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"Dejar las drogas es personal y la rehabilitación es colectiva"

domingo 23 de junio de 2019 | 6:00hs.
El psiquiatra insistió en un compromiso sincero a la hora de recuperarse.
Daniela Cortés

Por Daniela Cortésinterior@elterritorio.com.ar

Hay personas que logran salir del infierno del abuso de drogas. Otras tantas consumen sus vidas en esa hoguera. ¿De qué depende que algunos salgan y otros no? El viaje de vuelta existe pero sólo los que vuelven pueden contarlo. Los otros no pueden hablar porque son adictos y perdieron la libertad frente a una sustancia y la capacidad de poner en palabras lo que les pasa.
El médico psiquiatra Harry Campos Cervera trabaja con personas adictas y dialogó con El Territorio sobre las características de las rehabilitaciones. “No hay una fórmula que aplique para todos los casos. Cada persona es un universo único y es ahí donde se debe buscar la clave para superar la adicción a las sustancias”, explicó el psiquiatra.
El doctor Campos Cervera, que también es miembro de la Asociación Psicoanalista Argentina (APA), definió la adicción como la pérdida de libertad de una persona frente a una sustancia. “Son individuos que perdieron la capacidad de decidir libremente el consumo de determinada sustancia. Necesitan tomar alcohol para sentirse contentos, consumir cocaína para poder trabajar o fumar marihuana para ir a una fiesta. Si no lo hacen sienten que no alcanzan ese objetivo y así se esclavizan a ese consumo”.
Seguidamente, el médico explicó que “lo fundamental para iniciar un tratamiento de rehabilitación es el grado de compromiso que tenga la persona consigo mismo. No con el profesional, la familia o el grupo. Sino con él mismo. Porque si no hay voluntad de la persona en hacer un tratamiento, por más que tenga al mejor terapeuta no se logrará nada. Es fundamental el empeño de la persona en querer abandonar el consumo”.
En este punto, el profesional insistió en un compromiso sincero en querer dejar de drogarse, que no es lo mismo que drogarse menos, y puso como ejemplo al fumador que dice: “No quiero dejar de fumar sino que quiero fumar menos”.
Según el psiquiatra, esta distinción es fundamental porque así como el alcohólico para dejar de serlo no puede tomar menos sino que debe abandonar totalmente la bebida, el drogadicto también debe decidir dejarlo todo y no solamente un abandono parcial de algunas sustancias. Porque se trata de personas que no pueden medir el consumo y por lo tanto la regla es cero consumo.
Otra cuestión a analizar al momento de iniciar un trabajo de rehabilitación es saber desde dónde se parte. Conocer el estado físico y psicológico de la persona. Según explicó Campos Cervera, “hay situaciones de trastornos neurológicos y de daños cerebrales severos como consecuencia del consumo que son irreversibles”.
“No es lo mismo una rehabilitación de un joven de 25 años que hace cinco que consume, que la de una persona de 40 años que lo hace desde los 15. Tampoco es lo mismo el consumo de paco que el de marihuana . Hay drogas más dañinas que otras y cuerpos más sensibles que otros. No todo es lo mismo. El paco o la cocaína dañan severamente el lóbulo frontal del cerebro que es el que permite controlar los impulsos, planificar decisiones y producir lenguaje, entre otras funciones. Por lo tanto, una rehabilitación con este daño es mas complicada”.

Decisión propia pero con ayuda
El psiquiatra explicó que, si bien el compromiso de querer dejar el consumo de drogas es individual y personal, el trabajo para lograr ese objetivo es colectivo.
“El acompañamiento terapéutico es clave en las rehabilitaciones porque en ese camino habrá muchos momentos de tropezones o recaídas y ahí es fundamental contar con la ayuda de un grupo de terapia o de un profesional, porque por más voluntad que tenga la persona somos seres sociales y estos procesos de sanación funcionan muy bien en equipos”.
En ese sentido el psiquiatra explicó que “generalmente el adicto es un ser solitario, por eso todo lo que sea terapias de grupos viene muy bien para ayudarlos”. Pero insistió con la idea de que "la salida de las drogas es siempre una decisión personal de compromiso consigo mismo. Luego viene la instancia del acompañamiento terapéutico, pero el primer paso es absolutamente individual”.
Según explicó el psiquiatra, en toda adicción hay “una serie complementaria donde hay patrones genéticos, historia familiar y vivencias personales que se deben conjugar al mismo tiempo para que haya una adicción. Uno solo de esos factores no es suficiente. Deben estar los tres. Y en los tratamientos de rehabilitación se deben abordar estas cuestiones”
Con respecto al momento en que una persona adicta hace el famoso ‘click’ y decide iniciar su rehabilitación, según el profesional puede pasar por distintos motivos “algunos lo hacen porque tocaron fondo y se asustaron, tuvieron experiencias cercanas a la muerte que los conmovieron, o por amor a la familia, o alguna filosofía o religión”.

Vacío existencial
El doctor Campos Cervera no explica la adicción como una patología primaria, sino más bien como una conducta que es consecuencia de un déficit anterior.
“Por ejemplo una persona que tiene un trastorno social que le cuesta integrarse a sus pares y empieza a tomar alcohol para lograrlo. Para esa persona el alcohol es casi su medicina porque le ayuda a integrarse. Por lo tanto el tratamiento de rehabilitación para esa persona no deberá estar centrado solamente en dejar de tomar sino en analizar también su trastorno social”.
En ese sentido, explicó que “las terapias de rehabilitación deben estar centradas en la persona como un todo, no solamente en sacar la sustancia del consumo, sino en analizar también cuál es el vacío sobre el que nació ese consumo. Un vacío de afecto, de sentido de la vida, de autoestima, de vínculos sociales, de objetivos personales. Todo esto es necesario ponerlo sobre la mesa de trabajo de una rehabilitación para que sea efectiva”.
Según el profesional, “la adicción siempre es consecuencia de un vacío previo en la persona y llega para llenarlo. Por eso las políticas públicas más efectivas para reducir los consumos de alcohol y drogas en jóvenes en otras partes del mundo están llenas de actividades de recreación, deporte, arte, oficios y colaboración social, porque un joven que se siente realizado y pleno no siente un vacío en su vida y por lo tanto difícilmente ingrese al mundo de las adicciones”.
Finalmente, el profesional puso como ejemplo “el Plan Juventud de Islandia que en los últimos 20 años logró reducir del 43 al 5 por ciento la cantidad de menores de edad que consumían alcohol con reglas muy severas para evitar ese consumo, pero con un programa muy fuerte de fomento de actividades extraescolares de realización y de formación personal. Y todo en modo colectivo porque no se trata de rescatar a alguno, sino a todos”.


Perfil

Harry Campos Cervera
comerciantes
Médico especialista en psiquiatría en la Universidad de Buenos Aires (UBA), psicoanalista titular en la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y magíster en psiconeuroinmunoendocrinología en la Universidad Favaloro.
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