Guido, entre el esfuerzo y el sueño de jugar en River
Guido Báez (9) vive en Ruiz de Montoya y es un verdadero amante del fútbol. Desde pequeño juega con su hermano Luciano (13) y juntos caminan dos kilómetros hasta la paradita para tomar un colectivo e ir a entrenar a Jardín América. Todo un esfuerzo que se multiplica teniendo en cuenta que recorren la misma distancia para regresar a casa y encontrarse con su mamá, Mariza Rodríguez.
Los Báez residen en la colonia Bello Horizonte y sueñan con ser futbolistas profesionales, por lo que están siendo probados por River Plate, nada más y nada menos.
Se trata de un logro que viene acompañado del apoyo de su mamá, quien disfruta el verlos detrás de la pelota y la espera con los brazos abiertos a la vuelta.
“Voy a la escuela hasta el mediodía, almuerzo algo y ya me preparo para caminar dos kilómetros por ruta provincial 7 hasta la parada. Ahí me tomo el colectivo a Jardín América para entrenar con nuestro profesor”, le contó Guido a El Territorio.
El niño ya estuvo a prueba dos veces con el Millonario junto a su entrenador Miguel González. Viajaron a Posadas, luego a Eldorado y ayer se embarcaron a Resistencia (Chaco) para un nuevo ensayo.
Luciano, en tanto, está en Buenos Aires, también con el propósito de fichar con el club de Núñez, y regresará a Misiones el próximo domingo.
Ante este panorama, Mariza no ocultó sus sentimientos y expresó: “Mis hijos siempre están contentos por ir, salen corriendo a esperar el colectivo. Las dificultades a veces son monetarias, ya que no siempre se cuenta con el dinero para los pasajes de los dos”.
“Hay ocasiones que a la ida no para el colectivo, entonces hacen ejercicios; en otras regresan a las 9 de la noche porque los colectivos no paran y deben esperar otro”, contó. “Eso sí, cada vez que no llegan a subir al transporte público, ambos vuelven desilusionados, entonces ocupan una canchita en el barrio para jugar con sus amigos”.
Mariza aseguró que tienen el deseo de seguir a la par sus carreras y vestir una camiseta de un club profesional: “Los dos son hijos maravillosos, a la corta edad ya tienen bien claro que quieren para el futuro y siempre se expresan con respeto hacia los mayores. A Guido le gusta jugar como centrodelantero y su hermano Luciano de volante”.
Miguel González, entrenador de los chicos en su escuelita de fútbol Los Galenitos, contó que cuando estuvo a prueba por River en Posadas, Guido salió goleador del campeonato.
“Siempre que vamos a jugar sentimos mucha emoción, es una alegría inmensa poder pasarle la pelota a Luciano y nos abrazamos cuando uno hace un gol, aunque también nos cargamos a veces cuando uno erra de manera insólita el tanto o la patada a la pelota”, describió Guido entre risas.
El compañerismo entre los hermanos y hacia los demás chicos que entrenan en Los Galenitos es la pieza fundamental que propone González para jugar al fútbol, siempre pensando en los demás y no en sí mismos.
Para concluir Guido mencionó que su deseo es llegar a ser futbolista profesional: “No importa el club en el que esté o me toque jugar, quiero llegar lejos en este deporte, representar a nuestra provincia en lo más alto y que mi mamá se sienta feliz de verme jugar, ojalá Dios quiera en un futuro se me dé”, cerró.