Detectan extracción de arena en zonas prohibidas del Paraná

martes 21 de enero de 2020 | 7:15hs.
Una denuncia que sentó precedente: la de la cooperativa del Hogar del Che, en Caraguatay.
Una denuncia que sentó precedente: la de la cooperativa del Hogar del Che, en Caraguatay.
La extracción de arena representa una arista fundamental en el negocio de la construcción y, si bien está legislada, desata una polémica social y ecológica. En Argentina, los sitios adecuados para extraer el recurso natural se limitan al Río de la Plata y el Paraná. El procedimiento se realiza a través de barcos draga en los lugares autorizados.
En julio del año pasado, un grupo de guardaparques denunció la extracción de arena, por parte de una empresa privada, de las costas del río Paraná, en la zona de Solar del Che, reserva natural y cultural, ubicada en el municipio de Caraguatay, en el departamento de Montecarlo.
“Tomamos registros fotográficos del barco sacando arena, en una zona protegida, hicimos un informe con imágenes y entregamos al Ministerio de Ecología, contando todo lo que venía sucediendo; de ahí Ecología eleva a Minería, donde creemos que hubo un llamado de atención e informaron el kilometraje donde está autorizado hacer esta extracción”, denunció en diálogo con El Territorio Juan Perié, presidente de la cooperativa del Solar del Che, quien con este accionar invitó a otras entidades a realizar la correspondiente denuncia ante las oficinas públicas.
Según manifestaron los guardaparques, la empresa no estaba respetando los límites de extracción, perjudicando a la reserva tanto en lo ecológico como en lo turístico.
“Los órganos controladores en esta instancia son la Prefectura y también nosotros para resguardar la zona de la reserva, por esa razón hicimos la denuncia y dimos a conocer lo que está pasando”, apuntó Perié.
El caso de Caraguatay es sólo uno de los tantos que se vive en la ribera del Paraná, donde los vecinos perciben que se están quedando prácticamente sin costa. En este sentido, las miradas se terminan concentrando en el órgano de contralor y si las empresas dedicadas a la actividad respetan los parámetros de la normativa vigente, como ser los kilómetros de extracción autorizados.
“En la práctica casi nunca nos hacen inspección del volumen de arena que sacamos. Casi siempre sólo cuando solicitamos una prórroga en el tiempo de explotación, que verifican que nuestro trabajo no haya afectado el río, o el medioambiente. Y mientras tanto, pagamos las tasas de acuerdo al volumen autorizado”, explicó el responsable de una empresa arenera que opera en la zona del Alto Paraná.
Fuentes del Ministerio de Industria argumentaron a este medio que la Dirección de Geología habilita los kilómetros para la extracción de arena sin afectar reservas ictícolas, zonas de puerto o parques provinciales. El rol de esta entidad es autorizar el espacio físico para la explotación del recurso renovable y cobrar un canon por lo extraído.
En tanto, si se detectara que las empresas extraen arena en zonas no habilitadas, el poder de policía recae en la Prefectura Naval Argentina (PNA), que debiera intervenir para evitar estas situaciones.
Asimismo, señalaron que los sistemas de identificación automática (AIS), capaces de proporcionar información sobre el barco a otros barcos y a las autoridades costeras de forma automática, recién se implementarán cuando se firme convenio con Nación.
Por su parte, desde Prefectura aseguraron que la fuerza de seguridad se encarga de que las empresas saquen la arena del lugar autorizado por Minería. “O sea que cumplan, después si ese lugar es prohibido por otros motivos, es responsabilidad de Minería”, indicaron desde la PNA en Misiones.
Otro punto al que hacen referencia las fuentes oficiales respecto a la escasez de arena en la costa del Paraná es que esto sucede desde que se construyó la represa Itaipú, una obra binacional de Paraguay y Brasil, en su frontera sobre el río Paraná.

Un llamado de atención
Caraguatay queda a unos 170 kilómetros de Posadas y desde el acceso a la localidad la reserva Che Guevara queda a unos cinco kilómetros por camino de tierra hasta llegar a pocos metros del río Paraná; desde el lugar se puede observar la Isla Caraguatay. El sitio está al cuidado de guardaparques y además se recibe a turistas para el recorrido de senderos y llegar la costa del Paraná para quienes quieran conocer.
Los guardaparques resaltan que faltan más controles principalmente para resguardar espacios protegidos como lo son la isla Caraguatay y la Reserva el Che, teniendo en cuenta que son patrimonios naturales donde no está permitida la extracción de arena o alguna otra práctica que comprometa al medioambiente. Si bien el caudal de arena se recupera con el tiempo, igualmente la zona se ve afectada.
Consultados entes de Estado como la Municipalidad, manifestaron desconocer esta situación, además adujeron que no recibieron denuncias del tema. De igual forma manifestaron desde la comisaría local que no hubo denuncias de ningún tipo en la dependencia.


“Por la crecida o la bajante, se nota más”

El responsable de una empresa arenera del Alto Paraná accedió dar su mirada de la situación, desde el anonimato: “Yo no puedo hablar por todos porque cada uno tiene su manera de trabajar, pero cada tanto la gente cree que sacamos más de lo que nos permite la ley. Me animo a decir que eso, por lo menos en quienes estamos habilitados, no es común. Lo que pasa es que a veces, por las crecidas, o las bajadas del río, se nota más lo que extraemos. Nuestro trabajo está relacionado con la construcción, y hoy la construcción está parada ¿Con qué objetivo sacaría más arena de la que estoy autorizado si no la puedo vender? Tal vez en otras condiciones algunos extraigan más de lo permitido porque es muy difícil el control del volumen que vendés. Pero hoy día no creo que se esté haciendo”.


Un recurso renovable que está al borde de la emergencia

Entre las muchas emergencias ambientales presentes y futuras, hay una, muy seria, de la que casi nadie habla y que pocos conocen. Afecta a uno de los recursos naturales que parecen menos valiosos y más disponibles: la arena.
El aumento descontrolado de la demanda podría tener graves consecuencias sobre los ecosistemas, la disponibilidad de agua potable, la erosión de ríos, lagos y costas.
En el mundo se extraen cada año 53 mil millones de toneladas de arena y grava. Para una casa de tamaño medio se necesitan unas 200 toneladas de arena y para 1 kilómetro de autopista, 30.000 toneladas.
Se usa también en la producción de vino, papel, detergentes, pinturas, vidrio, ordenadores, medicamentos y cosméticos, para la siderurgia, la generación de energía eléctrica o en el fracking para la extracción de petróleo de esquisto.

La legislación en Argentina
La arena extraída de los ríos provinciales e internacionales que fijan los límites provinciales están consideradas, en la ley provincial ley XVI–1, como sustancias de tercera categoría para ser utilizadas en la construcción.
Las concesiones permitiendo la extracción de las mismas, está a cargo de la Dirección General de Geología y Minería, que tiene dos modalidades de concesión: a) por un plazo de dos años con volúmenes determinados de extracción, prorrogable en el tiempo; o b) por una determinada cantidad de material extraído.
En el caso de volúmenes mensuales de extracción existen diferentes categorías de acuerdo al volumen solicitado en la concesión y se paga un canon por la extracción de ese volumen.