El Negro Rojas, entre su coartada y un cúmulo de indicios en su contra

domingo 19 de agosto de 2018 | 7:00hs.
En su poder dieron con una llave que podría corresponderse al auto de Cantero.
En su poder dieron con una llave que podría corresponderse al auto de Cantero.
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

No transcurrió ni siquiera una semana desde la espectacular captura de Néstor Fabián ‘Negro’ Rojas (52), pero esos pocos días alcanzaron para mantener convulsionados y vibrantes a los investigadores y expectante a toda la sociedad que, desde el otro lado de la faja de seguridad, siguió con atención cada uno de los procedimientos que devinieron luego de la detención de uno de los criminales más temidos y buscados de la provincia.
Es que además del impacto que generó la captura del sujeto, que supo moverse durante casi tres años entre las sombras con un doble crimen sobre su espalda por el cual aún debe responder ante la Justicia, los misioneros fueron testigos de una investigación sin fisuras que ahora también acorrala al detenido en relación al reciente crimen de Aldo Andrés Cantero (31), cometido a principios de mes en Gobernador Roca.
Tal como publicó El Territorio, durante la jornada del viernes Rojas fue puesto cara a cara con la Justicia como nunca antes había ocurrido.
El sujeto fue trasladado bajo estrictas medidas de seguridad hasta el Juzgado de Instrucción Siete, donde compareció en declaración indagatoria frente al magistrado Carlos Giménez, quien lleva adelante la causa por el asesinato de Cantero.
En la audiencia, el paraguayo brindó su versión de los hechos y en ella reconoció haber estado con Cantero en su chacra de Roca el día del crimen, pero negó ser su asesino y le atribuyó el homicidio a un grupo de personas desconocidas que en determinado momento de ese 5 domingo de agosto irrumpió a los tiros en el lugar.
Ahora, será el turno de la Justicia comprobar la veracidad de sus dichos o bien desacreditarla en base a pruebas, indicios y elementos firmes.

Los indicios y elementos
Y, justamente, los investigadores creen que están mucho más cerca de la última opción que de la primera.
Es que la pesquisa llevada adelante en forma conjunta entre los efectivos de la Dirección Homicidios de la Policía de Misiones y el personal de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), todos bajo la tutela del magistrado Giménez, prácticamente no deja lugar a dudas y de seguro será recordada como una de las más importantes de los últimos años, por la resonancia del caso, sus alcances y sus resultados.
Sucede que, al margen de la coartada esgrimida por Rojas, en  contra el presunto sicario se registra un cúmulo de indicios que pronto podrían transformarse en pruebas más que contundentes.
El Negro fue relacionado al crimen de Cantero apenas unas horas después de iniciada la investigación. Pero, para lograr el gran golpe, los pesquisas al principio se manejaron con la cautela que meritaba el caso y la figura que había detrás de él.
Luego del crimen, los uniformados peritaron la escena y la propiedad en profundidad, hasta que terminaron dando con casi 1.800 kilos de marihuana ocultos en una fosa. La línea narco detrás del caso surgió y la figura de Rojas no tardó en aparecer en el radar.
En el inicio de la investigación, los efectivos procedieron a revisar todas las cámaras de seguridad, tanto particulares como privadas y de los municipios de Gobernador Roca y Jardín América, para reconstruir los últimos minutos con vida de Cantero.
Fue en esa instancia que los sabuesos se llevaron una gran sorpresa, ya que al revisar las grabaciones de un comercio de Roca detectaron a la víctima haciendo la fila para pagar un trozo de carne que se iba a convertir, horas después, en su última cena. Junto a él estaba nada más ni nada menos que Rojas, sobre quien ya pesaba un pedido de captura internacional por el doble homicidio de El Acuerdo, cometido en 2015 en Posadas.
A partir de ahí, la pesquisa se concentró pura y exclusivamente en Rojas. Era la gran oportunidad de atraparlo y no fallaron.
Ocho días después del crimen, los investigadores obtuvieron información sobre un posible arribo de Rojas a Posadas para una transacción de estupefacientes en la cual aparentemente pretendía obtener dinero para continuar escapando. Una imponente comitiva policial irrumpió en el complejo de cabañas donde se alojaba y no le dieron margen de maniobra. La imagen que todos querían, llegó: Rojas esposado.
Y en su poder dieron otro elemento que podría ser clave en la causa. En una de las cabañas que ocupaba, los efectivos incautaron la llave de un automóvil que podría corresponderse al Renault Logan que era utilizado por Cantero y en el cual se presume su asesino escapó tras el crimen.
Luego de eso, los investigadores sumaron testimonios que vincularon al Negro en forma directa con el homicidio e incluso hay una persona que declaró haber visto cuando el sujeto ejecutaba a tiros a quien supo ser su amigo.
Pero quizás el elemento más importante en contra de Rojas fue hallado el viernes, mientras él declaraba ante el juez. Se trata de una pistola 9 milímetros con once municiones que estaba enterrada en la casa de un familiar suyo en Eldorado, hacia donde se llegó a partir de otra testimonial que no fue pasada por alto.
El calibre se corresponde con las heridas de arma de fuego que presentaba Cantero y estiman que podría tratarse del arma homicida. Pero eso será determinado tras las pericias.
De esta forma, Rojas parece estar acorralado por los elementos que hay en su contra. Testimonios, cámaras de seguridad, una llave y hasta una pistola del mismo calibre que los balazos que ultimaron a la víctima cierran por estas horas el círculo de indicios en el cual el Negro pareciera estar encerrado y prácticamente sin escapatoria.