Cedió la violencia pero siguieron las movilizaciones en Barcelona

La movilización activa de los simpatizantes del movimiento independentista catalán continuó ayer en España tras una noche en la cual la violencia de los militantes radicales cedió en Barcelona después de cinco jornadas de disturbios.

En ese marco, en toda Cataluña exigen la libertad de los líderes del proceso de secesión de 2017, condenados a duras penas de prisión. En contraparte, en la céntrica plaza barcelonesa Sant Jaume, el partido liberal Ciudadanos -referente del antindependentismo- concentró a cerca de un millar de personas bajo el lema “Basta ya: justicia y convivencia”.

En ese acto Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, manifestó: “No hay fuego, barricada, adoquín, bola de acero que pueda frenar un proyecto como España. Cuando lo intenten, acabarán en la cárcel como han acabado”. Y replicó sus críticas al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, por no destituir ya al mandatario catalán, Quim Torra.

Después de una mañana de calma en Barcelona, para la tarde esperaban el regreso de la tensión en las inmediaciones de la delegación del gobierno español, adonde el grupo independentista Picnic por la República convocó una manifestación a la que llamaron a asistir con bolsas de basura llenas de papel.

Previamente, el sábado, la violencia de los días anteriores pudo ser contenida por un grupo de manifestantes pacifistas que había secundado la iniciativa lanzada por el diputado Gabriel Rufián, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), al colocarse en primera línea como ariete para evitar los choques entre la policía y los activistas violentos.

El movimiento que protagonizó ese cordón humano de contención, llamada “En peu de pau!”, publicó ayer en Twitter que seguirá intentando ser “puente, parte y activo” en las protestas, a la cual apoya desde la no violenta. “No fue un cordón. Se dio respaldo a los manifestantes”, aclaró.