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Claves para hacer deporte en verano

domingo 14 de enero de 2018 | 5:00hs.
Claves para hacer deporte en verano
Pasaron las fiestas y en plena época estival de vacaciones muchos deciden arrancar una actividad deportiva con el fin de bajar unos kilitos para encarar el 2018 de manera más liviana. Sin embargo, con las altas temperaturas que se suceden día a día, es imprescindible tener en cuenta una serie de recomendaciones y no lanzarse de golpe al ejercicio porque puede resultar por demás peligroso.
Como primera medida el médico deportólogo Horacio Melo aconsejó evitar las horas de mayor exposición solar y calor en el día que van desde las 11 a las 16. Asimismo recomendó que, de  hacer ejercicio al aire libre, elegir ropas claras, anteojos de sol y gorros. En esa línea, una muy buena medida para evitar una descompensación puede ser “mojar la gorra con agua fría antes de salir”.
De la misma manera, así como la prudencia y la vestimenta son primordiales, la alimentación juega un papel clave. Por eso, se sugiere evitar los extremos: no salir a correr en ayunas por ejemplo; ni tampoco darse una panzada previa. 
La hidratación es importantísima y Melo estima que se deben ingerir tres litros de agua por día. No mate, té, gaseosas, sino agua.  “Si es una actividad muy desgastante, es conveniente llevar alguna bebida isotónica o preparar esta receta: en un litro de agua, agregar el jugo de dos naranjas y dos cucharadas de azúcar”, detalló el galeno a El Territorio. 
En cuanto a las comidas, profundizó: “Lo ideal sería que la persona no saliera en horarios después de comer, ni tampoco que tome sólo un mate. Si está complicada con los horarios, puede tomar un licuado de frutas con agua y azúcar previamente. O almorzar dos horas antes de salir. No comer carnes porque son de digestión lenta y puede provocar náuseas, vómitos. Comer un poco de fideos blancos una hora antes por ejemplo, sería una buena opción”.
Por otra parte, indicó que el entrenamiento debe ser adecuado a la edad y estado físico de la persona. La cantidad e intensidad no debe imponerse sino avanzar de manera progresiva.
“Es común notar que tengo unos kilos de más y querer arrancar a hacer algún ejercicio en el verano, pero es importante hacerlo gradualmente, no enloquecer y ponerse metas imposibles”, resaltó Melo.  Así, entendió que  hay que tener en cuenta el estado físico, entrenamiento y resistencia previas y en lo posible consultar siempre a un médico de confianza o alguien idóneo en la materia. 
En ese marco también en el apuro por adelgazar y notar cambios rápidos, advirtió sobre los productos quemadores de grasa que en realidad son perjudiciales en vez de beneficiosos. “Sólo se quema grasa con el movimiento, no con medicamentos. Tampoco se pierde grasa con actividad violenta como los piques, tareas exigidas o querer hacer todo de golpe. Eso también puede provocar mareos, calambres...”, subrayó el deportólogo. 
Del mismo modo es inútil y peligrosa la utilización de fajas, films o plásticos ya que no ayudan a perder grasas pero sí se pierde líquido vital. “Hay gente que no solo usa ropa oscura sino que se somete a fajas o se envuelve en plásticos, algo totalmente peligroso y nocivo para la salud porque no reduce el peso en grasas sino que hace que la persona pierda agua y se deshidrate al punto de terminar en un estado muy grave”, aclaró.
En resumen, la situación ideal para ponerse en movimiento en épocas de intenso calor tiene que ver con ser prudente en definir horarios, alimentación, vestimenta y objetivos. Si se entrena en lugares cerrados preferir los que estén bien ventilados o tengan aire acondicionado porque si hace 40 grados adentro de un local predispone a un menor rendimiento y a posibles lesiones.
“En vez de salir a correr una maratón, probar primero con caminatas cortas. Los horarios ideales para ejercitar son a la mañana temprano o a la tardecita, habiendo ingerido algo dulce al menos. Si hace mucho calor, ponerse una gorra mojada”, recalcó Melo.
Las consecuencias de no informarse y salir a probar suerte con ejercicios demandantes pueden ir desde arritmia, deshidratación, calambres, náuseas, pérdida de conciencia, hasta infarto. Por eso es recomendable siempre consultar a un médico sobre cual es la actividad ideal que se puede realizar según las características personales de cada individuo.
Así, los signos de que hay que detener el ejercicio para prevenir estas afecciones pueden ir desde boca seca, mareos, taquicardia, incapacidad visual, escalofríos o simplemente si uno se siente mal o desganado. “Hay que parar inmediatamente, tomar agua, pedir ayuda porque si continua puede haber graves e irreparables consecuencias como la pérdida de conocimiento”, describió Melo.
Mantenerse en forma es posible y aprovechar las vacaciones como situación ideal para ponerse en movimiento puede redundar en hábitos saludables duraderos siempre y cuando haya información y precaución previa.
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