2018-02-04
“Realmente es una escuela, podés aprender todo lo que quieras”
Durante dos años cursó la carrera de Técnico Ceramista en la Facultad de Arte y Diseño de Oberá, pero por cuestiones personales tuvo que dejar de estudiar pero le quedó prendida la llama sobre el trabajo con cerámica.
Luego de unos años, gracias a una prima que le mostró unos trabajos realizados sobre tazas que estaban pintados con marcadores especiales, se interesó por este emprendimiento. Empezó a investigar en internet, tutoriales de por medio, para encontrar la técnica y los mejores consejos.
“Lo que hago son tazas y cuencos para cereal pintados con marcador, con mis propios diseños. Se hace primero un boceto y se transfiere a mano a la taza”, explicó la emprendedora a El Territorio.
“Sabía que había marcadores para tela, madera pero no sabía que había unos para cerámica. Entonces le pedí que me preste (a su prima) y allí empecé a dibujar, me gustó. Ese fue mi comienzo en esta aventura con mi emprendimiento”, aseguró.
Como en todo proyecto, el comienzo no fue fácil porque le faltaban ideas. “Es en ese momento que recurrí a internet y los tutoriales fueron de gran ayuda porque no sólo pude conseguir ideas, sino que también mejoré técnicas y productos nuevos”, comentó.
Según Rocío, los tutoriales le sirvieron en gran medida porque encontró la técnica que le hacía sentir a gusto en la producción. “Hay diferentes maneras, con esténcil, calcás sobre la taza o dibujás a mano alzada. Para mí es más práctico a mano alzada y lo aprendí con los tutoriales”.
Entiende la emprendedora a internet y los tutoriales como una escuela: “Realmente es una escuela, podés aprender todo lo que quieras, desde cómo instalar una ducha. Todo el mundo puede hacer lo que quiera mientras tenga acceso a internet y diferentes tutoriales”, especificó.
El producto Blaca-Blaca
El trabajo más intenso empezó hace un año en diferentes etapas. Para Navidad de 2016, su madre le regaló los primeros marcadores y en febrero del año pasado realizó la primera inversión en tazas para su producción y en agosto recién lanzó su marca porque le costó encontrar algo que la identifique.
El nombre del emprendimiento es Blaca–Blaca y así lo explica ella: “Son las personas muy charlatanes, le decimos así, ‘mucho blaca-blaca’. De allí proviene el nombre de mi emprendimiento”.
Actualmente produce para vender en ferias y tazas a pedido, pero además está teniendo seguidores y solicitudes a través de las redes sociales. Mucha gente la empezó a seguir en Instagram pero el fuerte siguen siendo las ferias a las que asiste.
Lo que destaca del producto es que son únicos, divertidos e irrepetibles. “Mis clientes vienen con la idea, hago el boceto y si les gusta me pongo a trabajar en el producto, sino se mejora y siempre sale algo nuevo y vicharachero”, sostuvo.
Para finalizar, destacó el trabajo artesanal y personalizado para sus clientes: “Hoy la gente busca diseños personalizados y allí encontré la veta. No puedo hacer productos iguales porque es a mano alzada, ninguna taza es igual”.
Corresponsalía Oberá
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