Atrapan a narco acusado de múltiples homicidios
martes 14 de agosto de 2018 | 6:00hs.
La detención.
Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar
El paraguayo Néstor Fabián Rojas (52) era, posiblemente, el delincuente
más buscado por la Justicia de Misiones en razón de los fríos y
profesionales asesinatos de Sebastián Vega (35) y Rodrigo Ibarra ( 37).
Las muertes ocurrieron en diciembre del 2015 y la instrucción descubrió
una compleja trama narco que fue seguida atentamente por la sociedad.
El Negro, como es conocido, está señalado como el autor material del
caso -conocido como el doble crimen de El Acuerdo- y había logrado
moverse de forma clandestina tanto en Paraguay como en Misiones,
esquivando así el pedido de captura internacional que pesaba sobre él.
Hasta ayer.
Es que finalmente la muerte del narcomecánico Aldo Andrés Cantero,
ocurrida hace dos semanas, lo puso nuevamente entre ceja y ceja de
investigadores policiales, quienes lograron su aprehensión en un
complejo de cabañas posadeño junto a otras cuatro personas. Todos se
movilizaban en dos vehículos, un taxi y un remís, y en la requisa de las
dos habitaciones que allanaron fueron encontrados panes de cocaína que
serían de máxima pureza y más de 50.000 pesos.
Entre los aprehendidos se encontraba la pareja del señalado como
múltiple homicida, María Ofelia C. Z. (21) -también paraguaya, que dijo
ser menor de edad y estaba sin documentos- y los entrerrianos Gabriel
Salvador O. (49), Jorge Gustavo G. (28) y Adriana Vanesa A. (44).
Justamente los autos Fiat Siena están radicados en esa provincia y no
tenían ningún tipo de anomalía, ni pedido de captura, se detalló.
La droga, que pesó cerca de 3 kilogramos y estaba distribuida en dos
habitaciones, tendría como destino final, previo paso por Paraná, Chile.
Por el momento está descartada la participación de los argentinos
presos en el crimen de Cantero, pero deberán responder ante el Juzgado
Federal local por una causa de narcotráfico. Todos permanecen
incomunicados en diferentes celdas.
Según expusieron las fuentes consultadas, el grupo había llegado
aparentemente de la Triple Frontera y se había alojado hace unos días.
Informantes detallaron a los investigadores que esta logística tiene que
ver con que Rojas necesitaba dinero para recuperarse de la carga
perdida en Roca.
El crimen de un amigo
El delincuente extranjero, declarado de “extrema peligrosidad”, emergió
como el principal responsable del crimen del Cantero, quien fue ultimado
de cuatro balazos el domingo 5 de agosto en Gobernador Roca. Se trata
de otro caso con ribetes ligados al narcotráfico, puesto que en el
predio donde habitaba se hallaron casi dos toneladas de marihuana.
Según se pudo reconstruir, apenas unos días después del hecho, efectivos
de Homicidios y Saic -que también intervienen la pesquisa del doble
crimen- pudieron identificarlo en base a elementos contundentes como el
principal sospechoso. Temían que haya escapado a Paraguay, pero por
fortuna esto no sucedió.
Primero se los ubicó en las cámaras de seguridad circulando luego del
asesinato en el Renault Logan, vehículo que fue abandonado en la
colectora de la localidad de Jardín América. Se siguió su recorrido por
pocos circuitos instalados en las calles de Roca y Jardín, además de la
ruta que une ambas localidades.
No quedaban dudas de que era él y los pesquisas, que nunca dejaron de
buscarlo y que incluso estuvieron cerca de detenerlo en más de una
oportunidad, supieron que estaban ante la posibilidad más concreta de
ponerlo en una celda.
Rojas no se movió solo previo a su último crimen, sino que estuvo
siempre junto a su pareja, el mecánico y la esposa de este último. Se
reconstruyó que la víctima y el presunto victimario tenían una relación
muy estrecha y desde hace días la pareja de extranjeros estaba viviendo
en la casa de Cantero. En este sentido, el ajuste de cuentas estaría
casi descartado, aunque no está del todo claro el motivo por el cual se
desconocieron.
Rojas se movilizaba siempre con identidades falsas y los pesquisas dan
cuenta de que nunca dejaron de trabajar para atraparlo. Se convirtió,
incluso, en una espina que buscaban extirpar. Durante este tiempo lo
buscaron y ubicaron también en Paraguay, pero una filtración de esa
información terminó por hacer caer su detención.
Sin armas y algunas ropas
Registros del conocido complejo de cabañas indicarían que los cinco detenidos se hospedaron junto a otras dos personas, que por estas horas están siendo buscadas. En tal sentido, a los investigadores les parece raro no haber encontrado armas en el lugar, ya que expresaron que “siempre andaba armado, más teniendo en cuenta que tenía la cocaína encima”. Si se hallaron prendas de vestir que serán analizadas. Por eso se especuló con que los dos prófugos podrían haber llevado el armamento, ya que el grupo estaba buscando un lugar más barato para alquilar, movimiento que terminó de exponerlo ante los investigadores.
Rojas estuvo demorado luego del doble crimen, pero fue liberado
La detención de Néstor Fabián Rojas fue el resultado de un arduo trabajo policial, que reconstruyó, creen, de manera contundente los perfiles de los implicados. Sin embargo, tiempo después del crimen, el extranjero estuvo detenido, aunque solamente por unas horas para luego ser liberado.
Según detallaron fuentes de extrema confianza, esa aprehensión ocurrió
en el mes de febrero del 2016, dos meses después del doble homicidio, en
la localidad de Jardín América.
Se trató de una detención por averiguación de antecedentes de la cual no
se quisieron expresar mayores detalles, pero que se debió a unos
disturbios en medio de una noche de trago del sujeto.
Los efectivos locales lo alojaron en una celda y el hombre, callado y
astuto, salió caminando en libertad más tarde. Es que por ese momento,
la pesquisa estaba en pleno proceso y recién se habían elevado los
perfiles a la Justicia.
Se detalló que aún no se había emitido formalmente el pedido de
detención, por lo que los efectivos de la localidad no conocían que
sobre él pesaba el sangriento antecedentes, ni les apareció ninguna
alerta en el sistema.
Según el expediente, la noche del miércoles 16 y la madrugada del jueves
17 de diciembre de 2015, Vega e Ibarra fueron invitados bajo engaños a
ser parte de un supuesto negocio relacionado al tráfico de drogas. El
hombre que los citó, supuestamente, buscaba vengarse de un cargamento
perdido en Corrientes y decretó a balazos sus muertes.
Los investigadores de la Dirección Homicidios de la Policía de Misiones y
de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas evaluaron
varias hipótesis hasta que decantó la venganza narco como móvil del
cruento asesinato.
Siguiendo pistas, declaraciones y los innumerables caminos que dejó al
descubierto la doble factura mafiosa llegaron a los hombres que los
habrían ejecutado: Julio Luis Morínigo (alojado en la UPVI) y Néstor
Fabián Rojas (Negro), recientemente detenido después de estar casi tres
años prófugo con circular roja en la página de Interpol (Policía
Internacional).
El primero de ambos está acusado como autor material del doble homicidio
calificado por el concurso premeditado de dos o mas personas, criminis
causa y por el uso de arma de fuego, al igual que Rojas.
Después de estar poco menos de tres años con prisión preventiva, hace
tres meses fue excarcelado Martín Vedoya, sindicado como autor
intelectual del ataque en el expediente que lleva adelante el titular
del Juzgado de Instrucción Tres, Fernando Verón. Fue sindicado como
quien, diez horas antes del crimen, manejó un Volkswagen Bora negro
junto con los dos presuntos asesinos (Morínigo y Rojas) buscando el
sitio donde convocar a las víctimas, además de aportar datos relevantes
sobre la vida de Vega (en calidad de ex cuñado).
Tres de una familia
Los últimos tres imputados forman parte de una misma familia y también fueron excarcelados. Se trata de Roberto César Candia, su esposa Silvia Gabriela Rodríguez y la hija de ambos, Denise Gisel Candia. También se los acusa de haber tenido una participación secundaria debido a la ayuda que prestaron antes y después de la matanza, aunque aseguraron que lo hicieron sin conocer las andanzas de Rojas y Morínigo, y desconociendo que habían cometido el asesinato.
Gisel reconoció en su indagatoria haber llevado en auto (previo al
crimen) a Rojas y Vázquez hasta el sitio donde Vega e Ibarra debían ser
convocados a la noche y en esa instancia mencionó a un tal Martín
(supuestamente Vedoya) como quien ya estaba en ese punto de la ciudad al
mando del Bora.
En el expediente también consta que junto a su madre, Silvia, cerca de
la medianoche trasladaron a Morínigo y Rojas al sitio donde estaban las
víctimas a instancias de los llamados de Vázquez, y que después llevaron
a éste a la casa, dejando a Vega e Ibarra con Rojas y Morínigo.
Después del crimen se sumó César Candia, quien junto a Silvia trasladó
en el mismo auto a Rojas hasta Encarnación y al día siguiente, mientras
el hombre trabajaba, madre e hija condujeron hasta Puerto Iguazú
llevando a Morínigo.
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