Arrancó el juicio a Leal y una prueba científica será el eje de la discusión

miércoles 30 de septiembre de 2020 | 0:00hs.
Arrancó el juicio a Leal y una prueba científica será el eje de la discusión
Arrancó el juicio a Leal y una prueba científica será el eje de la discusión

Después de casi 18 años, la causa por el homicidio de Pablo Fraire (28) pareciera haber ingresado ayer a su etapa cúlmine con el inicio del juicio oral y público contra Gabriel Cristóbal “Gaby” Leal (43), el último de los acusados cuya responsabilidad resta definir.

El juicio comenzó ayer a la mañana en el Tribunal Penal Dos de Posadas y Leal se sentó en el banquillo de los acusados como imputado por el delito de homicidio calificado por haber sido cometido por dos o más personas, alevosía y criminis causa, figura que prevé la pena de prisión perpetua en caso de ser hallado culpable al final del proceso judicial que tiene previsto culminar el 9 de octubre.

Justamente, esa misma pena recibieron sus dos consortes de causa, Oscar “Poli” Castel (medio hermano de Leal) y Gustavo Aranda Alvarenga, quienes ya habían sido juzgados por el mismo hecho en 2009, situación contraria a Leal que durante esos años se encontraba en el exterior con un pedido de captura internacional vigente sobre sus espaldas.  

El ahora enjuiciado fue detenido recién en noviembre de 2013 por una infracción de tránsito en Mallorca (España) y casi un año después fue traído nuevamente a Posadas. Desde ese momento permanece tras las rejas con una prisión preventiva vencida y vinculado a un expediente que tiene un cotejo genético como principal prueba en su contra, elemento sobre el cual se centrará gran parte de la discusión durante el proceso.

Esposado y escoltado por efectivos del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), Leal llegó ayer al recinto judicial de calle San Martín, en cuya vereda lo aguardaban sus familiares y algunos activistas sociales con pancartas y pasacalles. El escenario se completaba con varios efectivos policiales e integrantes de grupos especiales de la fuerza provincial requeridos para el operativo de seguridad.

Dentro de la sala, en tanto, ya esperaba Florencia Fraire, una hermana de la víctima, que junto al letrado Martín Ayala impulsan la acción civil en busca de un resarcimiento por el hecho.

La fiscalía, por su parte, está representada por Martín Rau, mientras que el acusado es defendido por los letrados Eduardo Paredes y José Luis Rey.

Minutos antes de las 9, el tribunal presidido por Gregorio Busse e integrado por los magistrados Juan Manuel Monte (titular del Juzgado de Instrucción Dos) y Miguel Ángel Faría (titular del Juzgado de Instrucción Cuatro) como subrogantes, ingresó a la sala y se procedió a la lectura del auto de elevación a juicio de la causa.

En ese requerimiento judicial se reconstruyó que el 25 de noviembre de 2002, entre las 20 y las 20.30, Fraire acudió a un encuentro con personas que iban a venderle una computadora y terminó siendo asesinado de más de 30 puñaladas sobre la calle Francia, casi Tomás Guido de Posadas. La investigación estebleció que esas personas fueron Leal, Castel y Aranda Alvarenga, quienes en realidad presuntamente pretendían robarle a la víctima.

Allí también se menciona la denominada prueba clave del caso, que se trata de una pericia científica que determinó que una muestra capilar (con bulbo) hallada en la remera marca Uffo que Fraire vestía al momento del hecho era correspondiente a Leal.

Culminado este paso, se abrió paso a la presentación de cuestiones preliminares a las partes y en esa instancia el fiscal Rau solicitó incorporar al debate un informe técnico sobre un llamado telefónico que salió de una sede judicial y que presuntamente alertó a Leal del allanamiento en que iban a detenerlo. 

Luego de ello, el juez Busse declaró abierto el debate y llamó al acusado a comparecer ante el estrado del tribunal, quien aceptó declarar y tomó la palabra ante las partes y el público presente, disminuido en su capacidad para respetar las medidas de bioseguridad por la emergencia sanitaria.

“Quería decir que yo el día que pasó esto estaba en la calle Honduras al 2.654. Estaba junto al abogado Tomás Andino. Tengo entendido que él está citado para declarar. Él puede corroborar el día y el horario en que yo estaba en ese lugar”, fueron sus primeras palabras.

Luego, negó haberse fugado y al respecto mencionó que “se decía por los medios que yo me fugué a España. Yo me fui en el 2004, dos años después del hecho. Y no fue así, yo me fui por Ezeiza, con una cédula argentina. Nunca me llamaron y me dijeron que yo era parte del proceso de investigación”.

También cuestionó la pericia que lo compromete: “A mí me detienen en 2013, son once años después, y en 2014 me hacen el ADN. Después de tanto tiempo yo me pregunto cómo pueden encontrar un pelo mío, siendo que en la primera instancia de la investigación jamás se encontró nada. Aparezco yo y me encuentran un pelo. Es una duda que tengo”.

Leal también afirmó que “yo creo que están apuntando la investigacion para el lado que no es” y agregó que “acá hay dos familias que no están sabiendo la verdad y hay una persona que sí cometió el hecho que no está siendo juzgada. Creo que hay muchas cosas que están fuera de lugar”.

Tras su declaración, comenzó la etapa de testimoniales y los primeros en declarar fueron cinco peritos que intervinieron en la causa. Con algunos olvidos o imprecisiones propias de las casi dos décadas transcurridas desde el día del hecho, cada uno de ellos explicó de qué se trataron sus labores en el caso, apoyado por la lectura de sus informes confeccionados en aquel entonces.

El primero fue el médico forense Rogelio Canteros, que en ese momento era médico policial y revisó el cuerpo de la víctima en la escena del hecho. El profesional recordó las lesiones cortantes que Fraire presentaba en diversas partes del cuerpo, principalmente en la espalda, además de lesiones en el cuello que pudieron ser cometidas con zunchos de nylon.

Cantero también indicó que Fraire tenía lesiones en las manos que podían ser compatibles con marcas defensivas.

Luego declararon un bioquímico, un licenciado en Criminalística y una médica psiquiatra que explicaron sus aportes a la causa, pero toda la atención se centró en el último testimonio de la jornada: el de la genetista forense Daniela Insaurralde.

Su aporte era trascendental ya que con ella las partes buscaron profundizar en varios aspectos referidos a las pruebas y cotejos géneticos realizados en el marco de la instrucción de la causa.

El punto en cuestión fue develar cómo se llegó a la muestra capilar que terminó comprometiendo a Leal con el caso.

Para ello, explicó que en ese momento todos los estudios científicos de este tipo eran enviados a realizar a un laboratorio de Buenos Aires y que en este caso se hicieron dos pedidos de análisis. En una se trabajó con un “recorte de fluidos biológicos” y en la otra con “cabello”, indicó.

Según explicaron fuentes consultadas, ese primer estudio se realizó en base a recortes de la remera Uffo de Fraire con manchas de sangre, mientras que en la segunda oportunidad se hizo una revisión de la prenda completa y allí se encontraron las muestras capilares.

Esa primera pericia realizada en base a muestras de sangre fue lo que dio un resultado parcial que no pudo ser establecido como compatibilidad con el patrón genético de Leal, situación completamente contraria a los estudios realizados en base al pelo detectado.

Toda la discusión respecto de este punto de la causa será motivo de estudio en las siguientes jornadas, principalmente en la de hoy, que arrancará a las 9 y contará con el testimonio de otros cinco testigos, entre ellos otros genetistas intervinientes y peritos de parte.

El debate tiene programado un total de diez jornadas y se prevé la declaración de más de 40 testigos, aunque muchos de ellos podrían ser incorporados por lectura.

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