El deporte como valor familiar
jueves 10 de octubre de 2019 | 6:44hs.
El deporte como valor familiar
Por Facundo Alzaga deportes@elterritorio.com.ar
La pasión por el ciclismo de montaña se fue contagiando en los
Araujo. Todo comenzó de la mano de Andrea, la madre de la familia, quien
fue la primera en sentir lo que genera esta disciplina y rápidamente su
pasión por las ruedas gordas las contagió a Leo, el mayor de sus hijos,
a su esposo Sandro y, como no podía ser de otra manera, Facundo también
se subió a una bicicleta. En aquel momento, el más peque sólo tenía
siete años, pero un gran futuro por delante en un deporte suma cada vez
más adeptos en la Tierra Colorada.
Facundo es uno de los chicos que desde muy temprana edad eligió
esta disciplina por sobre otras más tradicionales como pueden ser el
fútbol o el básquet. Hoy, este niño oriundo de San Pedro, de sólo 12
años, está viviendo sus primeros Juegos Evita y, justamente, eso es lo
que valora de lo que lo toca vivir: la experiencia.
Bajo esta premisa llegó el misionero a Mar del Plata junto a su
papá -quien sabe de sacrificios por ver a su hijo disfrutando- y su
entrenador Marcelo Gauna.
Unos instantes antes de subirse a la bici para salir a escena en el
segundo día de competencia, padre e hijo charlaron con El Territorio en
el balneario 7 de Punta Mogotes, lugar en el que se ubica el circuito
de ciclismo de montaña de los Evita.
“Practico este deporte desde los siete años. La primera que comenzó
en mi casa fue mi mamá, después la siguieron mi hermano y mi papá. Yo
empecé con una bicicleta normal como cualquier chico, después me empecé a
interesar y quise competir”, recordó el niño que cursa el último año de
la primaria en San Pedro.
“Me siento muy emocionado y con mucha responsabilidad. Creo que los
otros chicos están un poco mejor preparados porque son más grandes”,
analizó en cuanto a sus rivales y la posibilidad de poder conseguir una
medalla. Y justamente ayer realizó una gran pasada, pero casi al final
un calambre lo hizo bajarse de la bicicleta, aunque el balance ya era
positivo de antemano.
Es que Facundo tiene 12 años y compite con chicos de 14, una
verdadera desventaja en cuanto a la capacidad física al momento de las
carreras. Pero no sólo en cuanto a la edad está en desventaja el
misionero -acostumbrado a desafíos con chicos más grandes en los
campeonatos locales de ciclismo de montaña-: otro factor fundamental
pasa por las bicicletas. Mientras Facundo usa la misma con la que
entrena en Misiones, que tiene un valor aproximado de 22.000 pesos, sus
rivales utilizan bicis de fibra de carbono que valen arriba de los
150.000 pesos, una diferencia sustancial que pesa al momento de
pedalear. De todos modos, tanto él como su papá y su entrenador saben
que lo importante en este viaje es la experiencia que le quedará a
Facundo de cara al futuro.
“Es el más chico de la delegación en esta disciplina y por eso lo
estamos acompañando. Es una muy buena experiencia para él competir con
otros chicos del país, ver cómo se entrenan y cómo van creciendo como
ciclistas. Él está sumando, conociendo y tiene mucho para dar”, valoró
Sandro.
En tanto que su entrenador explicó que “él tiene 12 años y está
compitiendo con chicos de 14, entonces se nota la diferencia. Yo le dije
que todo esto le tiene que servir de experiencia, porque todavía puede
seguir compitiendo el año que viene. Esta es una disciplina muy costosa,
no sólo por los entrenamientos, la alimentación y todo lo que conlleva
ser un deportista, lo costoso acá es el elemento”.
Y agregó que “la bicicleta con la que compite es una de baja gama,
que se consigue en cualquier bicicletería, pero cuando él quiera dar el
salto la cosas van a cambiar porque deberá utilizar otras bicicletas que
son muy caras, no bajan de los 200.000 pesos. Él está compitiendo con
lo básico y aún así consigue destacarse”.
La bici como inversión
La bici como inversión
En ese sentido, su papá explicó que es un sacrificio para la
familia poder comprarle una bicicleta mejor, pero que vale la pena con
tal de que su hijo pueda seguir ligado al deporte que lo apasiona.
“Tenemos expectativas de que pueda tener una bici mejor, pero hay
que ir superando etapas. Él nos mete presión, pero el problema es que
una buena bici para ciclismo de montaña es muy cara. Nosotros no
cambiamos el auto y compramos la bicicleta, pero vale la pena porque lo
importante es que siga haciendo deportes y que le guste. Queremos que
sea un competidor con garra”, se esperanzó.
A pesar de su corta edad, Facundo se destaca por ser muy
responsable con sus obligaciones, ya sea en el deporte o en el estudio.
Además, esa responsabilidad le sirve para darse cuenta y valorar el
esfuerzo hace su familia para que él pueda seguir ligado al deporte que
lo apasiona.
“Entreno los lunes, miércoles, jueves y viernes. Son dos horas y
media por día arriba de la bici. También hago fútbol, vóley y handball.
Antes hacía hockey y taekwondo, pero mi deporte preferido es el ciclismo
de montaña. Cuando estoy arriba de la bicicleta siento mucha pasión y
para mí significa mucho la ayuda y el sacrificio de mi familia para que
yo pueda tener mi bici”, reconoció el niño.
Recorre 40 kilómetros
Recorre 40 kilómetros
En otro tramo de la charla, Sandro contó que su hijo está
acostumbrado a pedalear grandes distancias en su bicicleta durante las
competencias en Misiones, pero que el circuito con el que se encontró en
Mar del Plata es muy complicado porque no le da respiro. “Facu corre
carreras de 15, 30, 35 y 40 kilómetros en Misiones, pero este es un
circuito muy difícil y muy técnico al que no está acostumbrado y eso le
juega en contra. Él tiene mucho entrenamiento y corre carreras largas,
pero acá es diferente. Allá podés tener un descanso y acá no hay
respiro, por cómo es el circuito”, explicó.
Y cerró la charla hablando una vez más de que lo importante es
valorar la experiencia y el ejemplo que representa para los chicos de
Misiones que quieran seguir los pasos de Facundo. “Es un orgullo poder
acompañarlo, tener un hijo que esté en el deporte es muy bueno. También
para los chicos en la provincia, sirve de ejemplo para que se motiven y
pongan garra”, finalizó.
ELIANA VOLÓ Y TUVO REVANCHA DE ORO
Eliana Rosa terminó cuarta el año pasado, pero en este 2019 volvió
por su revancha y se convirtió ayer en la campeona nacional de atletismo
en los 800 metros llanos. La chica oriunda de San Pedro, que participó
en la categoría sub 14, se impuso con un tiempo de 2m25s y se subió a lo
más alto del podio. Además, la delegación misionera prolongó ayer la
cosecha de medallas con un oro conseguido por Milena Toledo en los 100
mariposa de natación y una plata en la prueba de relevos 4x50. En tenis
de mesa adaptado, Marcos Muñoz sumó una medalla dorada y en gimnasia
rítmica sub 14 las chicas de Posadas también se subieron a lo más alto
del podio.
Los representantes del goallball y atletismo adaptado de Posadas, Oberá y
Santo Pipó aprovecharon la mañana libre y se fueron a jugar al fútbol
en la playa con sus profesores. Aylen Riveros (Oberá), Lautaro Álvarez
(Posadas), Matías Giménez (Posadas), Kevin y Dante Herrera (Posadas),
Hugo Pírez (Posadas) y Damián Cejas (Santo Pipó) se divirtieron con la
redonda junto con sus profesores Miguel Allou, Miguel Bonarte y Mariel
Bottelli. Los chicos asisten al Instituto Taller para no Videntes y el
Hogar de Día, de Posadas.
Postales en La Feliz
El popular fútbol de playa se juega entre amigos
El mejor de los recuerdos
Un grupo de 80 chicos misioneros aprovechó la oportunidad de estar
en Mar del Plata y presenció el martes por la noche el duelo entre
Peñarol y Boca correspondiente al torneo Súper 20 de la Liga Nacional de
Básquet. Entre los 80 misioneros, el que se llevó el mejor recuerdo fue
Marcos Megui, un chico de Aristóbulo del Valle que se vuelve con una
camiseta autografiada por todo el plantel de Boca.