Los hermanitos Balbastro ya se están probando en Rosario Central
Joaquín (14 años, categoría 2007) y Santino (11 años, categoría 2009), son los hermanitos Balbastro, oriundos de Santo Tomé (Corrientes) y por estas horas son parte de una prueba en el club Rosario Central. Viajaron con su mamá, María del Carmen Sosa
Joaquín entrenó a la mañana. "Está re bien, se integró al plantel. Lo veo muy bien, confiado, tranquilo. Está integrado, el profe le habla. Estamos viendo su entrenamiento", contó María y señaló que niños en las condiciones de su hijo, es decir que no pertenecen aún al club, hay solamente tres. El resto es del plantel estable de Central.
"Llegamos ayer a Rosario. Ahora estamos en la localidad de Granadero Baigorria, que es donde está la ciudad deportiva. Empezaron las pruebas hoy. Joaquín se está probando ahora, está jugando con el plantel categoría 2007, y Santino se prueba a en su categoría. Tienen tres días de entrenamientos y recién vemos como se sigue. Volvemos el viernes los tres, veremos qué nos dicen", relató la mamá.
Afirmó también que tiene constante diálogo con el técnico de Santino, el menor de sus hijos. Y con el técnico de Joaquín, el mayor, recién hoy iba a dialogar. "Constantemente hay diálogo, me van explicando todo. Yo estaba un poco preocupada porque llegamos a las 8 y Joaquín no salía nunca, pero ellos hacen gimnasia antes de salir a la cancha", dijo.
También como mamá se enfrenta al desafío de que los niños extrañen un poco el pueblo. "Estamos con los nervios a flor de piel. Tenemos sentimientos encontrados, recontentos por un lado pero también se extraña a la familia, todo", recalcó.
Santino tiene 11 años y asiste a sexto grado en la Escuela 554 de Santo Tomé, y Joaquín, 14 años y cursa el tercero del secundario en la Escuela Normal de dicha ciudad. Tienen en común el sueño de ser grandes futbolistas.
Ambos en 2019 tuvieron una experiencia, ya que estuvo en Santo Tomé un caza talentos de Rosario Central a probar chicos. La pandemia que se originó en 2020 truncó el sueño de los dos pero ahora se volvió a revivar.
Los pequeños cuentan con el apoyo de su familia y de la comunidad, que ya los reconoce y los alienta.