Denunciaron la existencia de un criadero de gallos de riña

Vecinos del barrio Villa Blanquita de Oberá reclamaron la intervención de la defensora del Pueblo, Patricia Nittmann, ante los reiterados inconvenientes que ocasiona un criadero de gallos situado en plena zona residencial.
Desde hace años los habitantes del lugar padecen el contínuo cacareo de las aves, lo que interrumpe el descanso y genera malestar. Sin embargo, el caso tomó mayor resonancia cuando los vecinos denunciaron que los gallos que están en la propiedad citada son utilizados en riñas.
En consecuencia, tras recepcionar el reclamo de los vecinos, la funcionaria prevé una serie de acciones para arribar a un acuerdo. Luego de tomar declaración a los testigos, cursarán las actuaciones a la Dirección de Bromatología de la Municipalidad.
“Ya no sabemos a quién recurrir por el drama de los gallos. Es imposible descansar, la gente se enferma de los nervios y no hay solución. Por eso recurrimos a la señora Nittmann y esperamos alguna solución”, comentó un vecino.
Al respecto, indicaron que el presunto criadero de gallos funcionaría desde hace más de 20 años en la propiedad.“Es un negocio redondo, porque aparte de las apuestas, la misma gente se dedica a la cría y venta de animales. Toda su vida este hombre se jactó de tener contactos y se ríe de la prohibición”, indicó un comerciante de la zona.
En el barrio todos conocen las actividades del sujeto, al punto que lo apodaron el “hombre de los gallos”. Además, es imposible que su actividad pase desapercibida, ya que cría a los animales en la parte trasera de su domicilio.

Delito
La ley nacional 14.346 prohíbe las riñas de gallos, pero la práctica persiste y muchos animales terminan mutilados o mueren.
Por ello, más allá de los ruidos molestos, los vecinos lamentaron el maltrato animal y el incumplimiento de las normativa.
En caso de ser comprobado esto, el dueño del criadero podría enfrentar desde 15 días hasta un año de prisión.