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Chalecos amarillos volvieron a tomar las calles de París

domingo 24 de marzo de 2019 | 5:00hs.
Chalecos amarillos volvieron a tomar las calles de París
El movimiento está perdiendo el apoyo de la opinión pública, aseguran.
El movimiento está perdiendo el apoyo de la opinión pública, aseguran.
Miles de manifestantes del movimiento de los chalecos amarillos marcharon ayer por las calles de París, mientras las autoridades, por orden de Emmanuel Macron, se aseguraban de que no protestaran en las zonas prohibidas y reforzaron las medidas de seguridad para prevenir disturbios violentos como los de la semana pasada en la capital francesa.
La gente se reunió pacíficamente en la Plaza Denfert-Rochereau, en el sur de París, antes de avanzar al norte.
La marcha fue convocada para que termine en la atracción más popular del vecindario turístico de Montmartre: la Catedral del Sagrado Corazón. Algunas personas que estaban protestando arrojaron piedras a los uniformados y fueron detenidas.
Las autoridades francesas han prohibido protestas en los alrededores de la avenida de los Campos Elíseos en París y los vecindarios centrales de varias otras ciudades como Bordeaux, Toulouse, Marsella y Niza en el sur, y Rouen, en el oeste de Francia.
La avenida de los Campos Elíseos estaba casi vacía ayer, excepto por una fuerte presencia policial. 
Los manifestantes saquearon un sinnúmero de tiendas el fin de semana pasado y quemaron algunos negocios. 
Los brotes de violencia atemorizaron a los turistas y como precaución la policía cerró ayer las estaciones del metro en los Campos Elíseos.
La policía de París detuvo en la jornada a 51 personas para las primeras horas de la tarde, multó a 29 personas y registró de “manera preventiva” a 4.688 manifestantes con antecedentes penales que ingresaron a la capital.
Mientras que en Niza, la policía dispersó unos cuantos cientos de manifestantes que se congregaron en la plaza central.
La ciudad estuvo bajo estrictas medidas de seguridad porque se esperaba que el presidente chino Xi Jinping pasara allí la noche de ayer como parte de su visita oficial a Francia. 

Fuerzas del orden
El nuevo jefe de policía de París, Didier Lallement, quien asumió el puesto tras las violentas protestas del fin de semana pasado, dijo que se crearon unidades policiales especiales para reaccionar más rápido a cualquier brote de violencia.
Ayer se desplegaron unos 6.000 agentes en la capital y las autoridades monitoreaban las manifestaciones con la ayuda de dos drones.
Las autoridades también  apostaron soldados para proteger lugares delicados, para permitir que la policía se enfocara en mantener el orden durante las manifestaciones. 

Apoyo popular en declive

La paciencia de los franceses empieza a acabarse con los chalecos amarillos. De acuerdo con una encuesta, el 58% de los ciudadanos considera que la violencia desacredita ampliamente el movimiento, mientras que el 55% desea que acaben ya con las protestas. “Este movimiento, tan largamente apoyado y popular hasta comienzos de año, está empezando a enfrentarse a la opinión pública y está decayendo en términos de participación”, dijo el titular de Odoxa, la empresa encargada de la encuesta, Gaël Sliman. El problema, tanto para las autoridades como para los propios chalecos amarillos que rechazan la violencia, es que la participación no es el problema. El sábado pasado se manifestaron unas 30.000 personas, una cifra muy alejada de las primeras convocatorias, en noviembre.


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