Diego Vain: Lenin y el capitalismo

jueves 14 de junio de 2018 | 8:46hs.
Estadio de Moscú
Estadio de Moscú
Por Diego Vain
Enviado especial a Rusia

El estadio Luzhniki se impone en la geografía de Moscú y en una de sus entradas se alza la estatua de un símbolo de la Revolución Rusa, que se contrapone con la parafernalia que montó la Fifa a sus pies.

Nunca antes dos símbolos tan contrapuestos estuvieron tan cerca. Jamás el capitalismo estuvo mano a mano con uno de los símbolos del socialismo y de la Revolución Rusa. El fútbol lo hizo posible, porque juntó en una escena al marketing perfeccionado de la Fifa y a Lenin.

La entrada del estadio Luzhniki, en donde hoy se disputará el primer encuentro de la Copa del Mundo y que será el que recibirá a la gran final del 15 de julio, tiene en una de sus entradas principales una estatua de Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin, quien fue uno de los líderes de la Revolución Rusa de 1917. Hasta ahí todo parece normal y un recuerdo a uno de los grandes líderes políticos del mundo.

Pero lo que en realidad impacta es lo que está a los pies de la estatua. Un stand de los productos oficiales de la Fifa. Los organizadores dispusieron de un camino minado de lugares para exhibir sus marcas. Todos los auspiciantes de la Copa del Mundo aparecen uno detrás del otro hasta llegar a los pies de Lenin.

Rusia es sin duda una tierra llena de historia y un país que fue importante a lo largo de numerosos sucesos clave del mundo. Cuando se disolvió la Unión Soviética, Mc Donalds apareció cerca de la Plaza Roja y provocó un cimbronazo, pero la Fifa dio un paso más y puso todo su arsenal de productor para consumir apenas a centímetros de Lenin, para generar una imagen rara y que provoca cierta extrañeza tanto a los ciudadanos locales como a los extranjeros.

Ahora, el estadio Luzhniki es definido como un ex símbolo del comunismo. Llevó el nombre de Lenin y fue la postal de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, pero todo cambió. Se fue el nombre del político y las marcas se apoderaron de sus alrededores. Volverá a ser una imagen recurrente, de eso no hay dudas, aunque de una manera totalmente opuesta.