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¿Es posible no estar triste en las Fiestas?

Cerca de celebrar las Fiestas de fin de año, los planteos se hacen presentes, así como los pesares ante el recuerdo de quienes ya no están y el tener que celebrar con personas no queridas. Especialistas explicaron cómo sobrellevar estas fechas

lunes 24 de diciembre de 2012 | 9:00hs.
¿Es posible no estar triste en las Fiestas?

A pocos días de Navidad y del posterior festejo del nuevo año, los bares, pasillos, teléfonos y hasta las redes sociales se transformaron en sitios para expresar los replanteos, balances, nuevos proyectos y algunas penas. ¿Hacerlo es inevitable?

Algunos especialistas respondieron si se pueden evitar los sentimientos de pesar y los típicos balances al acercarse las Fiestas: "Diciembre es un mes propicio para hacernos una autocrítica sincera, a los efectos de proyectarnos en el año por venir y que no nos suceda lo mismo que no pudimos evitar este año. Hay gente que teme a los balances, pero creo que son útiles, sobre todo si podemos ser objetivos a la hora de evaluar nuestros errores, logros y desilusiones. Es importante que nos animemos a realizarlo pues nos permitirá pensar qué conflictos quedaron pendientes y depende de nosotros la resolución. No todas las personas están preparadas para hacerlo y simplemente `deciden´ que el año próximo será mejor. Balances y proyectos van de la mano, son dos momentos entrelazados para lograr concretar objetivos deseados, y tengamos presente que un buen balance nos permitirá encontrarnos con quien queremos ser", manifestó la licenciada Adriana Guraieb, full member de la Asociación Psicoanalítica Internacional y miembro de APA.

Por su parte, el doctor Ricardo A. Rubinstein, médico psicoanalista miembro titular en función didáctica APA Full member Internacional Psychoanalitical Asociación, observó: "Yo diría que no está mal hacerlo para quien tiene el hábito y la idea de hacerlo" y ejemplificó que los balances son propios de la contabilidad y que vendría de ahí la costumbre tomada de las empresas, que a fin de año hacen sus balances y cierres contables.

Respecto de la pesadumbre, aseguró que puede darse "por no estar como uno quisiera, en compañía de quienes quisiera, sintiéndose obligados a repetir encuentros con familiares directos o políticos a quienes se soporta poco, a veces se detesta". Todo eso puede generarse "por no tener ganas de comprar regalos, de poner la casa, otras de viajar, de hacer comida, de hacer colas en los súper para conseguir lo que le encargaron".

Íntimamente, cada persona sabe qué le pasa en estas fechas que, más allá de las creencias religiosas, no dejan de ser significativas, y siempre vienen a la memoria esos seres queridos que ya no están o aquellos que están lejos.

"Las pérdidas amorosas o de seres queridos que ya no están con nosotros se hacen más presentes por la sensibilización que producen las Fiestas, pero estar triste no es una enfermedad, es un sentimiento natural al que tenemos que aceptar, en lugar de tratar de escaparnos a través de excesos de velocidad, alcohol, comidas, drogas. La tristeza es natural y no daña, hay que recibirla, y luego ella paulatinamente se irá", consideró Guraieb.

Por su parte Rubinstein opinó que esto puede suceder con cualquier otro evento que reúna al grupo familiar o de amigos, porque las reuniones son marcas que hacen notoria la ausencia de las personas queridas, con quienes se compartieron momentos importantes; el volver a reunirse recuerda eso.

"El recuerdo se llena de matices, de lugares, de los chistes que contaba esa persona, como también la casa lo recuerda, o también se lo recuerda por sus gustos, como por la forma de vestir. Pero esto también pasa con quienes tienen familiares lejos: hijos, nietos fuera del país. A esa ausencia la 'rellenan' con el chat, con Skype".

 

Dónde pasar las Fiestas: ¿Discusión en puerta?

Quizás una de las disputas de estas fechas es decidir con la pareja dónde pasar cada festejo, o en caso de padres separados, cuál fiesta con qué padre. ¿Cómo conciliar y no generar peleas cuando en la familia o en el festejo habrá gente que no cae bien?

"En el caso de quienes se pasan de copas y hablan de más o se descontrolan y generan climas de malestar, se aconseja que el grupo se reordene de otra forma pero fuera de la época festiva. Lo ideal sería hablarlo antes, en tanto sea posible", aseveró Rubinstein.

En el caso de los adolescentes que quieran festejar con sus amigos, Rubinstein –como padre– aconseja que hasta el brindis de medianoche estén con la familia y que, si lo desean, después salgan con sus amistades.

"Las Fiestas son una celebración para algunos y una obligación para otros –expresó Guraieb–. En ese caso, importa evitar sobreadaptaciones, no idealizando el espíritu navideño, y, de ser posible, poner un límite si las relaciones familiares no son fáciles, animándose a pensar y decidir con quién y cómo deseamos pasar esos momentos. Es una decisión muchas veces difícil porque el mandato social-familiar `todos juntos´ es muy fuerte, sin importar cómo se lleva cada uno con cada quién, pero tambien puede ser una búsqueda de autonomía y de realismo".

 

¿Qué se debería tener en cuenta al iniciar el nuevo año?

Ricardo Rubinstein: "La alegría de estar acompañado y saludable. Dejarse llevar por la situación relajadamente. Decir 'bueno', como un espacio social que permite cierto desmadre, tirar fuegos artificiales. No es un momento de reunión para ponerse a hacer un concurso de nada, ni meditación ni balance; en otro sentido es un festejo. Es el momento de decir: '¡Estamos vivos, juntos! ¡Brindemos, disfrutemos de esto!'".

Adriana Guraieb: "Considero importante aspirar a lograr lo que no hemos conseguido y en lo posible ponernos metas realistas para no vivir postergando los proyectos año tras año. También, tener en cuenta que elegir un proyecto, un camino, significa renunciar a otros para dedicarle empeño y energía a lo que pensamos lograr; y, por supuesto, comenzar con propuestas pequeñas o de corto y mediano plazo –para no perder el entusiasmo–, porque si pretendemos algo que excede nuestras posibilidades –o lo que es lo mismo, plantearnos objetivos inalcanzables– y tener confianza en que si comenzamos a transitar el camino, nuestro bienestar irá en crecimiento".

 

Fuente: Infobae

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