Si bien los cigarrillos siguen siendo la forma más común de tabaco utilizada, las tabacaleras comenzaron hace algún tiempo con las investigaciones para lograr productos en base al cultivo tradicional que sean menos dañinos para la salud. Varios de estos estudios apuntan al área médica o similares al cigarrillo pero que buscan evitar la combustión, según contaron años atrás a El Territorio directivos de la tabacalera Massalin Particulares. Las regulaciones -tanto al consumo de cigarrillos como a la producción tabacalera- se van extendiendo en los distintos países y ocasionaron en los últimos años una importante caída del consumo. Esta merma afecta a los productores tabacaleros en todo el mundo.

Desde la tabacalera se explicó que desde los primeros años de este siglo se trabaja en el desarrollo de productos alternativos de tabaco que tengan una reducción en el impacto o riesgo de la salud. 

En tal sentido hace dos años se presentó el producto iQOS que es un nuevo dispositivo de tabaco sin humo ni combustión de la tabaquera Philip Morris. El iQOS no produce humo, sino un vapor que, según la tabacalera, “contiene niveles inferiores al 10% de los componentes dañinos del humo de cigarrillo”. Todavía no llegó a la Argentina. 

Desde la tabacalera se había explicado que es la combustión en todas las áreas es lo que genera la polución. “Es lo que afecta a la salud. Nosotros apuntamos a lograr productos de tabaco eliminando la combustión, que no necesariamente sean cigarrillos, y que el riesgo a la salud sea mucho menor”, se comentó. 

Por otro lado, desde el sector industrial se recordó que 70 por ciento de cada paquete de cigarrillos que se vende en el país va a ir a los impuestos, uno de estos es el Fondo Especial del Tabaco, que es un impuesto que se cobra y vuelve a la provincia y a los productores.