El significado de la Semana Santa

viernes 19 de abril de 2019 | 0:00hs.
El significado de la Semana Santa
El significado de la Semana Santa
Es la semana más importante para los cristianos y desde el Obispado de Posadas emitieron un comunicado para contar “el significado de los signos y de las situaciones que nos acompañaran en estos días. En algunos momentos de la semana viviremos dos símbolos importantes el mismo día, rememorando la Pascua del Señor”, resaltaron.

La semana santa empezó con el Jueves Santo con la realización de la Misa Crismal que se lleva a cabo el Jueves Santo de cada año y es en la cual los sacerdotes y diáconos permanentes renuevan sus votos, se consagra el Santo Crisma y se bendicen todos los óleos que se utilizarán durante el resto del año en los bautismos, unciones de enfermos, confirmaciones, entre otras celebraciones.

El Lavatorio de los pies es la celebración que se realiza durante la misa del Jueves Santo al anochecer en la que se conmemora la noche de la Última Cena, cuando Jesús lavó los pies de los Apóstoles en signo de humildad y servicio como símbolo de amor y entrega permanente a los demás.

En el Viernes Santo se da el Vía Crucis, que es una meditación de la pasión de Cristo, “donde meditamos los momentos más importantes desde que fue tomado como prisionero hasta su muerte en el calvario y su resurrección. A estos momentos se les conoce como estaciones del Vía Crucis”.

El Viernes Santo también se da la celebración de la Exaltación de la Cruz: La Iglesia Católica se une en penitencia, abstinencia y ayuno para conmemorar la pasión del Señor. Entre las actividades de este día están el Vía Crucis, el Sermón de las Siete Palabras del Señor Jesús en la Cruz; las procesiones con la imagen de Cristo y de su Madre Dolorosa, entre otros. Este día la Iglesia no celebra la Eucaristía y ningún sacramento, a excepción de la Reconciliación y de la Unción de los Enfermos. La celebración litúrgica conmemora la Muerte del Señor, se realiza también la celebración de la Palabra que concluye con la adoración de la Cruz y con la Comunión Eucarística, consagradas el Jueves Santo (el día viernes en todo el mundo no se celebra misa).
En este día, la colecta que se realiza durante la celebración, es destinada a las comunidades cristianas de Tierra Santa.

El Sábado de Gloria representa para los creyentes otro día de luto, se recuerda el paso de Jesús entre la muerte y la resurrección. Las ceremonias se realizan por la noche, en la solemne Vigilia Pascual.

Rito de la luz: Se bendice el fuego. Se prepara el cirio en el cual el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual y se cantan las letanías.

Liturgia de la Palabra: En ella la Iglesia confiada en la Palabra y la promesa del Señor, recuerda las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo, haciendo primero un recorrido por el Antiguo Testamento y luego por el Nuevo Testamento con las iglesias a oscuras.

Liturgia Bautismal: Se hace la renovación de los compromisos bautismales y en muchas ocasiones se realiza el bautismo de un feligrés. Liturgia de la Eucaristía: Se celebra la Santa Misa, aunque se realice antes de la media noche, es la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. El sacerdote y los ministros se revisten de blanco y con alegría se anuncia la Resurrección del Hijo de Dios. La ceremonia comienza afuera de la iglesia en donde se enciende una fogata, el sacerdote bendice el fuego nuevo, consagra una vela adornada que se llama “Cirio Pascual” y que durante la Pascua representará a Cristo resucitado.

Este mismo día, se renuevan las promesas bautismales y se usa agua en abundancia, que representa el signo de vida y purificación. Al final de la celebración se reparte el agua de Gloria y se invita a los asistentes a que lleven a sus casas el cirio pascual y agua bendita.

Domingo de Pascuas de Resurrección: Se celebra la misa de manera habitual recordando y cantando el aleluya como símbolo de la alegría del paso de la muerte a la vida de nuestro Señor Jesucristo.