Colectivo clamor por salud y trabajo

“La plegaria sentida es de protección de la salud y el trabajo en un tiempo difícil que se sobrelleva con esperanza y solidaridad”, expresó el sacerdote Andrés del Campo, párroco de San Miguel y director de la comunidad salesiana sobre las muestras de fe manifestadas ayer durante las fiestas patronales.

El 29 de septiembre el santoral católico celebra a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel, protectores de la salud, la providencia, las buenas noticias y el amor.

Por ello, en la jornada hubo actividades en los templos que llevan sus nombres en los barrios de la capital misionera.

La parroquia San Miguel, ubicada en la esquina de las avenidas Tacuarí y 115, año a año recibe a cientos de creyentes que acuden por bendiciones y para cumplir promesas.

“De toda la vida vengo a San Miguel, acá me casé, se bautizaron mis hijos, después crecieron y se casaron y bautizamos también a mis nietos. Somos creyentes y encomendamos al ángel, la salud de todo el pueblo”, contó Renata Benítez, vecina de la chacra 122.

Por su parte, Miriam Benegas consideró que “Miguel nos cuida, es cuestión de tener fe de que pronto todo esto va a pasar y que por ahora tenemos que cuidarnos y rezar mucho por el bienestar de todos y por el trabajo también, hace falta mucha oración”.   

En diálogo con El Territorio, el cura Andrés del Campo explicó que para concretar los festejos, se trabajó muchísimo en el protocolo sanitario. “Es algo que venimos cuidando desde que se permitió reanudar las misas y, hoy como es una jornada especial, con más feligreses, somos más puntillosos todavía, en cada detalle”.  

Explicó que las peticiones e intenciones escritas para las misas tienen el común clamor de protección, salud y trabajo.

“Miguel es un arcángel protector y justamente nuestro lema este año es ‘Defiéndenos’, en este momento tan complejo social y sanitario pedimos a Dios por medio de San Miguel que nos defienda, que nos cuide en la salud, en el trabajo, que haya comida en las mesas”, indicó.

En la iglesia del oeste hubo misas durante toda la jornada y también venta de platos.

La parroquia tiene a su cargo una extensión territorial de 22 chacras y realiza una tarea pastoral en la contención de las familias.

“San Miguel es una comunidad muy grande, con muchas realidades, en este contexto de pandemia muchas personas quedaron sin trabajo y nuestra prioridad es que a nadie le falte el alimento. Dentro de nuestras posibilidades trabajamos con el comedor comunitario y con Cáritas para ayudar a quienes atraviesan pesares económicos”, refirió.

El comedor funciona de lunes a viernes y sirve cada día 220 raciones en el almuerzo y 175 copas de leche.

“El comedor se sostiene con el aporte de fondos del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y también con las contribuciones de la gente, es un momento de promover y de vivir la solidaridad y hay que destacar que nuestra comunidad es muy solidaria y atenta al prójimo”, ponderó.

En las capillas San Rafael, de Villa Sarita, y San Gabriel, de barrio Fátima, también hubo ceremonias religiosas y festivas caravanas de autos, una nueva modalidad para expresar la fe ante la imposibilidad de realizar las procesiones con caminatas.