“Debería haber salas en todas las ciudades”

I gnacio Benítez (37) dio vida al entrañable Tati en la película El Camino de San Diego, de Carlos Sorín, estrenada en 2006. Pero antes de ese protagónico que lo llevó a la fama, trabajó a las órdenes de otro reconocido director, Marcelo Piñeyro -el mismo de Plata Quemada-. Su última incursión en la pantalla grande fue La Patota (2015), de Santiago Mitre. 
El actor, con más de 20 años de trayectoria, vive en su Eldorado natal, donde fomenta un circuito cultural y es vicepresidente del Club del Teatro.
En una entrevista con El Territorio, expresó su deseo: “Debería haber una sala de cine en cada localidad”.     
La exposición pública que logró con sus personajes no lo mareó. Trabaja actualmente en un vivero, que es el emprendimiento familiar, y relató que si bien ama actuar, no vive de ello, pero sus experiencias en cine le han dejado enseñanzas.
“Ser actor en Misiones es muy especial, porque desde el comienzo cuando decís ‘voy a ser actor’, surge automáticamente el prejuicio de la gente que piensa que uno no quiere trabajar, que es una profesión de vagos, que no se puede vivir de eso”, Y siguió: “Yo en lo personal, como actor pude estudiar y capacitarme en  Eldorado, gracias a ello pude realizar trabajos importantes relacionados con la actuación y en su momento ganar dinero”.
Confió que descubrió su vocación de actor ya de adulto, inició entonces sus estudios en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Eldorado. “Estudié teatro de grande, mi primera maestra fue Liliana Rizo, quien fue la que me acercó al mundo del teatro, realicé muchos talleres, festivales de teatro, hasta que con el tiempo todo se fue dando para entrar en ritmo del cine”.
Además, analizó la industria del cine en Misiones, “tiene la particularidad de que atrae a los directores de cine por su naturaleza y también por la calidad humana”, subrayó y añadió: “La industria del cine local se fue desarrollando gracias a la tarea de innumerables compañeros que pujaron para que se cree el Iaavim, que posibilitó que haya muchas producciones”.
Sin embargo, enfatizó que para que haya un mayor desarrollo del sector, “debería haber una sala de cine en cada localidad, el público podría abonar entradas, ayudando de esta forma al crecimiento de la industria y generando un circuito donde se consuma cine”.
Benítez filmó en 2000-2001 Historia de Argentina en vivo, con Piñeyro; en 2012 participó de A la deriva, del director Fernando Pacheco, pero sin dudas la historia del humilde peón rural que se adentra en un mundo que no conoce movido por su ídolo Diego Maradona es el papel que marcó su carrera. 
“En 2006, Carlos Sorín buscaba un actor, pero yo no daba con la edad, entonces no me presenté al casting porque no tenía oportunidad, hasta que por esas cosas de la vida mi foto gracias a Liliana Rizo llegó a manos de director, que vio mi rostro y fue lo que él buscaba. Desde allí en más se realizaron modificaciones en el guión que me permitieron ser parte de esa gran producción cinematográfica, todo fue muy especial para mí, jamás imaginé tener esa gran oportunidad”.