martes 21 de agosto de 2018 | 6:00hs.
Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar
Con hambre, frío, mojado y sucio, al costado de una letrina, fue
capturado ayer a la tarde el ex convicto Teodoro Lukasiewicz (64),
buscado desde el sábado por el asesinato de su concubina Laura Liliana
Toth (52), en el barrio 25 Viviendas de la localidad de Gobernador Roca.
El centenar de policías que seguía de cerca sus pasos estaba seguro de
que caminaba agazapado por los tupidos montes que rodean las chacras de
la zona. No estaban equivocados.
El criminal pensó que con el clima adverso de la víspera, la búsqueda se
frenaría, pero no fue así. Los uniformados no se rindieron en tanto él
se las ingenió para escabullirse alrededor de 25 kilómetros, atravesando
arroyos y picadas de un terreno agreste que conocía a la perfección.
Así llegó hasta la propiedad de una familia que, por suerte, no estaba
en la casa. Ingresó, buscó comida, pero ni bien probó un par de bocados
notó a cuatro efectivos de la Comisaría de Roca en el patio, revisando
hasta debajo de las hojas.
Se escondió al costado de un baño letrina ubicado en el sector posterior
de la construcción principal, entre plantaciones de pino y té. Cuando
se sintió descubierto pretendió seguir corriendo pero sus fuerzas no
eran suficientes.
Se dejó caer en el lugar, arrodillado, brazos a los costados e
inmediatamente sintió las frías manos de los efectivos sujetándolo por
todas partes del cuerpo. Eran las 15.10.
Las esposas en sus muñecas indicaron que hasta ahí llegó su periplo. No
pudo seguir huyendo y desde ahora no le quedará otra alternativa más que
enfrentar el proceso judicial que lo espera por el crimen de la mujer
con la que convivió alrededor de tres décadas y tuvo cuatro hijos.
La primera medida post captura fue trasladarlo hasta la sede de la
Unidad Regional IX, donde la médica policial, Eliana Pitana, dictaminó
que no presentaba lesiones; tampoco refirió dolor. Es que el autor de la
estocada que cegó la vida de Liliana no habló desde entonces y hasta el
cierre de esta edición no recibió visitas, se informó.
El transitar de Lukasiewicz, desde ahora, no será en la chacra ni en el
monte, donde se manejaba con absoluta destreza. Su vida pasará entre
rejas, donde alguna vez estuvo hace muchos años a raíz de un homicidio
(de Ramón Zárate) que cometió bastante cerca de donde ahora fue
atrapado.
Será el titular del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, Carlos
Giménez, quien determine su traslado hasta su despacho para que tenga la
posibilidad de dar su versión de los hechos, aunque el testimonio de
los familiares de Toth es contundente sobre como ocurrieron, puesto que
varios fueron testigos directos de la violenta secuencia que marca que
la mató por la espalda, a sangre fría.
La indagatoria podría realizarse entre mañana y pasado, ya que el juez
tiene hasta tres días para hacerlo. Dependerá de cuándo esté listo el
informe policial.
Baqueano en el monte
Sabiendo que Lukasiewicz sabe manejarse en el monte por haberlo
transitado durante muchos años para cazar y cortar camino hacia su
chacra en Roca Chica, los uniformados que lo buscan sumaron ayer al
rastrillaje algunos canes adiestrados.
El objetivo fue, a partir del olfato perruno, focalizar la búsqueda que
se desarrollaba en un área extensa. Es que ni bien cometió el crimen
frente a varios parientes de la víctima que estaban de visita en su
casa, el asesino se aferró al cuchillo que utilizó y corrió hacia el
fondo del barrio, adentrándose al monte por ese sector que conecta
directamente con el paraje Roca Chica, distante a unos siete
kilómetros.
La familia Toth aportó prendas de vestir del sujeto, que fueron
olfateadas e inmediatamente los canes comenzaron su tarea. La huella que
detectaron fue orientada hacia el sector donde había sido visto después
del ataque, cerca de la ruta provincial 6, que une Corpus con Campo
Viera.
Búsqueda intensa
Las bajas temperaturas, sumadas a las intensas lluvias, no menguaron el
rastrillaje que se realizó con un centenar de efectivos. Fueron
divididos en grupos que, en su mayoría, ingresaron al área de búsqueda,
otros fueron desplegados sobre los caminos rurales y rutas, en tanto que
los demás se ocuparon de charlar con los vecinos para alertar sobre
cómo debían proceder si veían al fugitivo.
No fue necesario. Lukasiewicz salió por cuenta propia agobiado y con
hambre, aunque con una indumentaria distinta a la que tenía cuando
escapó de la escena del crimen. Será tarea de los investigadores
determinar si contó con ayuda externa o pasó por su casa para buscar
abrigo.
Su captura trajo alivio no sólo a los pobladores de la tranquila
población rural, sino a la familia Toth, que espera no verlo más en
libertad.
Confirmaron que nunca lo denunció
La familia Toth pudo confirmar en la víspera que Liliana nunca denunció a
Lukasiewicz, ni en sede policial y menos en el ámbito judicial. Fue un
nuevo golpe, porque le da certeza a lo que intuían.
En diálogo exclusivo con este matutino, una de las hermanas de la
víctima dijo que “ella vivía bajo constante presión, estaba amenazada,
tenía miedo, por eso creemos que nunca lo denunció. Decía que tenía
miedo de que se desquite con alguien, pero nos damos cuenta que todo
este tiempo fue una mujer infeliz al lado de este sujeto”.
En un breve diálogo volvieron a confirmar que Liliana sufría violencia
de género y que el acusado debe ser condenado bajo la figura de
femicidio. “Si podíamos, íbamos a hacer lo imposible para sacarla
de ese círculo. Fue la primera vez que se animó a enfrentarlo”.