De Alem a la Antártida Argentina, una vocación sin fronteras

lunes 18 de febrero de 2019 | 5:00hs.
De Alem a la Antártida Argentina, una vocación sin fronteras
De Alem a la Antártida Argentina, una vocación sin fronteras
En su adolescencia en la Escuela Provincial de Educación Técnica (Epet) 9, de Leandro N. Alem, Matías Goncálvez vería el paso de un milenio a otro recibiéndose de técnico mecánico electricista en el año 2002. Nada en ese momento lo hacía suponer que varios años después sería el primer oriundo de esta localidad misionera - donde conjugaba la amistad en las siestas de tereré y los partidos de fútbol en las canchitas de los barrios- en pisar la Antártida Argentina.
Matías tiene hoy 35 años, formó familia con Carolina Quiroga, con quien tuvo a su único hijo, Benjamín, de 7 años. Durante una década vivió en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, en tanto desde octubre de 2018 convive con otros 40 camaradas en la base aérea Vicecomodoro Marambio.
Su periplo inicia en Misiones. Ni bien finalizó el nivel secundario decidió continuar sus estudios en la Facultad de Ingeniería en Oberá. Fue ese el momento en el que visualizó su meta con toda claridad. “Me contacté con un amigo que estaba estudiando en el año 2003 en el Colegio Militar de la Nación, en las vacaciones de ese año me contó su experiencia de la carrera y me intrigó lo de ser militar y la posibilidad de ser uno entre los demás y poder servir a la patria de un modo diferente, fue así que empecé a averiguar y terminé mandando los papeles de admisión a la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea de Córdoba”, contó Matías en diálogo con El Territorio.
Egresó en el año 2005 con el grado de cabo y una especialidad en Electrónica Aeronáutica. En la actualidad vive a 10 grados bajo cero a más de 4.000 kilómetros en línea recta desde Misiones en una comunidad con otros militares y científicos dela Argentina y el mundo que estudian el gran continente blanco.

El inicio del sueño
“Dentro del ámbito militar existen muchas misiones en los que involucra a personal de las Fuerzas Armadas y la Antártida es una de esas misiones. Todas las personas que conocí y habían estado ahí volvieron con una admiración y entonces dije: ‘Quiero probar’”, comentó recordando su expectativa inicial.
Asimismo agregó que su sueño luego se transformó en un proyecto familiar: “Lo charlamos con mi esposa, que también es militar, y fue ahí que tomé la decisión de postularme para viajar como técnico”.
La primera selección se realizó en junio del año 2018 en el edificio Cóndor de Buenos Aires, sede del comando central de la Fuerza Aérea Argentina. “Fuimos a una entrevista todos los postulantes que pertenecerían a la dotación 50 de la base Marambio, la noticia de que estaba designado me la dio el que es mi encargado y ahora compañero de trabajo, el suboficial ayudante Ariel Barbosa, obviamente que fue una alegría enorme”, dijo.

Y llegó el día
A principios de octubre de 2018, la gran aventura de Matías comenzaba. “Cuando me despedí de mi familia y partí desde casa, en Río Cuarto,  hasta la base de El Palomar, (Buenos Aires) donde embarcamos en un avión C-130 Hércules, el cual fue nuestro medio de transporte en la primera etapa hasta la base de Río Gallegos y luego hasta la base Marambio donde nos depositaría a la dotación 50 para hacernos cargo por un año”, relató.
Su misión consiste en ser “técnico de la parte de comunicaciones, equipos de radio ayuda, enlace satelital, equipamiento de seguridad electrónica contra incendio, reparaciones varias de equipos electrónicos de la base y ayuda al personal de la Dirección Nacional del Antártico en lo que requiera”.
Su experiencia la va resumiendo en decir que, al ser su primera vez “aislado del continente por un año”, el trajín diario “se está haciendo muy llevadero ya que en estos meses se aprovecha para realizar todos los trabajos de mantenimiento que en el invierno se hace más difícil. Además está la campaña de los científicos y se aprovecha para abastecer la base logísticamente”, aunque reconoce que “estar lejos de la familia sí se empieza a sentir, pero como venimos mentalizados para estar aislados un año se hace más llevadero; además por medio de redes sociales y enlaces de comunicación prácticamente una videollamada te hace ver la familia y hablar con ellos en cualquier momento del día”. 

El objetivo de base Marambio

Única estación argentina en la Antártida con pista de aterrizaje, la base Marambio se constituye un pilar fundamental de la actividad antártica argentina. A lo largo del año recibe vuelos de aviones Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina desde el continente. La Fuerza Aérea Argentina en cumplimiento de políticas e intereses nacionales en el Sector Antártico Argentino, mantiene con inquebrantable vocación de servicio la capacidad operativa de volar en y hacia el Continente Blanco. La misión de la Fuerza Aérea Argentina en la Antártida Argentina es alcanzar y mantener la capacidad logística que permita brindar apoyo a las actividades de investigación científica de institutos nacionales, extranjeros e internacionales, que se realicen en el Continente Antártico.