Denunció al marido por violencia y un fallo judicial la obligó a abandonar su casa

domingo 11 de agosto de 2019 | 4:00hs.
“Lo único que les dejaron sacar los chicos, en medio de los gritos, fue ropa, en bolsas”, lamentó la denunciante.
“Lo único que les dejaron sacar los chicos, en medio de los gritos, fue ropa, en bolsas”, lamentó la denunciante.
Cristian Valdez

Por Cristian Valdezfojacero@elterritorio.com.ar

Después de denunciar a su marido por supuestos episodios de violencia, un reciente fallo de la jueza Civil, Comercial, Laboral y de Familia de Aristóbulo del Valle, Edelmira Salvi, obligó a una mujer y a sus tres hijos, dos de 10 años y uno de 12, a abandonar la casa en la que vivían en el barrio 75 Viviendas de Campo Grande.
La denunciante se llama Daniela Cristina Ortiz, tiene 29 años y momentáneamente se quedó en la calle, a excepción de los chicos (hijos de ella producto de una relación anterior), que fueron a parar transitoriamente en casas de parientes.
De acuerdo a lo que explicó la presunta víctima a las autoridades, estuvo desde fines de agosto de 2016 en pareja con el denunciado, Ricardo Z. (57). Ella era empleada de un restaurante en Aristóbulo del Valle y se veían diariamente, viaje de por medio, hasta que en un momento decidieron iniciar la convivencia en la casa -actualmente está en trámite de ejecución hipotecaria- de la cual recientemente fue excluida.
Contó que el 8 de febrero de este año se casaron y si bien “desde el principio de la relación sufrí maltratos verbales, no los tomaba muy en cuenta porque siempre insistí para que cambiara esa forma de tratarme, apostando a mejorar nuestra relación en bien de la familia que estábamos construyendo y también como tengo dos hijos menores con otra pareja, anhelando que asumiera la figura paterna que mis hijos en crecimiento estaban necesitando”.
La mujer afirmó que luego del casamiento, el vínculo se resquebrajó. “Debido a los celos (del denunciado), nuestra convivencia se volvió muy difícil. Comenzó a maltratarme, incluso en presencia de mis hijos, lo que derivó en que tuviera que buscar atención psicológica para ellos”.
Cinco meses después de casarse, el hombre se fue de la casa, contó la mujer. “El 12 de julio decidió retirarse por propia voluntad del hogar conyugal, dirigiéndose hacia una chacra de su propiedad llevándose los vehículos, dinero en efectivo, efectos personales e incluso mercaderías de un pequeño negocio que abrimos”.
Recordó: “en ese momento me denunció a mí por maltrato, pero nada que ver, muchas personas son testigos de que eso jamás pasó, de que él me agredía constantemente e incluso hasta una vez trató de atropellarnos cuando caminábamos con los chicos”.
Sin saber que el hombre la había sindicado ante las autoridades, ese mismo día ella decidió hacer una exposición acusando a su marido por abandono de hogar e inició en paralelo los trámites de divorcio de manera unilateral, solicitando que se le atribuya la vivienda que seguía habitando junto a los menores.
“Desde ese día no tuve ni tengo ningún tipo de comunicación, tampoco volví a verlo”, afirmó, sacando a la luz que como consecuencia de las denuncias cruzadas, rige una orden de restricción de acercamiento que involucra a ambos.
Más allá de eso, a fines del mes pasado también radicó una denuncia policial en contra de las hijas del hombre a quienes acusó de agredirla. “Me hostigan todo el tiempo, me persiguen a donde voy. Tengo miedo hasta de salir”, dijo.

Exclusión
En este contexto, Ortiz fue notificada el viernes al mediodía sobre la decisión de la jueza Salvi, que ordenó su salida inmediata del inmueble. “No me dijeron nada, tampoco me dieron tiempo. Me echaron de la casa dejando todas mis pertenencias”, lamentó en diálogo con este medio.
Sobre eso agregó que “fue la Policía con la orden de la jueza, rompieron las rejas frontales, la puerta y tuve que juntar las cosas en bolsas negras y salir con los chicos, sin llevar ni siquiera alimentos. Mis hijos están muy mal, nos destrataron, nos insultaron y todo en presencia de las hijas de este hombre que nos hacen la vida imposible”.
“No entiendo por qué nos dejaron en la calle, sin siquiera un colchón para dormir. Si no fuera por mis parientes, estaríamos durmiendo bajo la lluvia”, explicó cuestionando la decisión de la jueza y sospechando de las supuestas influencias del hombre con quién se casó.


Claves del caso

Relación. La denunciante contó en su denuncia que en agosto de 2016 conoció al hombre, con quien comenzó una relación y tiempo después se inició la convivencia en Campo Grande.

Matrimonio. Después de casi tres años, en febrero pasado se casaron, pero -de acuerdo a sus dichos- el maltrato comenzó a ser frecuente por lo que la relación se volvió insostenible.

 

Denuncia. El 12 de julio el acusado decidió salir del hogar, pero la denunció por violencia, en tanto que ella lo acusó de abandonar el hogar e inició el trámite de divorcio.



Llamativa decisión sobre hermanitos abandonados

La exclusión del hogar de la denunciante junto a los menores no es la primera decisión llamativa de la jueza Salvi en la localidad de Campo Grande. En junio de este año dispuso que cinco hermanitos rescatados por una vecina después de haber sido abandonados por su padre queden bajo la guarda de una tía paterna.
Asimismo, revocó la prohibición de acercamiento del padre hacia los menores que oportunamente dispuso la jueza de Paz suplente de Campo Grande, Nancy Barbieri, por lo que el hombre pudo volver a tener contacto con las criaturas.
Según lo resuelto por Salvi, los chicos de entre 6 y 10 años quedaron bajo la guarda provisoria de Érika Blanca A., quien a su vez fijó domicilio en la casa de sus padres. La magistrada también dispuso en su dictamen “un amplio socioambiental en el domicilio actual de los menores a los fines de corroborar cómo se encuentran, y cualquier dato relevante que pudiera aportar a la causa”, al tiempo que requirió un informe psicológico de los hermanitos, “a los fines de corroborar si son sujetos de posible maltrato infantil”.
Mientras tanto podrán ser visitados por su progenitor, el mismo que fue denunciado porque no los mandaba a la escuela ni les daba de comer y los castigaba.
Los pequeños reconocieron que salían a pedir comida a los vecinos o se alimentaban con paltas de los árboles de la zona.
Al ser notificados de la decisión judicial, según fuentes vinculadas al caso, los pequeños comenzaron a llorar y expresaron que no querían dejar la casa donde estaban, aunque no tuvieron más opción que mudarse con su tía.

El caso
En su denuncia ante la Comisaría de la Mujer de Campo Grande, la vecina que acogió a los hermanitos aseguró que el padre los tenía absolutamente abandonados. “No empezaron la escuela y me contaban que comían palta y a veces chorizo, cuando comían. La mayoría del tiempo vivían solitos y al volver el papá los maltrataba. La nena más grande, que tiene 10 años, me contó que el papá los hacía bañarse con agua fría y los castigaba sin motivo”, detalló.
La mujer es madre de dos niños y se conmovió por la situación de los hermanitos, por lo que empezó a alimentarlos y a interiorizarse de la situación que padecían, aprovechando que el padre salía todo el día.