“Educación y justicia deben ir de la mano en la lucha contra los abusos”

sábado 12 de enero de 2019 | 6:00hs.
Tratar al violador como delincuente derrumba las barreras que se construyen con justificativos, sostiene.
Tratar al violador como delincuente derrumba las barreras que se construyen con justificativos, sostiene.
Por segundo año consecutivo Misiones encabeza la tasa de casos de violaciones en el país, apenas por encima de Salta y de Chubut. Especialistas coinciden en la necesidad de políticas de estados para combatir este flagelo. El trabajo debe ser fuerte y sostenido en el tiempo desde Educación, Salud Pública y la Justicia. Al mismo tiempo subyace en la base de la problemática, la cuestión cultural. La buena noticia, coinciden, es que hay preocupación en la sociedad por este tema. Queda entonces ocuparse en la búsqueda de soluciones.
La tasa de violaciones en Misiones es del 22,3 por cada 100 mil habitantes. Los datos surgen de las denuncias realizadas. Y se sabe que muchos casos no llegan a la Justicia.
Sin embargo, el número es relevante porque coincide con lo que plantea la socióloga y psicóloga social Inés Hercovich, autora del libro El enigma sexual de la violación.
La especialista argentina, que investiga el tema desde años afirma que una de cada cuatro mujeres sufrió o va a sufrir un ataque sexual en su vida, pero sólo el 10 por ciento hace efectivamente la denuncia.

El cambio cultural
Para el sexólogo y educador sexual Guido Fischer, es clave salir de este modelo patriarcal. “Hace siglos que vivimos bajo un modelo patriarcal y eso explica en gran parte esta noticia. Tenemos que apuntar a cambiar algo que es cultural, que está sumamente arraigado en nuestra sociedad desde hace muchísimo tiempo. Son siglos de historia en un modelo cultural en el que hay una diferencia muy importante entre el varón y la mujer, por lo tanto aparecen indicadores como este”, dijo en diálogo con el programa Acá de lo Contamos de Radioactiva.
Fischer fue más allá. En su análisis, el cambio empieza siendo críticos con los que escuchamos y, a partir de ahí, de las cosas que hablamos.
“Hay un discurso en lo cotidiano en la gente en general, esto incluye chistes, anécdotas, que terminan siendo violencia simbólica. Por ejemplo, letras de canciones. Está muy arraigada en la vida de las personas. Tenemos viejas expresiones que son de otros siglos”.
Para el especialista, hay que empezar a hablar con más responsabilidad.
“En las casas existen los mismos comentarios, el televisor prendido y un comentario que se le escapa al responsable adulto, padre o madre, que hace referencia a lo machista. Eso es porque se sigue pensando con una cultura y educación puesta encima de hace siglos, en que la mujer algo habrá hecho para merecer lo que se merece”.
En ese orden,rescata el movimiento feminista actual, que considera muy válido para acelerar los tiempos del cambio de una cultura patriarcal y muy machista.
“Por supuesto que dentro del movimiento feminista también están las personalidades más sociopáticas, me estoy refiriendo a esas mujeres que salen a la calle a romper todo, que vendría a ser lo mismo que el tipo que tiró piedras en el partido de fútbol entre River y Boca, en la final de la Copa Libertadores”.

Multiabordaje
El Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), impulsa el multiabordaje de este flagelo.
“Mientras en el pasado los métodos para combatir la violencia sexual se han centrado en gran medida en el sistema de justicia penal, actualmente hay un movimiento general hacia un enfoque de Salud Pública que reconozca que la violencia no es resultado de un único factor sino que es causada por múltiples factores de riesgo que interactúan a nivel individual, relacional, comunitario y social. Por consiguiente, para abordar la violencia sexual se requiere la cooperación de diversos sectores, como los de la salud, de la educación, de bienestar social y de justicia penal”, dice en su último informe.
La otra clave para el Observatorio es proporcionar una respuesta integral a las necesidades de las víctimas supervivientes. “La prestación de servicios de atención de salud y medicojurídicos integrales a las víctimas supervivientes de violación es de importancia capital. Además de atención compasiva, éstas necesitan acceso a una serie de servicios de salud específicos prestados por personal capacitado”.

El que viola es un delincuente
Para Fischer, que es delegado en Misiones de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, como sociedad tenemos que acostumbrarnos a hablar en término de delitos. “El que genera este tipo de delitos es un delincuente. Y el delincuente en un porcentaje muy alto está dentro de la familia. Repito, hay que hablar más en estos términos porque inclusive en los casos de abuso, de violación, hay mucha gente que trata de justificar ese acto, ya sea porque en su familia ha pasado lo mismo, porque en su cultura eso no estaba prohibido y no estaba visto como algo malo. Hay que parar con eso. Empecemos a llamar las cosas por su nombre, esto es un delito contra la integridad de una persona”.
Dio como ejemplo las normas de tránsito. Si alguien se pasa un semáforo en rojo, no cabe la explicación de que lo hizo porque en su ciudad eso no se respeta.
El especialista sostiene que cuando se pone el acento en la palabra ‘delito’, socialmente se empieza a mirar de otra manera. “Concretamente tiene que ser tratado como un delito y mientras la Justicia no participe más haciendo a la persona responsable de ese delito, vamos a tardar mucho más en el cambio cultural. Educación y justicia tienen que ir en este tema de la mano y muy fuerte”, dijo.


22,3

Denuncias cada 100 mil habitantes .
En los años 2016 y 2017 (último período procesado), Misiones encabezó la tasa de violaciones (272 casos).
En el año 2014 la provincia figuraba tercera y en 2015 ya era segunda.

Claves para combatir el flagelo

El Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró un documento con los mejores métodos para combatir la violencia sexual. Sostiene que para abordar la violencia sexual se requiere la cooperación de diversos sectores, como los de la salud, de la educación, de bienestar social y de justicia penal.
El enfoque de salud pública busca hacer extensiva la atención y la seguridad a toda la población y pone énfasis principalmente en la prevención, velando al mismo tiempo porque las víctimas de violencia tengan acceso a servicios y apoyo apropiados.

-Proporcionar una respuesta integral a las necesidades de las víctimas supervivientes. La prestación de servicios de atención de salud y medicojurídicos integrales a las víctimas supervivientes de violación es de importancia capital.
-Ampliar la base de conocimientos y concientizar acerca de la violencia sexual. Los datos sobre la prevalencia y los patrones también pueden ser una herramienta importante para conseguir que los gobiernos y las instancias normativas se ocupen del problema.
-Promover reformas jurídicas. El perfeccionamiento de las leyes existentes y de su aplicación puede servir para mejorar la calidad de la atención prestada a las supervivientes y para frenar la violencia sexual al endurecer las sanciones contra los agresores. Algunas medidas al respecto comprenden: fortalecimiento y ampliación de las leyes que definen la violación y la agresión sexual; sensibilización y capacitación de la policía y los jueces acerca de la violencia sexual; y una mejor aplicación de las leyes existentes.