El recóndito paraíso de Bora Bora

domingo 10 de marzo de 2019 | 0:30hs.
El recóndito paraíso de Bora Bora
El recóndito paraíso de Bora Bora
Probablemente al mirar un mapa la isla Bora Bora no pueda encontrarse fácilmente. Es pequeña pero lo que ofrece a la vista es único.
El Pacífico sur alberga a la Polinesia Francesa donde se encuentra esta fascinante isla que fue nombrada dos veces. La verdadera ortografía de su nombre era Pora Pora («primera nacida» en tahitiano) y se la llama también May ti pora («creada por dioses»).
Bora Bora es  una isla rodeada de islotes y está situada a 50 minutos de vuelo de la isla de Tahití. Para ser más específicos se encuentra ubicada en las islas de Sotavento (en francés Îles Sous-le-Vent) que es el archipiélago occidental de las islas de la sociedad.
Para llegar a Bora Bora se debe tener como primer destino Tahití. Desde allí se  podrá realizar el próximo viaje en avión, helicóptero o mar. Son varias las escalas que habrá que hacer para llegar a destino desde Misiones, pero una vez ahí el ambiente lleva a cualquier viajero a la sensación de estar en el paraíso.
Este destino es maravilloso para los enamorados ya que se lo conoce por el romanticismo que abunda en sus paisajes. Además los hoteles desempeñan un papel fundamental debido a la propuesta de modernos bungalows sobre pilotes y villas flotantes con acceso directo al océano y, desde sus terrazas, regalan las impresionantes vistas de unas puestas de sol que quitan el aliento. Un dato curioso es que el desayuno brindado por los hoteles puede llegar al turista a bordo de una canoa.
Además de los bungalows sus mayores atractivos son sus playas de aguas cristalinas salpicadas de arrecifes de coral y la observación de la vida submarina.
Pensando un poco más en el presupuesto de un misionero que decide viajar a lugares exóticos, este destino no es tan accesible como podrían si serlo otras playas de aguas azules.
Se trata de un destino considerado de lujo, ya que el costo de la estancia turística es bastante alto. Para muchos es “el viaje de su vida”, para lo que han ahorrado por algún acontecimiento especial.

Paraíso en la tierra
Hace 13 millones de años Bora Bora emergió de las aguas. Es un antiguo volcán que se asienta sobre una laguna que luce un degradado de tonos azules casi sobrenaturales. Para que el paisaje sea aún más espectacular, la naturaleza creó los montes Otemanu, Pahia y Hue cuyas  siluetas verdes enamoran al mundo entero.
La isla grande está rodeada de “motus”(islotes) alargados que suelen tener cierta anchura y vegetación. Uno de los motus más bellos y fotografiados de la Polinesia es el Motu Tapu. Desde Bora Bora se pueden observar las cercanas islas de Tahaa, Raiatea y Maupiti.
Para quienes disfruten de fauna autóctona uno de los atractivos del destino son los peces de colores se pasean por los jardines de coral, de donde surgen mantas raya y algunos tiburones.
Ya es curioso que en Tahití y sus islas no existan animales peligrosos, pero que al nadar con rayas y tiburones se observe que los escualos son tímidos es confirmar que este destino es el paraíso.

Todo para deportistas
Los que tienen un alma inquieta y nunca dejan de estar activos también tienen su espacio en esta isla. Dentro de la laguna hay varios islotes que se pueden recorrer en canoa, en barcos con fondo de cristal, a nado o buceando. También se puede hacer una excursión hacia la barrera de coral para hacer snorkel y contemplar la rica y colorida vida submarina. Los peces y tiburones suelen acercarse a jugar con los bañistas.

Lagunario
Y si de tiburones se trata nada mejor que verlos más de cerca. El ‘laguarium’ de Bora Bora es una aventura acuática interactiva que ofrece una experiencia al siguiente nivel con tres tanques cerrados que dan al turista la oportunidad de nadar y disfrutar de encuentros cercanos con la vida marina tropical.
El lagunario está situado en un islote privado junto a Motu Piti Anau. El acuario al aire libre ofrece visitas guiadas donde se puede bucear e interactuar con gran variedad de peces de aguas abiertas y vida marina. 

En catamarán también
La fama romántica de Bora Bora se hace eco en los paseos en catamarán. En esta navegación se puede disfrutar de un silencioso y agradable paseo hacia los paisajes más hermosos mientras se pone el sol. Para que el recorrido sea mucho más agradable siempre suenan melodías en el barco y se sirven bebidas frías con aperitivos. En este trayecto se podrá captar a la montaña Otemanu, ver rayas por las redes del catamarán y puesta del sol impresionante en una de las paradas programadas.

Monte Otemanu
Elevándose majestuosamente desde una laguna azul, el pico volcánico del Monte Otemanu en Bora Bora es un contraste sorprendente contra la verde montaña y el entorno tropical. Con 727 metros de altura, el Monte Otemanu es el resto de un volcán extinto en el centro de la isla.
Puede que el entorno idílico de la isla puede ser tu primer puerto de vacaciones a Bora Bora. Pero no hay que olvidar la exuberante vegetación tropical y las vistas increíbles al caminar por las montañas y valles de la isla. Este monte es un sitio fotografiado a menudo debido a su apariencia cambiante según el lugar en el que el turista se encuentre en la isla.
Es posible subir por el Monte Otemanu con un guía. Sin embargo, la roca volcánica es muy frágil, por lo que sólo se puede subir a los hombros de la montaña.
Para escalar la montaña, se requiere un cierto grado de aptitud y experiencia, ya que la escalada es bastante empinada. El clima impredecible y los senderos difíciles de encontrar en las montañas pueden ser un desafío. 

Playa Matira
Técnicamente se trata de dos playas a cada lado del extremo sur de Bora Bora. Matira Beach es una de las pocas playas abiertas al público en la isla. El destino turístico ofrece una conveniente variedad de resorts, tiendas, restaurantes y diversiones para un día completo en la playa.
Tiene arenas blancas bañadas por una laguna azul y enmarcadas por colinas verde esmeralda y palmeras. La popular playa pública es un tramo de 1,6 kilómetros de arena que desciende suavemente hasta una laguna con aguas claras y cálidas. El lugar es ideal para familias, se puede nadar y bucear y las palmeras ofrecen sombra. Durante la marea baja, es posible pasar de Matira al arrecife. Para una impresionante vista del atardecer,  una buena experiencia es subir la colina en Matira Point y ver cómo el sol se hunde en la laguna al atardecer.
Bora Bora se debe explorar  por tierra y mar. El destino está repleto de fantásticas oportunidades fotográficas. Se puede comenzar con un safari en 4x4 abierto que rodea la isla volcánica, haciendo paradas en varios miradores a lo largo del camino.
 Después del almuerzo, es ideal subir a un barco para disfrutar de un crucero por la laguna de Bora Bora por los jardines de coral y practicar buceo de superficie
Por la mañana desde el muelle Vaitape o el hotel, es posible iniciar una excursión de día completo combinada con un safari en 4x4 abierto, que se adapta fácilmente a carreteras de montaña para llegar a varios miradores a lo largo del camino.
Además, en Bora Bora se podrá observar la producción de aceite de coco y el tintado de sarongs por artesanos locales en un taller de artesanía y se prueban las frutas tropicales en una pequeña plantación.

Bora Bora Galería
Dentro de las galerías de arte de Bora Bora, los más jóvenes pueden aprender acerca de los diferentes grupos, incluyendo a los de la Polinesia francesa, que han influido en la cultura de Bora Bora. En el Bora Bora Galería y arte du Pacifique, las familias pueden comprar artículos de artesanía o arte de artistas locales. La Galerie D’art Alain et Linda tiene pinturas, esculturas, grabados y otros tipos de obras de arte de artistas reconocidos, tales como Jacques Boullaire.

Armas de la II Guerra Mundial
Puede parecer sorprendente encontrar armas en medio del esplendor tropical de Bora Bora. Pero la isla fue base de suministro de Estados Unidos desde principios de 1942 hasta mediados de 1946 tras el bombardeo de Pearl Harbor en Hawai en 1941. Hasta 6.000 militares fueron estacionados en la isla dejando un legado duradero: siete cañones gigantes.
Se instalaron ocho cañones en total, con siete aún existentes alrededor de áreas costeras estratégicas de Bora Bora. Sus ubicaciones generales son las colinas sobre el punto de Matira al sur de la isla, Fitiiu Point al este y en Farepiti y Tereia Points al norte del asentamiento principal de Vaitape.
Conocida como la Operación Bobcat, Estados Unidos construyó una base de suministro, depósito de petróleo, pista de aterrizaje, base de hidroaviones y fortificaciones de defensa. Así como las armas para proteger a la isla del ataque enemigo. Como la isla no fue atacada durante la guerra, la base se cerró en 1946. Pero la pista de aterrizaje sirvió como el único aeropuerto internacional de la Polinesia Francesa. Esto hasta que el aeropuerto internacional Faa’a se inauguró en Tahití en 1960.
Las armas reales tienen casi ocho metros de largo y más de seis metros en su base giratoria. Aunque nunca han sido utilizadas y ahora se encuentran oxidadas, los visitantes trepan sobre ellas y toman fotos de los cañones y sus lugares pintorescos. Unos pocos operadores llevan a los visitantes por el accidentado interior de la isla para realizar un recorrido por los cañones. Así como por algunas áreas culturales, históricas y arqueológicas importantes de la isla. 

Templos Marae
Se cree que los primeros signos de la vida humana en Bora Bora se remontan al año 900 después de Cristo. Debido a su pasado místico, todavía existen alrededor de 40 templos tradicionales de piedra al aire libre o Maraes en la isla. Sus grandes altares son plataformas elevadas de coral liso. Los polinesios usaban los templos para ceremonias religiosas y culturales. Por ejemplo la entrega de regalos rituales de frutas y otros alimentos y bodas y celebración de victorias. No hay que dejar de visitar el Marae Fare-Opu que se encuentra en la costa oeste de la isla, justo antes de Faanui Village. Está situado entre el borde de la carretera y la orilla del agua. Tallado en dos de las losas de piedra de los marae hay petroglifos de tortugas. El animal era sagrado para los antiguos polinesios y otros petroglifos de tortugas se pueden encontrar en muchos otros sitios en las islas de la sociedad. Se dice que el animal pudo haber sido una ofrenda ritual favorita a los dioses.
Continuando hacia el sur a lo largo de la costa oeste, se encuentra el Marae Taianapa en el lado interior de la carretera justo después de Faanui Village. Viajando hacia el oeste a lo largo de la misma carretera costera, se pasará Farepiti Wharf. Aquí es donde atracan los barcos entre islas en Faanui Bay. El Marae Marotetini se encuentra justo detrás del muelle. Este bello ejemplo de un antiguo templo fue restaurado porYosihiko Sinoto en 1968.