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Acusado de violar a sus hijastras tenía pedido de captura por femicidio

sábado 11 de agosto de 2018 | 6:30hs.
Las víctimas fueron rescatadas del barrio 2000 Hectáreas y están al cuidado de su tía, la denunciante.
Cristian Valdez

Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar

Desde que fue detenido no dijo una sola palabra. Eligió el silencio, pero la confirmación no tardó en llegar: el ladrillero acusado de abusar sexualmente a sus hijastras de 10 y 4 años en una precaria casa del barrio 2000 Hectáreas de Puerto Iguazú tenía pedido de captura internacional por un femicidio que habría cometido junto a su hermano hace algunos años en el Paraguay.

La novedad, confirmada judicialmente sobre el mediodía de ayer, sumó más indignación a la que por estas horas se evidencia en gran parte de los habitantes de esa localidad del Norte de Misiones. Es que, pese a eso, Miguel C. (35) se las ingenió para mantenerse al margen de la Justicia del vecino país y, en paralelo, violar a las criaturas desde hace por lo menos un año a esta parte.

La gravedad del caso se multiplica al considerar que su pareja y madre de las menores, Cristina M. (23), está detenida en calidad de cómplice de los reiterados ataques porque varias veces se habría negado a denunciar al hombre pese a las constantes alertas que la pusieron en conocimiento de lo que estaba ocurriendo puertas adentro del hogar.

En Cámara Gesell, la niña más grande había hecho referencia a la condición de prófugo de la pareja de su madre, dejando claro el miedo que tenía debido a que -según sus dichos- el hombre al que acusaba “había matado en Paraguay”.

Ese dato no pasó desapercibido para las autoridades judiciales argentinas que cruzaron información con sus pares paraguayos. Así, llegaron a la confirmación de que, efectivamente, el acusado estaba siendo buscado, al igual que su hermano.

Con esto se cree que, desesperado, cruzó el río Paraná por algún paso clandestino y se radicó en Iguazú, donde finalmente conoció a la mujer con la que formó pareja. Tal vez desconociendo el pasado del sujeto, ella le confió a sus cuatro hijos -las dos nenas de 10 y 4 años y dos varones de 7 y 8- pero, mientras ambos trabajaban en la fabricación de ladrillos, él los ultrajaba.

Fue así hasta mediados del mes de junio. Una tía de las víctimas los denunció para salvar a sus sobrinos del infierno al que estaban siendo sometidos.

Sometimientos extremos

Los reiterados abusos sexuales de los que habrían sido víctimas las menores son apenas aristas más graves del caso. Es que la investigación que guió el titular del Juzgado de Instrucción Penal Tres, Martín Brites, permitió destapar una compleja trama de explotación, malos tratos, abandono y desatención que tenía a los cuatro hermanos sometidos.

Fuentes judiciales confirmaron que eran explotados laboralmente en la olería, donde desde temprano debían trabajar a la par de los adultos. La nena de 10 años hasta habría sido obligada a abandonar la escuela con el objetivo de duplicar su utilidad.

De la misma manera, habrían sido sometidos sus hermanos, de 7 y 8 años, además la de 4. Mismas fuentes informativas detallaron que todos presentaban síntomas de maltrato físico y alimentación deficiente, además de infecciones en la piel que son propias de la falta de aseo.

Por eso, más allá de la decisión judicial que cedió la tenencia provisoria a la denunciante, se busca proteger a los chicos, por lo que se dio intervención al Juzgado de Familia cuya defensora oficial, Valeria Rossberg, dispuso una serie de medidas de protección. En paralelo, actuó la Dirección de Acción Social de la Comuna y el Hogar de Día, donde los niños reciben asistencia.

No creyó en su hija

De acuerdo a lo que pudo averiguar El Territorio, el caso comenzó a ser investigado cuando una joven de 21 años alertó que su sobrina era víctima de abusos por parte del concubino de la madre y que esta última, conociendo lo sucedido, no intervino, asegurando que la niña mentía.

Según los datos recabados, los hechos se produjeron en una vivienda ubicada en el barrio 2000 Hectáreas y la primera medida judicial tomada inmediatamente fue separar a las víctimas de su entorno hasta tanto avance la pesquisa.

Esta semana, la menor 10 años y su hermanita de 4 fueron examinadas y, en esa instancia, se constató que ambas presentaban lesiones compatibles con abuso sexual con acceso carnal.

Las niñas fueron entrevistadas por personal especializado y, en ese contexto, la más grande contó que fue sometida varias veces, e igual abuso sufrió la de 4, dijo. Pero la sospecha de que los otros niños hayan sufrido los mismos ataques está latente, por lo que en breve serán examinados y, de confirmarse, agravaría aún más la situación procesal de los sospechosos.

Los dos sospechosos, a indagatoria

El paraguayo y la madre de los chicos podrían ser indagados en el transcurso de esta jornada por el titular del Juzgado de Instrucción Tres, Martín Brites, que le imputaría al hombre el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado. Ambos deberán decidir junto a sus abogados defensores si aceptan declarar en indagatoria o se mantienen en silencio.

En cuanto a la mujer, la imputación sería provisoria hasta tanto se defina su grado de responsabilidad, debido a que al parecer no intervino ante los alertas de que los abusos estaban ocurriendo en su hogar. Versiones indican que sufría violencia de género y era una víctima al lado del acusado. Eso será investigado.

El hombre, en tanto, había sido citado a indagatoria por el delito de abuso sexual simple pero al constatarse que hubo acceso carnal, su situación procesal cambió rotundamente. En esa intervención inicial se abstuvo, de acuerdo a lo que se informó, por lo que podría tomar la misma actitud ante esta nueva acusación.

Ser solidario

La historia de abusos y malos tratos a los que eran sometidos los hermanitos despertó la solidaridad de los habitantes de Puerto Iguazú, interesados en colaborar.

Por eso, se dispuso que todas las donaciones sean llevadas a la Comisaría de la Mujer, sobre la avenida Las Calandrias y calle Halcón del barrio Ignacio Abiarú.

Los niños tienen 10, 8, 7 y 4 años. Necesitan calzado, ropa (principalmente de abrigo) pero también alimentos.
En el ámbito judicial también se organizó una campaña para asistir a los niños.
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