El amor después del dolor
El accidente
Gerardo decidió abocarse a la chacra apenas terminó sus estudios secundarios en la Escuela 488. Se perdía la tarde, alejado del calor, se ocupó de cosechar té en una chacra de familia amiga a cinco kilómetros de ruta 14, en paraje El Saltito. Comenzaba a oscurecer, su infaltable compañero y hermano menor -Joaquín, de 13 años- se encontraba en la cabina del camión-jaula repasando lecciones a la luz de una portátil que habían improvisado. De repente, reventó una goma, bajó para mirar, resbaló y al saltar lo agarró la cuchilla en el tobillo del pie izquierdo produciéndole un corte profundo alrededor de todo el miembro. El pie quedó suspendido por un tendón. Cayó pesadamente al suelo, perdiendo abundante sangre. Comenzó la fiebre, transpiración, sed. Enviaron mensaje avisando a la familia. Gerardo se arrancó la remera y con ella armó un torniquete que alivió la sangría. Arrastrándose arrodillado llegó al camión. A media carga, por caminos irregulares, los hermanos salieron a ruta vecinal. Una pelea entre la vida y la muerte en condiciones precarias.
En esos instantes lo increíble: el padre de ambos apareció con su camioneta ahí cerca. Y se hizo cargo del auxilio salvador.