El escritor en su luna

sábado 20 de octubre de 2018 | 6:30hs.
A los 63 años se fue Javier Arguindegui, habilidoso de las letras, minucioso investigador y, sobre todo, una gran persona y amigo
A los 63 años se fue Javier Arguindegui, habilidoso de las letras, minucioso investigador y, sobre todo, una gran persona y amigo
Apenas se hizo la medianoche del viernes, el corazón de Javier Arguindegui (63) dijo adiós. El querido Aguara-í de las calles posadeñas, el creador de más de 5 mil columnas en la página 2 de El Territorio, emprendió su viaje definitivo.

Quizás aterrizó en su luna, esa esfera que en la última entrevista concedida a su amigo Richar Vera en mayo pasado, dijo, era una plataforma para desplegar palabras y misteriosas historias.

Bromeó en esa oportunidad “con las letras de las columnas Osununu, una al lado de la otra, se puede subir a la luna, escribí un Aguara-í desde allí”.

Es que desde la primera publicación de diciembre de 2005, hasta hace unos días (cuando una enfermedad lo obligó a parar), llevaba entre 5 mil y 6 mil textos.
En el cielo de los artistas lo esperaban -seguro- con abrazos y mil anécdotas; olvidaron dormir en ruidoso agasajo al recién llegado.

Pero de este lado dejó una gran tristeza, una ausencia honda, irremediable. Su partida sorprendió a todos en Misiones, en la redacción del decano ayer no se hablaba de otras cosa o no se hablaba.

En Villa Gesell, Buenos Aires, donde se había establecido hace algunos años para estar cerca de su familia y del mar, todo es desconsuelo. Sus restos serán cremados y parte de sus cenizas podrían ser esparcidas en Misiones, que era uno de sus amores.

Su ex esposa Claudia Ruiz, madre de sus cuatro hijos, estuvo junto a él hasta el final. Pasó internado una semana en el hospital Illia, antes de su muerte a causa de una enfermedad que lo fue debilitando. A su lado, relató Claudia, estaba su hijo Rodrigo: “Él le leía los correos, pienso que había muchos del diario”.

Y explicó: “Primero tenía un virus en el esófago, así comenzó y con más estudios le diagnosticaron linfoma Hodgkin, en las últimas semanas le habían hecho una tomogragía y una biopsia, estábamos esperanzados en un tratamiento con quimioterapia, estaba internado porque los médicos querían estabilizarlo antes del tratamiento, pero no llegó. No hizo metástasis, tuvo un paro cardíaco y se fue, se fue un 19, su número favorito”.

Fue una de las plumas más admiradas y queridas de la tierra colorada. Sus artículos publicados en las páginas de este medio eran faros de echar luz a enigmas de la historia reciente de nuestra provincia. Por su labor investigativa y su oficio de escribir fue incorporado en 2014 a la Junta de Estudios Históricos de Misiones.

En mayo de este año fue invitado a presentar La vida en Misiones con textos de Horacio Quiroga en la Feria Internacional del Libro en la Rural en Buenos Aires. También trabajó en una investigación que se publicó en el marco del 93° aniversario de El Territorio titulado Horacio Quiroga y El Territorio.