¿QUERES RECIBIR NOTIFICACIONES DE LAS NOTICIAS MAS IMPORTANTES? HACE CLICK ACÁ

Destinan entre cinco y nueve horas para obtener más ingresos

lunes 25 de marzo de 2019 | 6:00hs.
Algunos vendedores dividen su tiempo con actividades formales, mientras que otros se dedican de lleno.
Algunos vendedores dividen su tiempo con actividades formales, mientras que otros se dedican de lleno.
La venta ambulante requiere una dedicación casi exclusiva para lograr el ingreso de capital a la economía familiar.
A partir del relevamiento que realizó este matutino, se observó que trabajan entre cinco y nueve horas por día y, en muchos casos, destinan los siete días de la semana para esta actividad.

Desde temprano y todos los días
Cecilia (51) y Marcelo (56) se despiertan todos los días a las 5 de la mañana. En ese horario comienzan a preparar la masa para el caburé.
A las 6, arriban a la esquina de las avenidas Lavalle y López y Planes y preparan su puesto para comenzar con las ventas, al que le dedican su tiempo de lunes a lunes.
La pareja vivió 35 años en Capital Federal pero el secuestro de una de sus hijas cambió todos los planes y optaron por Misiones como destino para continuar con sus vidas.
“Dejamos todo allá por la tranquilidad que tenemos en Misiones”, comentó Marcelo quien, como consecuencia del mal momento, su salud se deterioró y sufrió dos ACV. Buena parte de los ingresos que obtienen sirve para costear los medicamentos de Marcelo, que por mes invierte alrededor de 6.000 pesos.
“Optamos por salir a la calle, vender algo que es bien misionero. Mi familia fue una de los que trajo el caburé a Misiones y también se dedican a la venta; además, como ya venimos del mismo rubro gastronómico, estamos con esto que se vende y gusta”, explicó.
“Tenemos esta única opción. Nos mantenemos de esta manera, apenas, pero llegamos. Por el momento vivimos de esto ya que estamos tanto de mañana como de tarde”, sentenció Marcelo.

La clásica venta
El asado y las empanadas forman parte de la dieta de los argentinos y son las alternativas que proliferan los fines de semana para generar dinero extra.
Tal es el caso de Eduardo (37). Durante los días de semana se dedica a su profesión de técnico electrónico, mientras que los sábados y domingos monta su parrilla en la esquina de López y Planes y Santa Catalina.
“Recurrí a los galetos, a un poco de asado y los chorizos para tener más ingresos porque la plata no alcanza”, manifestó Eduardo.
Con el salario que obtiene por su trabajo semanal, el dinero no es suficiente, por lo que optó por el clásico argentino para tener más dinero desde hace ya más de siete meses.
Además, comentó que los costos para la inversión semanal en asado son caros. “Por ejemplo, la caja de pollo para el galeto subió esta semana. Antes pagaba 1.800 y ahora, 2.000”, detalló.
En el caso de Fanny (56) y “Copuna” (70) -como prefiere que lo mencionen-, son pareja y que hace más de tres años se dedican a la venta ambulante, específicamente, de empanadas y tortas fritas, en la que la mujer se dedica a la preparación y su marido, a la administración.
Él es jubilado de la administración pública y ella se dedicó a la atención de ancianos, trabajo que abandonó hace años.
Como una forma de colaborar con los pagos de servicios de la casa, la pareja opta por la venta ambulante como un recurso que le permite costear los gastos cotidianos.
“Siempre estamos en la calle, nos da el dinero para mantenernos, más allá de mi jubilación y es necesario tener una platita de más”, detalló “Copuna”.

El rebusque de las verduras
Limones y morrones por docena son los alimentos elegidos por Marta (44) para vender en las avenidas Lavalle y Blas Parera de Posadas, trabajo que realiza hace tres meses.
“Me quedé sin trabajo y busqué una opción para mantenerme”, comentó Marta. Asimismo, agregó que “las verduras es algo que la gente compra mucho y siempre tengo ventas, que es una verdura clásica en la dieta familiar”.
Con los ingresos exclusivos que le genera la venta ambulante, los utiliza para el pago del alquiler y el mantenimiento de sus hijos.
“Tengo dos chicos que están en la escuela. Con lo que gano repartimos entre la comida y útiles de los chicos”, explicó Marta.
Además, manifestó que hay veces que intercambia de lugar y aprovecha el momento de la espera del semáforo en rojo para vender.