Antecedente narco del contacto obereño de la banda brasileña

domingo 12 de agosto de 2018 | 6:00hs.
Yoni, otra vez preso, se abstuvo de declarar en la causa el copamiento de la UP II.
Yoni, otra vez preso, se abstuvo de declarar en la causa el copamiento de la UP II.
Daniel Villamea

Por Daniel Villamea fojacero@elterritorio.com.ar

El 23 de septiembre del año pasado, personal de la Unidad Regional II de Oberá y de la Prefectura de Itá Ibaté, Corrientes, capturaron a cinco obereños que transportaban un cargamento de 101 kilos de marihuana.
Los delincuentes se movilizaban en dos automóviles y el operativo fue denominado “Falsos Turistas”, ya que al ser detenidos argumentaron que iban de paseo a Chile, hacia donde en realidad llevaban droga.
El procedimiento se concretó sobre la ruta provincial 118, en la localidad de Loreto, Corrientes.
Las autoridades hallaron 204 panes de marihuana escondidos en el interior de un Volkswagen Passat, conducido por Yonatan Isidro R. (25), quien era acompañado por Yonatan Andrés S. (22), alías Yoni.
Ambos jóvenes son oriundos de Oberá, al igual que las tres personas que viajaban en un Renault Scenic que oficiaba de respaldo. El segundo auto estaba al mando de Jaime Ramón K. (48), acompañado por su concubina Carmen Susana S. (38) y Mario Augusto L. (28).
Luego se estableció a Carmen Susana es tía de Yoni, quien no es otro que el sujeto detenido el pasado 2 de agosto en el marco de la investigación por el intento de copamiento de la Unidad Penal II por parte de una banda de delincuentes brasileños.
Según confirmó El Territorio, el 20 de noviembre del año pasado Yoni S. fue beneficiado con la falta de mérito y recuperó la libertad por la causa de los “Falsos Turistas”, aunque sigue supeditado a la misma y, por disposición del Juzgado Federal Uno de Corrientes, debe presentarse periódicamente ante el Escuadrón 9 de Gendarmería Nacional.

Partícipe necesario
Pero lejos de apegarse a las normas o al menos cuidar las formas, Yoni continuó ligado a actividades marginales y ahora se lo relaciona con la banda brasileños sospechados de atacar a tiros la cárcel de Oberá con la intención de rescatar por la fuerza a Vanderlei “Vando” Lópes (32), un peligroso ladrón de bancos del vecino país.
El primer indicio de su vinculación con los forajidos lo dio una vecina de calle Ecuador, donde tiene fijado domicilio, quien comentó que “un brasilero estuvo preguntando por Yoni”. Le llamó la atención que el sujeto estaba sucio y visiblemente nervioso, agregó.
Según los investigadores policiales, la persona que preguntó por el joven fue Carlos Eduardo Reinicke (36), poseedor de un amplió prontuario y prófugo en Brasil, quien fue detenido en Oberá como sospechoso de participar en el intento de copamiento.
La semana pasada, Yoni se abstuvo de prestar declaración indagatoria ante la jueza de Instrucción Uno, Alba Kunzmann de Gauchat, quien tendría elementos suficientes para imputarlo, al menos, como partícipe necesario del ataque a la UP II. Al respecto, las pesquisas realizadas determinaron los brasileños cruzaron el río Uruguay en un bote y por ello su ingreso al país no quedó registrado en ningún paso fronterizo.
Luego, según la investigación, Yoni S. habría sido quien trasladó a los brasileños desde la costa hasta Oberá en auto.
Ya en esta ciudad, secuestraron a un remisero para llegar hasta la cárcel, donde fueron repelidos a tiros y se separaron. Se estableció que Reinicke fue el encargado de buscar ayuda con el contacto local porque es quien mejor entiende y habla castellano.

Lazos de sangre
Tras la detención de Reinicke quedaron expuestos sus antecedentes y su gravitación en el esquema de la banda de los hermanos Vando y Rudinei “Gordo” Lópes (37), acusados del robo de por lo menos doce bancos en Río Grande do Sul.
Según fuentes con acceso al expediente, el contacto con Yoni S. habría surgido a partir de un pariente que está alojado en la cárcel de Oberá, donde compartió celda con Vando y comenzaron a tejer el plan de fuga.
Asimismo, está probado que Yoni tiene varias parientes -madrastra, tía y prima- que integran el Servicio Penitenciario Provincial (SPP), vínculos que actualmente están siendo investigados administrativa y judicialmente.
Pero las implicancias no se agotan aquí, ya que además de sus propios antecedentes por tráfico de drogas, el padre del supuesto contacto local purgó una condena por el mismo delito en la Unidad 17 de Candelaria, dependiente del Servicio Penitenciario Federal.
Esto, sumado a que su madrastra se desempeñaba en el sector de requisa de la UP II, generó innumerables suspicacias y las autoridades del SPP ordenaron el inmediato traslado de la mujer a otra dependencia, al tiempo que investigan mayores implicancias.
Por su parte, fuentes de la investigación no descartan que la relación del obereño con los hermanos Lópes se sustente en el tráfico de drogas, una actividad rentable que podría brindar jugosas ganancias a la banda.


Búsqueda frustrada

La semana pasada la búsqueda de los forajidos se realizó con intermitencias, a pesar del aporte de Eduardo Zaproski (53), el sereno que los vio en Villa Svea.
En diálogo con El Territorio, precisó que fue abordado el jueves 2, alrededor de las 20.30, en el interior de la obra donde se desempeña como sereno.
Confirmó que “andaban entre tres, el que habló tenía capucha y estaba armado. Los otros no sé porque se quedaron afuera, escondidos”.
Todavía conmovido por la experiencia que le tocó padecer en su lugar de trabajo, indicó que lo primero que el encapuchado le dijo fue que apagara la linterna.
“Me pidió comida y le di lo que tenía: una lata de caballa y dos galleras. Antes de irse el tipo me dijo que no avise a nadie, porque ahí íbamos a hablar de otra forma. Se fueron, esperé un ratito y fui hasta la casa de una vecina para pedir que llamen a la Policía”, precisó. Según su testimonio, las patrullas demoraron alrededor de media hora en llegar al lugar.
En los días posteriores el operativo de búsqueda se redujo sensiblemente y no se supo nada más de los brasileños.
Fuentes de la propia fuerza reclamaron mayor compromiso por parte de la jefatura de la Unidad Regional II, que por estos días es objeto de una auditoría de Asuntos Internos que avanza sobre la administración de los recursos, lo que habría dispersado la atención de los jefes sobre la búsqueda de los peligrosos forajidos.