El mamboretá

sábado 13 de octubre de 2018 | 6:00hs.
El mamboretá
El mamboretá
El mamboretá es un insecto verde, de ojos saltones, lo más parecido a un extraterrestre que pueda encontrarse en el jardín, el monte, o la selva; conocido como mantis religiosa por su recogido gesto de juntar sus manos engarfiadas en posición de oración y elevar al cielo su mirada, y a la vez, capaz de girar la cabeza casi tiernamente, fijando sus ojazos en los del observador. Otras cosas se dicen de su agilidad, de ciertas torsiones inimitables, y hasta de algunas intimidades amatorias de las hembras del mamboretá, que no vienen al caso.
Un fotógrafo vio que un colibrí colgaba del borde del bebedero aéreo, como un adorno navideño; pensó que sabía lo que estaba pasando porque ya antes había visto a un colibrí en estado de letargo, colgando de sus patitas, como si “recargase su batería”, antes de soltarse y salir volando. Lo extraño fue que vio que el colibrí no colgaba de las patas sino de su cabeza. El bello pajarito tornasolado era presa de un mamboretá que se aferraba con sus patas traseras al borde del bebedero sosteniendo a su presa con sus poderosas garras delanteras, masticando metódicamente el cráneo del colibrí para llegar al (nutritivo) tejido cerebral, novedosa habilidad y predilección que convierten al mamboretá asesino en aspirante a vertebrado.
Créase o no, muerden el cráneo y se comen el cerebro de los pájaros pequeños. Ahí está nuestro Hannibal Lecter; con su rasgo inusual de personalidad, simulación verdolaga, y esos ojos penetrantes que se parecen mucho a los nuestros (están equipados con visión 3D y una concentración centralizada de receptores de luz, para enfocar y rastrear mejor), capaz de saltar con la misma eficiencia de un gato, controlando su trayectoria mediante una intrincada serie de giros que casi siempre le aseguran un aterrizaje perfecto.
Darwin vino a América hacia 1830, tomó nota de todo menos de esto, volvió a Londres y El origen de las Especies apareció en 1859. El origen sigue quieto, el mamboretá ahora caza colibríes, la evolución no se detiene.