El merendero de Pequeños Milagros apela a la solidaridad

La labor de Fredy Pérez y su esposa Natalia Acuña en favor de los desfavorecidos no es desconocida por la sociedad misionera, una tarea que lo llevó en 2012 a ser candidato para convertirse en abanderado de Argentina Solidaria, entre los 1.100 postulantes de todo el país.

El matrimonio ya no lleva adelante el hogar que contenía a niños judicializados o abandonados por su padres, no obstante, desde la Fundación Pequeños Milagros, tiene a su cargo en Santa Ana un merendero que lleva el mismo nombre, en el puerto de la localidad.

Funciona allí desde 2012 y tiene una construcción muy precaria, por la que Fredy recurre a la solidaridad de los misioneros para poder hacerle arreglos y los chicos puedan estar más cómodos.

“No tenemos piso y cuando llueve se arma un barro bárbaro. Con unas chapas que nos donaron hicimos un pequeño tinglado, pero queríamos un piso y cerrar un poco para poder seguir trabajando con los chicos”, contó el hombre en diálogo con El Territorio.

Lo que necesitan son pallets “que los podemos usar para hacer una pared, porque es una madera dura y podemos hacer con eso un montón de cosas”. También piden arena, piedra, cemento, hierro, algunos muebles en desuso que a ellos les sirven para guardar cosas, o bien, para dárselos a quienes lo necesitan.

Actualmente acuden a este merendero 80 personas de todas las edades: desde bebés recién nacidos, adultos mayores, embarazadas. Allí pueden acceder a un plato de comida al mediodía, realizan varias actividades y cierran con una merienda.

“Queríamos hacer partícipe a la gente para que nos de una mano porque creo que somos todos misioneros, estamos en la misma y nos tenemos que ayudar. A veces nos cuesta mucho porque no tenemos ayuda de organizaciones, lo hacemos todo a pulmón”, pidió Fredy.

La Fundación Pequeños Milagros cuenta con aproximadamente 25 voluntarios que también desempeñan su trabajo solidario en Nemesio Parma, en Posadas, donde funciona un núcleo educativo (gracias a un convenio con el Sipted) y quienes no terminaron la escuela pueden hacerlo. 

En ambos lugares funciona un Batallón de Exploradores, un grupo similar a los Boy Scouts, “donde izamos la bandera, cantamos el himno, hablamos mucho sobre patriotismo”. Para cerrar, Fredy destacó que “la sociedad misionera es solidaria”.