanecen -aunque no inmóviles-.
Y están esos actores que de forma horizontal y comunitaria se ponen al frente de la hazaña de generar espacios, evocar el legado y dar voz a lo nuevo.
De esa necesidad de ejercer la memoria y mantener la huella, nació en 1962 la Peña Itapúa, Patria y Tradición. Su objetivo fue y es la difusión y enseñanza de la música, el canto y la danza de las distintas regiones del país.
Alberto Behar, docente y bailarín, fue parte de este movimiento fundacional y en una entrevista con El Territorio, recordó los inicios de la peña y trazó los hitos de su crecimiento.
“El pasado 8 de abril la peña cumplió 57 años, fue mucho lo que tuvo que transitar”, comenzó.
Rememoró que la idea surge en el Club Itapúa por la avenida Corrientes, “había mucha gente que amaba el folclore y se reunía a bailar y cantar todos los ritmos, se armaban guitarreadas en una cantinita, ahí surge el compromiso de tener una organización que promueva la cultura regional y de todo nuestro país, que se enseñe y se aprenda el canto y el baile”.
En abril de 1962 se conforma una comisión provisoria con Aníbal Cambas como presidente y, en septiembre se constituye la primera comisión directiva.
“Las personas que integraron la comisión y que se adhirieron a la peña eran vecinos de mucha raigambre en Posadas, la peña comienza en el Club Itapúa pero crecía en popularidad y no tenía un lugar propio, entonces se busca un espacio más grande y se muda primero al Club Social y luego a la Casa Paraguaya, al Club Progreso, al Palacio del Mate...”
Hasta que se consigue el predio actual en calle Buenos Aires 422.
“El terreno lo cede el señor Humberto Pérez y ahí comienza la carrera por construir un salón y un escenario”, contó.
“El predio era un ojo de agua, había que rellenar y nivelar el terreno y construir los muros, muchos vecinos se pusieron al hombro esta tarea y mucha gente colaboró con trabajo y con donaciones para tener un lugar donde siempre estén vivas las tradiciones”.
Finalmente, en 1968 se inaugura un local de madera al que llamaron el rancho que, con los años se fue transformando y mejorando. “Se hacían asados y fogones para recaudar fondos, se trabajó muchísimo, se celebraban a lo grande las fechas patrias y se creó el ballet juvenil”, aportó.
En el escenario que se volvería baluarte de identidad se presentaron músicos como Ramón Ayala, Alfonso Móttola, Alcibíades Alarcón, María Ofelia Zemborain entre otros.
“La peña nació con el espíritu de ser un semillero de artistas, de promover la formación profesional y el aprendizaje de nuestras tradiciones. Pasaron por el escenario artistas consagrados y artistas que comenzaban su carrera y hoy son reconocidos”, expresó Behar que fue parte de la comisión directiva de 2013 a 2017.
Reflexionó, “la peña nació de la necesidad de un espacio, un escenario donde todas las voces sean escuchadas, donde vivir el folclore, con el paso del tiempo se sumaron talleres de danzas modernas, clásicas, de música urbana, de percusión, baile latino, es un espacio abierto a la comunidad que se autogestiona, porque en la peña todo fue a pulmón”.