Alumno tuvo una crisis de nervios y golpeó a la directora
martes 19 de marzo de 2019 | 7:00hs.
El muchacho había convenido su segunda entrevista psicopedagógica para ingresar al establecimiento educativo.
En la jornada de ayer, volvió a instalarse el miedo en la comunidad educativa de Garupá. La directora de la Escuela para Adultos 85, Norma Feldman, fue agredida por un joven que pretendía incorporarse a la comunidad educativa.
El muchacho de 22 años tiene diagnóstico de autismo, según pudo averiguar El Territorio. Se inscribió para comenzar el ciclo lectivo y habían convenido con las autoridades una segunda entrevista con el gabinete psicopedagógico para comenzar a cursar en el establecimiento escolar de modalidad adultos.
El joven, en una crisis de nervios, prácticamente destrozó la dirección, rompió vidrios y arrojó el armario sobre Feldman que debió ser trasladada de urgencia al hospital Ramón Madariaga de Posadas. La vicedirectora intervino en el brutal episodio e intentó contener al joven, según relataron los testigos.
Los docentes desconocen qué motivó la reacción del joven y suponen que “seguramente dejó de tomar la medicación pertinente”.
Profesionales de la cartera educativa señalaron que se trata de un chico con “comportamiento abandónico”, sin el hábito de la escolarización. De hecho, su inscripción fue en primer ciclo, es decir, lo que equivale de primer a tercer grado de la escuela primaria común.
Por la tarde, una vez superado el susto y sin lesiones graves, ambas docentes agredidas se encontraban en la comisaría para radicar la exposición policial de lo ocurrido.
Lo sucedido repercutió en un clima de tensión en las instituciones con las cuales comparte el predio la Escuela para Adultos 85: la Especial 49 y la Primaria 828. En ese sentido, la directora de la Especial 49, Fabiana Méndez, lamentó lo ocurrido y aprovechó la oportunidad para solicitar separar las modalidades que comparten el edificio desde hace cinco años.
Preocupación de padres
María Steinhaus (67), quien tiene una hija con discapacidad en la escuela y que hace más de 15 años que vive en el barrio, sostuvo: “Todas estas violencias que están ocurriendo es por falta de presencia familiar. Mi hija con discapacidad tiene 35 años y yo estoy permanentemente en la escuela, la ayudo en todo, me preocupo por saber qué le pasa, creo que estas cosas pasan por falta de presencia familiar, además creo que las mamás tenemos la obligación de traer a nuestros hijos a la escuelita con la historia clínica correspondiente para que los docentes conozcan sus patologías y puedan saber cómo actuar con ellos y, si toman medicación, darle como corresponde”.
“Las docentes aquí son muy buenas personas y hacen todo con amor a nuestros hijos”, dijo María y continuó: “Yo no pude terminar la primaria, lo hice de grande y esta escuela me dio la oportunidad de terminar séptimo grado, me gradué el año pasado y la verdad pasaba por muchas situaciones incómodas, hay chicos muy maleducados. Toda la violencia que estamos viviendo es falta de atención a los hijos”.
“Yo tuve que llevar las tareas a mi casa muchas veces para no pasar malos momentos, pero nunca me enfrenté a nadie y confío en la escuela y sus docentes. A ellos (por los docentes) les cuesta lidiar con una problemática que nace fuera de la escuela”, expresó la mujer.
El muchacho de 22 años tiene diagnóstico de autismo, según pudo averiguar El Territorio. Se inscribió para comenzar el ciclo lectivo y habían convenido con las autoridades una segunda entrevista con el gabinete psicopedagógico para comenzar a cursar en el establecimiento escolar de modalidad adultos.
El joven, en una crisis de nervios, prácticamente destrozó la dirección, rompió vidrios y arrojó el armario sobre Feldman que debió ser trasladada de urgencia al hospital Ramón Madariaga de Posadas. La vicedirectora intervino en el brutal episodio e intentó contener al joven, según relataron los testigos.
Los docentes desconocen qué motivó la reacción del joven y suponen que “seguramente dejó de tomar la medicación pertinente”.
Profesionales de la cartera educativa señalaron que se trata de un chico con “comportamiento abandónico”, sin el hábito de la escolarización. De hecho, su inscripción fue en primer ciclo, es decir, lo que equivale de primer a tercer grado de la escuela primaria común.
Por la tarde, una vez superado el susto y sin lesiones graves, ambas docentes agredidas se encontraban en la comisaría para radicar la exposición policial de lo ocurrido.
Lo sucedido repercutió en un clima de tensión en las instituciones con las cuales comparte el predio la Escuela para Adultos 85: la Especial 49 y la Primaria 828. En ese sentido, la directora de la Especial 49, Fabiana Méndez, lamentó lo ocurrido y aprovechó la oportunidad para solicitar separar las modalidades que comparten el edificio desde hace cinco años.
Preocupación de padres
María Steinhaus (67), quien tiene una hija con discapacidad en la escuela y que hace más de 15 años que vive en el barrio, sostuvo: “Todas estas violencias que están ocurriendo es por falta de presencia familiar. Mi hija con discapacidad tiene 35 años y yo estoy permanentemente en la escuela, la ayudo en todo, me preocupo por saber qué le pasa, creo que estas cosas pasan por falta de presencia familiar, además creo que las mamás tenemos la obligación de traer a nuestros hijos a la escuelita con la historia clínica correspondiente para que los docentes conozcan sus patologías y puedan saber cómo actuar con ellos y, si toman medicación, darle como corresponde”.
“Las docentes aquí son muy buenas personas y hacen todo con amor a nuestros hijos”, dijo María y continuó: “Yo no pude terminar la primaria, lo hice de grande y esta escuela me dio la oportunidad de terminar séptimo grado, me gradué el año pasado y la verdad pasaba por muchas situaciones incómodas, hay chicos muy maleducados. Toda la violencia que estamos viviendo es falta de atención a los hijos”.
“Yo tuve que llevar las tareas a mi casa muchas veces para no pasar malos momentos, pero nunca me enfrenté a nadie y confío en la escuela y sus docentes. A ellos (por los docentes) les cuesta lidiar con una problemática que nace fuera de la escuela”, expresó la mujer.
Dividir tiempo y espacio
La Escuela para Adultos 85 y la Especial 49 comparten desde hace cinco años el predio, no así el edificio escolar. En ese sentido, la directora de la Especial 49, Norma Méndez, manifestó que hace tiempo está la intención de marcar la diferencia en los horarios de cursado. “No podemos mezclar a chicos con jóvenes. Primero surgió por una necesidad el hecho de compartir el predio, pero estamos ante un nuevo paradigma y pedimos no estar en el mismo horario. La Escuela 49 atiende de 6 a 12 años” ,detalló la docente.
Aclaró que “se trabaja con patología múltiples y en función de eso se evalúa si se trabaja de manera individual con el alumno o bien es incorporado al grupo”, al tiempo que destacó los logros alcanzados en este período.
Aclaró que “se trabaja con patología múltiples y en función de eso se evalúa si se trabaja de manera individual con el alumno o bien es incorporado al grupo”, al tiempo que destacó los logros alcanzados en este período.
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