El desesperado pedido de ayuda de una víctima de abuso y violencia de género

miércoles 06 de noviembre de 2019 | 0:00hs.
El desesperado pedido de ayuda de una  víctima de abuso y violencia de género
El desesperado pedido de ayuda de una víctima de abuso y violencia de género
Por Daniel Villamea

Por Daniel Villamea Corresponsalía Oberá

Huérfana de madre, nunca conoció a su padre y fue criada por tíos que la sometieron a todo tipo de abusos. A los 15 logró escapar de tanto maltrato y formó pareja con un sujeto con el que tuvo dos hijos, el mismo que hace cuatro años trató de asesinarla de una puñalada en San Vicente, donde residían.

Romina Soledad Ramos (24) salvó su vida de milagro y el agresor quedó detenido. La recuperación demandó varios meses y en ese lapso los mismos tíos que la criaron obtuvieron la custodia de sus hijos, un varón de 7 años y una nena de 4. Contó que cuando estuvo internada, creyó que sus familiares quisieron ayudarla, aunque al poco tiempo comprendió que se trató de un engañó y desde entonces viene reclamando por la restitución de sus hijos.

“Aprovecharon que yo estaba internada, pusieron abogado y quedó como que hice abandono de hogar, siendo que mi concubino casi me mató. Nunca abandoné a mis hijos, no podía estar con ellos porque estaba en el hospital. Es una maldad muy grande lo que me hicieron”, lamentó Ramos.

Sin recursos ni familia que la asista, se vio desbordada por la burocracia, al tiempo que aseguró que fue amenazada por los apropiadores de sus hijos, quienes se aprovecharon de su evidente vulnerabilidad. El año pasado inició una relación con otro hombre y quedó embarazada, pero el sujeto la abandonó. Actualmente, la mujer y la beba de 5 meses residen en una precaria vivienda en el barrio San José de Oberá, y si bien en el sistema de la Anses figura que percibe la Asignación Universal por sus tres hijos, afirmó que en realidad es su tía quien cobra el beneficio.

Ayer, en diálogo con El Territorio, Ramos se mostró preocupada por el estado de salud de su beba, ya que apenas pesa 5 kilos, situación que también fue alertada por vecinos. “Yo hago changas en casas de familia y ganó poco y nada. Tampoco puedo trabajar mucho afuera porque mi beba toma el pecho y dependo que alguna vecina pueda cuidarla. En Anses figura que cobro el salario por mis tres hijos, pero mi tía tiene la tarjeta y se queda con toda la plata”, señaló.

En ese contexto, afirmó que ella y su beba subsisten por la caridad de los vecinos que le brindan un plato de comida y algo de leche para reforzar la alimentación de su pequeña.

Incluso, en su precaria vivienda ni siquiera cuenta con cocina ni las mínimas condiciones, al punto de que tiene piso de tierra.
De todas formas, su principal preocupación pasa por el estado de salud de la beba, ya que “tiene muy poco peso y le salieron unas heriditas en todo el cuerpo. Ya no sé dónde recurrir, porque fui a la Municipalidad y me dijeron que no me pueden ayudar”.

Pedido de auxilio

La historia de vida Romina Soledad Ramos está repleta de capítulos dramáticos. Nunca conoció a su papá y cuando tenía 6 años murió su mamá, por lo que ella y sus dos hermanos fueron criados por un tío materno y su esposa, en Fracrán.

“Como no tuvieron hijos, nos llevaron con ellos, pero nos maltrataron muchísimo, nos hacían trabajar y nos judeaban. Nos golpeaba con cables y machete. Fue de terror. Mi tío me violó desde los 12 hasta los 15 años, cuando me pude escapar”, recordó apesadumbrada. La joven apenas cursó primer año secundario y su tía la obligó a abandonar para que se dedique de lleno a las labores de la casa.“Decía ‘para qué te sirve ir al colegio, sólo para buscar macho y quedar embarazada’. En esa época le dije que mi tío me violaba, pero ella no me creyó. Después me escapé y le denuncié, pero quedó en nada”, lamentó.

También comentó un hecho que la hizo apurar la decisión de escapar de aquella casa del terror: “Como ellos no pueden tener hijos, mi tío decía que quería tener un hijo conmigo para que ellos críen. Y al final se salieron con la suya, porque les tienen a mis hijos. Mi miedo es que les hagan lo mismo que me hicieron a mí”.