Dignidad, la nueva cara de Calu Rivero

miércoles 04 de diciembre de 2019 | 6:00hs.
Instalada en Nueva York, la modelo pasó por un proceso de introspección y dice que está enfocada en otra perspectiva de vida
Instalada en Nueva York, la modelo pasó por un proceso de introspección y dice que está enfocada en otra perspectiva de vida
 “Dignidad” dice en voz alta Calu Rivero (32), apropiándose de una nueva identidad que reveló en entrevista con la revista Hola. “Es una palabra que me estuvo resonando mucho tiempo y tiene que ver con una actitud de vida enfocada desde otra perspectiva. Es silenciosa, humana, positiva, digna, intuitiva, espontánea. Es tratar de estar en armonía con todo lo que me rodea”, reflexionó. Se cortó el pelo. Dejó caer, soltó. “Toda mi vida tuve la sensación de estar corriendo, siempre apurada. Pero ya nada me apura y es lo que siento en esta nueva actitud de vida. Y creo que tiene que ver con ser honesta conmigo misma y, sobre todo, porque nunca más quiero exponerme a situaciones que me hacen sentir mal”, dijo. Separada de Joaquín Vittola “tuvimos un vínculo muy libre y muy creativo donde nos permitimos crecer, pero ahora cada uno está en pareja consigo mismo”, explicó, e instalada en Nueva York, habló de como elige vivir.

¿Cómo nació esta idea de cambio?
Hace un mes y medio decidí ir a Grecia a un workshop intenso, con la artista serbia Marina Abramovic. Fueron cinco días sin comer ni hablar y con muchos ejercicios de performance y actuación. En uno, por ejemplo, trabajamos el contacto visual. Sin reloj ni celular, la idea era perder la sensación de tiempo y espacio mientras nos mirábamos a los ojos con otros participantes. Ahí me vi con el pelo corto, fue clarísimo. Por eso, este corte no es espontáneo ni improvisado, sino que surge de un proceso absolutamente pensado. Después del viaje no dudé en que iba a cortarme el pelo. Lo más increíble es que justo cuando volví, mi hermana Marou me contó lo que había dictaminado la justicia de Nicaragua (se ordenó la detención y captura internacional de Juan Darthés), entonces fue muy fuerte. Es muy hermoso poder confiar en los tiempos del universo.

¿Vas a dejar de llamarte Calu?
No me lo planteo de ese modo, pero todo el tiempo estamos cambiando. De hecho, mi nombre real es Carla y decidí llamarme Calu cuando vine a Buenos Aires. Con Dignity es un poco lo mismo. A Calu la amo, pero también tiene un relato que ya fue.

Te convertiste en un referente para otras mujeres que también se animaron a visibilizar sus propios tormentos. ¿Cómo te llevás con ese rol?
Siento que hay un cambio social, una justicia y una verdadera revolución y esta revolución que estamos viviendo no es sólo de las mujeres, sino de toda persona que se haya visto privada de sus derechos. Personalmente me siento digna en este nuevo rol y sé que la dignidad contagia dignidad. Deseo que todos podamos hacernos valer como personas, que nos podamos tratar con respeto a nosotros mismos y a los demás.

¿Sos consciente del impacto de tus palabras?
Soy consciente de lo que significa hablar y darles luz a temas que la gente no habla. De eso sí soy muy consciente. Y puntualmente, de todo lo que pasó por haber hablado, después de muchos años de confusión, bullying y dolor, hoy pude ver mi fortaleza materializada. Siento en el cuerpo mucho amor propio, porque me doy cuenta de lo fuerte que soy, lo fuerte que fui.

¿Qué significa para vos tener una vida sustentable?
Mi vida sustentable comenzó cuando empecé a preguntarme qué estamos haciendo por la Madre Tierra. Todos los días trato de ser más consciente de lo que consumo, lo que compro, quién lo produce. Trato de generar el menor residuo posible. Lavo a mano, me llevo mi botella de agua a todos lados, mi cepillo de dientes y los hisopos son de bambú, uso la copa menstrual y hago que mi ropa sea circular. Uso mucha ropa vintage, de segunda mano.

¿Cómo definirías este año?
Termina un año en el que tuve el coraje de escucharme profundamente y eso hizo darme cuenta de quién soy, me siento completa, feliz y no necesito nada más que estar en paz conmigo misma. Después lo demás viene solo.