El día después de la explosión: muertes, destrucción y desaparecidos en Beirut

jueves 06 de agosto de 2020 | 5:00hs.
El día después de la explosión: muertes, destrucción y desaparecidos en Beirut
El día después de la explosión: muertes, destrucción y desaparecidos en Beirut
Investigadores continuaban buscando ayer entre los escombros del puerto de Beirut pistas sobre el origen de la explosión que el martes devastó parte de la capital del Líbano y causó al menos 135 muertos y más de 5.000 heridos, mientras que varias autoridades portuarias fueron puestas bajo arresto domiciliario.

La potente detonación, equivalente a un terremoto de 3,5 grados, dejó calles repletas de vidrios y escombros y decenas de desaparecidos, y amenaza con agravar la mayor crisis económica del país en décadas y su fuerte brote de coronavirus.

Vuelos de ayuda internacional comenzaron a arribar ayer a Beirut, donde el estallido dañó tantos edificios que el gobierno local dijo que cientos de miles de personas podrían no ser capaces de volver a sus hogares por dos o tres meses.

El humo todavía salía ayer de la zona portuaria, en la que se formaron montañas de granos por la destrucción de varios silos rodeados de hangares que también quedaron completamente derruidos.

La explosión abrió un cráter de unos 200 metros que se llenó con agua del mar.

Gran parte del centro de la ciudad de más de 1 millón de habitantes quedó sembrada de escombros, vidrios que cayeron desde las fachadas de edificios y numerosos vehículos dañados.

Sube la cifra de fallecidos
El ministro de Salud, Hamad Hasan, informó al canal local Al Manar que los muertos ya ascienden a 135 y los heridos superan los 5.000, y no descartó que las cifras continúen subiendo en las próximas horas, según la cadena Al Jazeera.

Autoridades libanesas habían dicho que servicios de emergencias aún buscaban a unos 100 desaparecidos entre los escombros.

El gobierno dijo que al parecer la explosión fue causada por un incendio en un depósito del puerto que en sólo unos minutos  alcanzó otro depósito cercano, en el que desde 2013 hay almacenadas 2.700 toneladas de nitrato de amonio que habían sido confiscadas. El nitrato de amonio sirve como fertilizante o explosivo.

Aún no está claro qué pudo desatar el fuego inicial.
Cristina López Hermana de Rosa

“La información se maneja con mucha cautela, entonces es difícil saber bien qué es lo que sucedió, si se trató sólo de un acto de negligencia o pudo haber pasado algo más”Alejandro Barada Representante de la colectividad libanesa en Misiones

En medio de acusaciones cruzadas entre las autoridades del país, el jefe de la Administración de Aduanas libanés, Badri Daher, dijo ayer que hizo seis solicitudes a la Justicia en los últimos años para que se retirara el nitrato de amonio del puerto.

El gobierno del primer ministro Hasan Diab anunció el martes  la creación de una comisión para investigar el origen del estallido y para encontrar a cualquier eventual responsable al prometer una pesquisa transparente antes de una reunión de gabinete.

Luego de la reunión, el gabinete ordenó poner bajo arresto domiciliario a un número no precisado de funcionarios del puerto mientras se investiga la explosión.

También declaró el estado de emergencia por dos semanas, lo que da al Ejército plenos poderes durante ese lapso.

La detonación fue la más potente que se haya registrado en la ciudad, que estuvo dividida durante la guerra civil que desangró al país de 1975 a 1990 y que ha soportado bombardeos del vecino Israel y grandes atentados con explosivos.

Familiares de los desaparecidos suplicaban por las redes sociales información sobre sus seres queridos, mientras que locutores de radio leían los nombres de heridos o personas cuyo paradero seguía sin conocerse.

Muchos residentes tuvieron que mudarse a casas de familiares o amigos luego de que sus departamentos sufrieran serios daños e incluso tratarse ellos mismos sus heridas porque los hospitales estaban desbordados, informaron medios locales.

El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, estimó ayer ante la prensa que la mitad de la ciudad fue afectada, entre 250.000 y 300.000 personas se quedaron sin sus hogares y que las pérdidas materiales totales podrían ascender hasta 15.000 millones de dólares.

El gabinete aprobó una partida extraordinaria equivalente a 66 millones de dólares, al cambio oficial, y 13 millones, al no oficial que rige en las calles.

El gobierno anunció que se abrirán escuelas públicas, cerradas por el coronavirus, para albergar a los que quedaron sin techo y que el Ministerio de Turismo trabajará en la apertura de hoteles con el mismo fin.

Líbano ya se encontraba al borde del colapso en medio de su mayor crisis económica desde el fin de la guerra civil, y su capacidad para lidiar con este desastre se presume muy limitada. Los que quedaron sin hogar podrían ser muchos de los mismos que han perdido sus trabajos y ahorros luego de una fuerte devaluación y de una hiperinflación.

“La información que nos llega es a cuentagotas”

Alejandro Barada (40) es un misionero que luego de recibirse de abogado decidió partir al Líbano para estudiar marketing en la Universidad Americana de Beirut. En aquel país tiene a gran parte de su familia (tíos por parte de su papá, primos y tíos de su padre) y es por eso que siempre quiso ir a conocer esa tierra que tiene que ver con mucho de su cultura y que hoy se encuentra atravesando una de las peores catástrofes debido a las explosiones del pasado martes en la zona portuaria de la capital.

“Por suerte mis familiares y conocidos no sufrieron los daños porque no estaban en Beirut. Allá están en pleno verano y se encontraban de vacaciones, como la gran mayoría de las personas que buscan zonas menos cálidas para afrontar las altas temperaturas”, contó ayer el abogado misionero en diálogo con Radioactiva 100.7.

“Cuando se produce una explosión en Medio Oriente, lo primero que se hace en Occidente es relacionarlo con un atentado. Lo que pasó fue similar a lo de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, sólo que en ese momento no existían los teléfonos para tener un registro como el que tenemos ahora. Esto es el equivalente a una bomba nuclear, pero sin el contenido atómico, por eso impactó tanto, porque nunca vimos algo de esta magnitud”, explicó.

“Hasta ahora la información que nos llega es a cuentagotas. Hay que aclarar que en esa zona del mundo las autoridades deben ser muy prudentes al momento declarar porque cualquier información errónea puede terminar generando un conflicto con otro país”.

“Por eso se manejan con mucha cautela, entonces es difícil saber bien qué es lo que sucedió, si se trató sólo de un acto de negligencia o puede haber pasado algo más”, aclaró quien hace algunos años fue presidente de la Juventud Libanesa en Misiones.

Por su parte, Alejandro Quesini, el presidente de la colectividad árabe de Oberá, manifestó: “Estamos muy apesadumbrados por lo sucedido. Se hablan muchas cosas, de que pudo haber sido un atentado, pero no tenemos seguridad de nada”.

“Le pedimos a Dios que todo esto pase lo más rápido posible porque estamos muy dolidos. Es un tema muy delicado porque están pasando muchas cosas a nivel político en la zona”, expresó.