2022-03-11

Ñande reko rapyta (nuestras raíces)

El “cuarto poder misionero”

D
esde la conformación del Departamento de Candelaria, el 8 de noviembre de 1870, informar a la población fue una premisa para las autoridades de entonces, en simultáneo fue una necesidad de la pequeña sociedad misionera; casi no hay datos fidedignos de esta etapa correntina sobre periódicos o publicaciones de tipo periodístico.

Cuando el Territorio Nacional de Misiones quedó definitivamente establecido en 1884, la prensa escrita -único medio de información de esos tiempos- surgió y erigió poderosa, el “Cuarto Poder” se afianzó desde entonces.

Los primeros registros datan de principios del siglo XX, uno de los pioneros fue “El Noticiero”, fundado en 1908 por Gaudencio Cortés, lo financiaba, escribía e imprimía en su propia imprenta, considerado de combate, incisivo y opositor a las gestiones de algunos gobernadores de entonces -Bermúdez, Solari, López y Barreyro- “defendía la justicia y el bienestar del pueblo”.

Unos meses más tarde surgió “El Pueblo”, por iniciativa de Antonio Rocha, autoconsiderado “independiente”, se publicaba de lunes a viernes, bien temprano por la mañana; en la misma imprenta y bajo la misma dirección se imprimía los sábados “El Eco de Misiones”, una “hoja social y literaria”; a la muerte de Rocha, se hizo cargo de la dirección Herminio Prado.

Alrededor del año 1912 apareció “La Tarde”, fundado por el profesor Exequiel Leiva, docente de la Escuela Normal Mixta, con un grupo de colaboradores como León Naboulet y Mariano Díaz, más jóvenes que hicieron las primeras armas en el periodismo, en tanto difundían sus producciones literarias; fue pionero en visibilizar los problemas de la clase trabajadora y en dedicar varias páginas a la difusión de la obra de poetas como Andrés Chabrillón -quien también organizó los primeros “juegos florales” en Misiones-, supo ser dirigido por Mariano Díaz en algún tiempo; en 1944 la imprenta fue adquirida por Pedro Rebollo y Rivero y Hornos, quienes -a su vez- fundaron el diario “El Día”, de tendencia democrática; cuando su director era Ambrosio Lafuente fue clausurado como corolario de su “lucha”, a finales de la década de 1940.

En 1925, apareció “El Territorio”, dirigido por el poeta y periodista correntino Sesostris Olmedo, lo administró Carmelo F. Mega, con un grupo de idóneos experimentados como el Director del Colegio Nacional Roberto Martí, el poeta Juan B. Bres y Eugenio Ayrault baqueano en la “conducción de masas y las luchas civiles”; tiempo después se sumaron Ulises López, Alfredo Wpys y Pedro Rebollo.

Años después se incorporaron Humberto Pérez y Carlos Krause, juntos lo transformaron y modernizaron, facilitando el acceso a más lectores, especialmente en las zonas suburbanas, para la década de 1960 tenía talleres propios de fotograbado.

En el año 1927 surgió “Tribuna”, se imprimía en la imprenta de Pedro Rebollo, en su redacción trabajaron Pedro Amarante, Manuel Toledo, Carmelo Mega y Manuel Golpe y Cora, gozó de gran prestigio y fue el primero en contar con un taller de linotipos, después del Golpe de Estado de 1955 dejó de aparecer.

En 1934, surgió “La Mañana”, desde la ex imprenta de Eco de Misiones, su director fue Balbino Brañas, contó con el apoyo del gobernador de entonces Carlos Acuña, trabajaron en él Julio Amarante y Manuel Golpe y Cora; a pesar de su prestigio no logró afianzarse económicamente.

“La Voz de Misiones” surgió en 1954, inspirado intelectualmente por el ex gobernador Claudio Arrechea y su hermano Ramón -este último lo sostuvo económicamente-, su director fue José Benedetti, lo administró Luis Mondadori; no pudo sobrevivir a la proscripción impuesta a partir de 1955.

 En el año 1958, apareció “La Tribuna”, una hoja diaria, subvencionada por industriales y comerciantes del medio, tuvo imprenta e instalaciones tipográficas propias.

En la década de 1960 el triunvirato conformado por El Territorio,                        Tribuna y Alto Paraná era imbatible.

También se comercializaban Semanarios - muy populares desde principios del siglo XX - como “El Social” de Oliva y Bibolini, luego a cargo de Guillermo Scher y con financiamiento de Gregorio Brítez; “La Voz de Misiones” en 1934, dirigido por Manuel Golpe y Cora, de tinte cultural y agrario; “Reacción” financiado y dirigido por Deodato López, luego de una feroz campaña en contra del gobernador Héctor Barreyro dejó de imprimirse; enseguida apareció “Renovación” a cargo de Ángel Vignolles, administrado por Adolfo Santiago Pomar, un estudiante de ingeniería que falleció en las “jornadas libertarias” de 1932 en Paso de Los Libres.

Se sumaron “Yunque”, del Partido Socialista, con los redactores Aparicio Almeida y Santamaría, “El Imparcial”, dirigido por Marcos Tavares Castillo y la colaboración -en un principio- de Manuel Antonio Ramírez y Acuña.

El semanario “Cosas y hechos de Misiones” fue fundado y dirigido por Mario O. Herrera, colaboraron en la redacción la intelectualidad misionera en pleno.

Tuvimos un trisemanario titulado “La Opinión”, creado por Enrique Rubiales, colaboraban Aníbal Cambas, Manuel Golpe y Cora y Ángel Vignolles; a la muerte de Rubiales fue adquirido por Armando Comelli, se le dio nuevo perfil, pero tuvo corta vida.

Otra publicación fue “La Provincia” fundada por Atilio Errecaborde, en pos de la provincialización misionera, con la colaboración de Eugenio Ayrault.

También surgieron “Posadas”, “Misiones”, “El Intransigente”, “La Flecha”, “El Comentarista”, “El Combate”; dedicados al turismo, deportes e interés general se publicaban “Actualidades” y “Deportes”, ambos dirigidos por Juan Lozano Casanova; en 1938 se asoció con José Skanatta y juntos también editaron el diario “Crónica” hasta 1944 y así llegamos a mitad del siglo XX, según “Nené” Vignolles.

De esta larga lista, solo superó los embates del tiempo y los avances tecnológicos “El Territorio”, pero en la maraña de redacciones implicadas en tantas publicaciones no faltaron la pasión, los amores turbulentos y prohibidos y hasta los asesinatos.

¡Hasta el próximo viernes!

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